EL COSTE DE LA POLUCIÓN PARA LA SALUD
La contaminación cuesta cada año 859 millones a la sanidad pública y causa 62.000 visitas a urgencias

La contaminación del aire en las ciudades tiene un impacto inmenso y hasta ahora desconocido sobre el sistema sanitario español. Un equipo de investigadores ha calculado que cada año ingresan en urgencias de media 61.884 personas por problemas de salud relacionados con la polución, con un coste para la sanidad pública de 859 millones de euros. La exposición al dióxido de nitrógeno (NO2), un gas que liberan los tubos de escape de los coches, representa casi la mitad de las atenciones médicas catalogadas por los autores.
El análisis, publicado el sábado en la revista Science of The Total Environment, ha sido coordinado por la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS) del ISCIII, codirigida por los científicos Julio Díaz y Cristina Linares. Y pone de manifiesto por primera vez el coste sanitario y económico de un problema que pasa desapercibido y que afecta a prácticamente toda la población de España. Un reciente estudio de Ecologistas en Acción recoge que en 2024 las quince mayores ciudades de España duplicaron y hasta triplicaron los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de concentraciones de NO2.
Durante el lustro que ha sido analizado por los expertos, el NO2 se asocia con 27.823 ingresos de pacientes en urgencias hospitalarias, una atención que costó 393,25 millones de euros por ejercicio al sistema sanitario español. Este gas es tan dañino porque una exposición continuada provoca inflamación pulmonar, tos, problemas respiratorios y asma, y puede derivar en ingresos hospitalarios en personas con patologías previas o incluso en dolencias crónicas pulmonares.
El segundo contaminante más agresivo es el ozono, que se relaciona cada año con 22.858 ingresos hospitalarios y supone un coste anual de 312,76 millones de euros a las comunidades autónomas. El ozono es un gas altamente oxidante y a corto plazo genera irritación e inflamación en los pulmones y los ojos, incrementa el estrés y la ansiedad, y puede agravar otras enfermedades. A largo plazo también puede producir problemas crónicos en el sistema respiratorio, cardiovascular y endocrino.
Por último, el estudio valora el impacto de las micropartículas que flotan en el aire, también conocidas como PM 2,5 y PM 10, a las que se atribuyen 11.203 ingresos y un coste de 152,95 millones. Estas motas de polvo de menos de 10 micras de tamaño también se introducen en el aparato respiratorio y provocan inflamación pulmonar. Las más pequeñas, inferiores a 2,5 micras, llegan incluso al torrente sanguíneo y se instalan en el cerebro, el corazón y en otros órganos, y pueden provocar ateromas, infartos, problemas vasculares, diabetes, enfermedades neurodegenerativas o alzhéimer.
Para elaborar esta estadística, los autores han cruzado los datos de contaminación del aire de 633 estaciones con más de 14.000.000 de registros de urgencias de todas las provincias españolas. Madrid es de lejos la comunidad con más ingresos anuales por NO2, con 8.203 de media. La sigue Cataluña, con 6.350 ingresos al año, y Andalucía, con 4.301. No obstante, la ciudad con más contaminación atmosférica entre 2013 y 2018 fue Granada, con altísimas concentraciones de O3 y micropartículas.
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Los autores recuerdan que los niveles de contaminación del aire se han reducido poco a poco en la última década, pero la población continúa expuesta a niveles superiores a lo recomendado. El 99% de la población mundial respira diariamente aire contaminado, según la OMS. En España, todos los ayuntamientos cumplieron por primera vez 2022 el límite máximo de contaminación de NO2 fijado en 2008 de 40 microgramos por metro cúbico, pero ninguna de las grandes urbes el nuevo valor límite de la Unión Europea que será efectivo en 2030 de 20 microgramos, y mucho menos los 10 microgramos que recomienda la OMS.
El principal origen de estos contaminantes es el tráfico rodado, especialmente en el caso del NO2, que procede de los motores de los vehículos y de la combustión de las fábricas. En el caso del ozono es similar, puesto que se origina por la interacción de la radiación solar con el NO2. Las micropartículas PM proceden de toda clase de fuentes: del hollín que sale de los tubos de escape, de la goma de las ruedas que se desprende de los coches por el rozamiento, del polvo generado en las obras de la ciudad o del polen que desprenden las plantas en primavera.
Más de 5.000 ingresos por frío y calor
El estudio también analizan los picos de temperatura, a los que se atribuyen 5.377 ingresos en urgencias cada año de media entre 2013 y 2018, con un coste de 76 millones por ejercicio. Su impacto fue "mucho menor" que el de la contaminación del aire, según los autores. En concreto, los ingresos durante las olas de calor aumentan en 1.227 personas en España, y las olas de frío en 4.150.