¿Qué significa para Europa (y para España) tener sus reservas de gas por encima del 80%?
Las reservas de gas de la Unión Europea alcanzaron el 1 de septiembre el 80% de su capacidad, uno de los objetivos que había fijado en julio la Comisión Europea para asegurar el abastecimiento de esta materia prima en invierno ante un posible corte del suministro ruso. La meta se alcanzó dos meses antes de lo previsto, lo que demuestra la capacidad del continente de buscar nuevos proveedores de gas natural, al tiempo que algunos países reducen su consumo.
Este último lunes la reserva de gas natural en Europa superaba ya el 84% de su capacidad, y en España el 86,5%, según Gas Infraestructure Europe, y se espera que continúe subiendo en las próximas semanas, ya que el objetivo es alcanzar el 90% antes de que comience el frío severo en el continente.
Pese a que el almacén subterráneo de esta materia prima va camino de llenarse por completo, los expertos recalcan que esta infraestructura no es capaz de abastecer al sistema por sí sola en invierno, sino que podría cubrir la demanda de gas natural de la Unión Europea de entre 80 y 90 días. Tampoco es su función, sino que estas reservas sirven como apoyo a la importación continua de esta materia prima, que llega a través de tuberías y barcos metaneros.
En el caso de España, fuentes conocedoras del sistema explican que el almacenamiento subterráneo equivaldría a unos 40 días de consumo, aunque la cifra dependería de variables como la temperatura o el ritmo de consumo de los ciudadanos. En todo caso, recalcan que con la entrada diaria de gas desde Argelia por el tubo de Almería y la llegada de barcos con gas licuado, el almacenamiento en invierno está más que asegurado.
"Europa ha resuelto este rompecabezas [el almacenamiento de gas] con éxito durante el último año", destacan los analistas del banco Goldman Sachs, quienes reconocen que la Unión Europea ha sido capaz de buscar nuevos proveedores pese al agujero que ha dejado Rusia en este mercado. "Nuestra expectativa es que se alcance un almacenamiento superior al 90% a finales de octubre", añaden en una nota.
La tarea más compleja para Bruselas ha sido sustituir en tiempo récord la llegada de gas natural de Rusia, el que era hasta el año pasado el principal proveedor de Europa y representaba el 40% de las importaciones. En agosto, la llegada de esta materia prima a través de Nord Stream 1 –la principal tubería rusa con destino a Europa– era del 20% respecto a su capacidad total, y desde el 2 de septiembre el flujo ha caído a cero, alegando una supuesta avería en el gasoducto.
En consecuencia, Rusia representa ahora el 9% de la importación de gas de la Unión, y este proveedor ha sido sustituido por Noruega, que vende en este momento el 40% del gas natural que compra el bloque. También ha aumentado la llegada de gas licuado a Europa en metaneros de Norteamérica, África y Oriente Medio, hasta el punto de que en junio llegó más gas en barco desde Estados Unidos que el que entró por tubería desde Rusia, algo que no había ocurrido antes.
En el caso de España, también se ha logrado aumentar las reservas subterráneas de gas, aunque partía con ventaja, ya que se situaban cerca del 60% cuando comenzó la guerra de Ucrania, frente al 30% que tenía el conjunto de la Unión Europea. Por el lado de las importaciones, Estados Unidos ha tenido un papel crucial, y ha adelantado a Argelia como principal suministrador de gas mediante barcos metaneros: entre enero y agosto, un tercio del gas que ha llegado a España procedía del otro lado del Atlántico.
La fijación de un tope al precio del gas divide a la Unión Europea por miedo a las represalias rusas
Ver más
Asegurar los depósitos de gas no solo es determinante para garantizar el suministro, según los analistas, sino que también permite reducir el precio de la energía en el futuro, ya que se reduce el riesgo a que un invierno más frío de lo esperado o una caída de las importaciones disparen la demanda de gas y a su vez el precio de la factura de la luz.
Tras analizar el estado de los almacenes europeos y las medidas que pretende introducir la Comisión Europea, desde Goldman Sachs estiman ahora que el precio del gas TTF, el de referencia en Europa, se situará por debajo de los 100 euros por megavatio hora en el primer cuatrimestre de 2023, la mitad de lo que vale ahora.
"La sensación de urgencia para rebajar el consumo [de energía] que vemos ahora será sustituida gradualmente por una sensación de alivio en el mercado por haber superado el invierno", subrayan los expertos del banco estadounidense, que calculan que las reservas de gas en el continente caerán hasta el 20% de aquí a primavera.