El calor extremo vivido en 2022 no fue una anomalía, según ha señalado este jueves la Organización Meteorológica Mundial (WMO). El organismo dependiente de las Naciones Unidas afirma que cada uno de los últimos ocho años ha sido más cálido que cualquiera del resto del registro, que data de mediados del siglo XIX. Esta situación evidencia, una vez más, la tendencia hacia un clima más extremo y caluroso debido al cambio climático, según los expertos.
"Los últimos ocho años han sido los más calurosos registrados en todo el mundo, impulsados por el aumento constante de las concentraciones de gases de efecto invernadero y el calor acumulado", reconoce el informe.
La media de temperaturas de los últimos diez años (2013-2022) muestra que la Tierra se ha calentado ya 1,14 grados frente al periodo preindustrial (1850-1900), cinco décimas más que en la década 2011-2020, que cerró con un aumento de 1,09 grados. De esta manera, el planeta se acerca poco a poco a los 1,5 grados de aumento de temperatura que se fijó como el objetivo idóneo para 2050 en el Acuerdo de París.
"La probabilidad de superar —temporalmente— el límite de 1,5 °C aumenta con el tiempo", afirman los expertos de la ONU.
El año que acaba de cerrar fue el segundo más cálido registrado en Europa —y el récord de España—, aunque globalmente es el quinto o el sexto del histórico, a falta de los datos definitivos que se publicarán en abril. La causa de que no sea el primero es un azote más fuerte de lo normal de La Niña, un temporal que enfría la zona del Pacífico y que indirectamente suaviza las temperaturas globales durante unas semanas. Por orden, los años más calurosos del histórico fueron 2016, 2019 y 2020.
Desde la ONU recuerdan que en 2022 también ocurrieron numerosos eventos extremos. "Amplias zonas de Pakistán se inundaron, dejando importantes pérdidas económicas y víctimas humanas. En China, Europa y América del Norte y del Sur se registraron olas de calor sin precedentes. La prolongada sequía en el Cuerno de África amenaza con convertirse en una catástrofe humanitaria", señala el secretario general de la WMO, Petteri Taalas.
Durante el año pasado también se produjo un deshielo récord en los Alpes europeos, según los análisis preliminares. En Suiza se perdió el 6% del hielo, debido principalmente a las escasas nevadas, a la llegada de corrientes de polvo del Sáhara y a sucesivas olas de calor en verano. En Groenlandia también se perdió masa helada por 26º año consecutivo y en septiembre llovió por primera vez desde que se observa este territorio.
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La Organización Meteorológica Mundial aúna datos de los seis principales centros de investigación del cambio climático y la información publicada este jueves es una sucesión de malos augurios. Respecto a los mares, afirma que la tasa de aumento del nivel del agua se ha duplicado desde 1993 y ha subido casi 10 milímetros desde enero de 2020, hasta alcanzar un nuevo récord.
Las Naciones Unidas advierten de la necesidad de mejorar los sistemas de alerta temprana, mecanismos que permiten advertir a la población que se aproxima una catástrofe. Solo la mitad del planeta tiene estos servicios de alerta, según Taalas, y en buena parte de África y en islas remotas carecen de buenos sistemas para predecir temporales.
Según un estudio de la organización británica Christian Aid publicado en diciembre, los países más afectados en 2022 por los eventos extremos estaban en desarrollo. Las inundaciones son los eventos más mortíferos y acabaron con la vida de más de 1.700 personas en Pakistán, más de 600 en África occidental y 460 en Sudáfrica.
El calor extremo vivido en 2022 no fue una anomalía, según ha señalado este jueves la Organización Meteorológica Mundial (WMO). El organismo dependiente de las Naciones Unidas afirma que cada uno de los últimos ocho años ha sido más cálido que cualquiera del resto del registro, que data de mediados del siglo XIX. Esta situación evidencia, una vez más, la tendencia hacia un clima más extremo y caluroso debido al cambio climático, según los expertos.