El PP hace lobby en Bruselas junto a la extrema derecha contra las leyes que reducen la contaminación del aire

Imagen de la boina de contaminación en Madrid.

Ocho regiones europeas, entre ellas Madrid y Cataluña, se revelaron este miércoles en Bruselas contra el endurecimiento de la directiva de la UE de calidad del aire, pese a que la evidencia científica ha demostrado que la contaminación mata a 300.000 personas en el continente cada año. El grupo, apodado Iniciativa para la Calidad del Aire de las Regiones (AIR, por sus siglas en inglés), está compuesto por seis territorios liderados por la derecha y dos por la izquierda y reclamó este miércoles, según adelantó el diario El País, que la revisión de la normativa de contaminación atmosférica que se negocia este año para fijar nuevos objetivos para 2030 sea benevolente con las zonas donde la polución es elevada.  

Formaciones adscritas al Partido Popular Europeo gobiernan en tres de las regiones que se han sumados a este grupo (Madrid, Piamonte y Styria), dos son de la extrema derecha (Lombardia y Veneto) y una está liderada por liberales (la coalición de provincias holandesas). La izquierda también está presente a través de Esquerra Republicana de Catalunya y el Partido Democratico de Italia, que gobierna en Emilia-Romana. 

Esta coalición se formó en 2011 como una alianza de zonas industrializadas y pobladas con problemas de contaminación. Públicamente, defienden la lucha contra la polución y apoyan las orientaciones que da la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducirla, aunque las organizaciones ecologistas y científicas les acusan de ser en realidad un grupo de presión para entorpecer las políticas de calidad del aire. 

"Lo que proponen en realidad es dejar a la población completamente desprotegida. Están olvidando que su mandato como políticos es proteger a la población", explica Anna Gerometta, abogada y activista de la ONG italiana Cittadini per l’Aria (Ciudadanos por el Aire), quien estuvo presente este miércoles en la presentación que hizo en Bruselas en grupo AIR ante algunos europarlamentarios y otros políticos. 

La Comisión presentó en septiembre su propuesta para revisar la directiva europea de contaminación y propuso establecer unos umbrales de partículas muy parecidos a los que estableció la OMS en 2005, pese a que las Naciones Unidas ya actualizó en 2021 esos límites por considerarlos insuficientes para proteger a la población. La directiva actual aprobada en 2008 marca que el máximo anual de concentración de partículas de NO2 es de 40 microgramos por metro cúbico de media al año y la Comisión propone llevarlo hasta 20, mientras que la guía de la OMS son 10. Sugieren un salto similar para el resto de partículas contaminantes, lo que supondría que en esta década las ciudades europeas tendrían reducir drásticamente la contaminación atmosférica para cumplir con lo planteado por Bruselas. 

Sin embargo, el grupo AIR demanda en un memorando publicado este miércoles y con fecha de octubre de 2022 que la negociación para reformar la directiva se tiene que hacer a través de "límites ambiciosos, pero realistas", y recomiendan establecer objetivos provisionales menos ambiciosos que los que han propuesto los funcionarios de Bruselas. A través de un lenguaje poco claro, piden que la futura directiva "de tiempo suficiente a las autoridades locales para aplicar medidas" y que "se tenga en cuenta las condiciones geográficas y meteorológicas adversas" de cada territorio. En definitiva, recomiendan que haya "excepciones para regiones específicas" a la hora de cumplir con los límites de emisiones

El eurodiputado socialista Javi López es el ponente de la directiva de aire del Parlamento Europeo, la institución europea más progresista a la hora de negociar reformas en Bruselas. López asegura que la vía propuesta por el grupo AIR es una "vergüenza" teniendo en cuenta que la evidencia científica demuestra el riesgo al que se exponen los ciudadanos en las ciudades. "No entiendo como Madrid y Barcelona, que no se han puesto de acuerdo en diez años, coincidan ahora. Solo demuestra que no les preocupa la salud pública", opina el miembro de la Eurocámara. 

Sobre el recorrido político de esta propuesta, cree que no ha tenido mucho impacto en Bruselas. "La Comisión no desprecia la posición de nadie, pero su voluntad no ha cambiado. Respetan cualquier opinión, pero esto es una amenaza muy grande y saben que la directiva de aire es la mejor línea para combatirla", expone. 

Marguerita Tolotto, encargada de Aire y Ruido en la Oficina Europea de Medioambiente (EEB) considera no obstante que el movimiento de este grupo podría desestabilizar las negociaciones de la directiva, que se desarrollarán a lo largo de este año. Se espera que el Parlamento Europeo apruebe su propuesta de reforma en julio, y que en otoño se inicie la fase de negociación de trílogos junto al Consejo Europeo y la Comisión, y si todo sale bien podría estar aprobada en primavera de 2024, según fuentes de la Eurocámara. 

Tolotto no menosprecia la capacidad de AIR para influir en las negociaciones a través del Consejo Europeo, ya que el gobierno italiano de extrema derecha apoya las exigencias de la coalición de regiones y podría tratar de buscar alianzas con países muy dependientes de su industria y forzar al Consejo a negociar. "El mayor riesgo es que Italia consiga convencer a otros gobiernos como Polonia, Bulgaria, República Checa o Eslovaquia", comenta la experta. 

La posición de las ocho regiones liderada por partidos de la derecha choca con la posición mayoritaria del Parlamento Europeo, que ya en marzo de 2021 recomendó endurecer la normativa actual de contaminación. "Las directivas se basan en normas de calidad del aire que tienen entre 15 y 20 años y algunas de ellas son mucho más laxas que las directrices de la OMS", redactó entonces la Eurocámara, y se dirigió a la Comisión "para que armonice los valores de PM10, PM2,5, SO2 y O3 con las directrices de la OMS". El documento fue aprobado con 425 votos a favor, 109 en contra y 153 abstenciones

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En España, la noticia no ha sentado bien en el Ministerio de Transición Ecológica, que no tardó en contestar a Madrid y Cataluña. Reiteró este jueves que el Gobierno central avanza en dirección contraria y que cuando España asuma la Presidencia del Consejo de la UE este verano impulsará la revisión de la directiva del aire que endurecerá los estándares actuales. "La propuesta para seguir contaminando es indecente y pone en riesgo la vida de las personas. La salud de los ciudadanos está en juego. No se pueden relajar las medidas encaminadas a reducir la contaminación", transmitió el entorno de la vicepresidenta Teresa Ribera. 

El gobierno catalán, en las antípodas políticamente de los otros grupos que firman el memorando, se desvinculó este jueves de la exposición que hizo AIR en Bruselas ante los funcionarios europeos, donde políticos de Liga Norte, el partido de extrema derecha italiano, lanzaron mensajes que rozaban el negacionismo del cambio climático, según los asistentes. "En ningún momento queremos que se rebajen los objetivos de contaminación y creemos de hecho que hay que aspirar a los niveles recomendados por la OMS", comenta un portavoz del Govern. "No compartimos los cometarios de la Liga Norte. No es un grupo político, es exclusivamente técnico. Y si los objetivos dejan de ser el trabajo conjunto contra la contaminación, puede que nos salgamos de la red", añade. 

Tanto Madrid como Barcelona y su área metropolitana fueron condenadas en diciembre por el Tribunal de Justicia de la UE por superar entre 2010 y 2018 los niveles máximos de dióxido de nitrógeno (NO2) fijados la directiva europea de calidad del aire. Los datos preliminares de 2022 publicados por la Agencia Europea de Medioambiente en abril muestran que estas ciudades ya cumplen con el límite fijado de 40 microgramos por metro cúbico de media al año, aunque fue superado el medidor de Plaza Elíptica de la capital. En todo caso, prácticamente ningún medidor cumple con los estándares propuestos por la Comisión de cara la revisión de la directiva para 2030.

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