ENTREVISTA Director del Instituto de Periodismo Constructivo

Alfredo Casares: "El periodismo constructivo no niega los problemas, los explica y da soluciones"

Alfredo Casares durante una charla sobre periodismo constructivo.

¿Qué periodismo necesitamos? Bajo esta pregunta nada sencilla de responder se enmarca  un ciclo de mesas redondas organizadas por el Instituto de Periodismo Constructivo y la Fundación La Caixa. Madrid, Sevilla, València, Zaragoza y Palma acogerán a lo largo de todo este año unos debates que bajo el título El periodismo que necesitamos en una sociedad sobreinformada intentarán abordar algunos de los problemas que arrastra en la actualidad la profesión: el exceso de información, la negatividad, la polarización y sus efectos tanto en las personas como en la convivencia como sociedad. 

Este ciclo arranca este mismo jueves en Madrid. El Caixaforum acoge la primera mesa que lleva como título La fatiga ciudadana ante el exceso de información. Moderada por la secretaria general del Instituto Hermes, Luisa Alli, contará con la politóloga, profesora de la Universidad de Zaragoza y columnista de infoLibre Cristina Monge, junto al fundador y director del Instituto de Periodismo Constructivo, Alfredo Casares, que además es el director científico de estas mesas. En un mundo en el que "estamos sobrados de gurús periodísticos", el objetivo es convertirse en un punto de encuentro para reflexionar "en voz alta" e intentar aportar soluciones. "Queremos abrir la conversación sobre el periodismo que necesitamos no sólo a los periodistas si no a la sociedad entera, y que todos podamos participar en esta conversación", reconoce Casares.

En este ciclo tendrá un lugar de protagonismo el periodismo constructivo, un periodismo que busca soluciones y crea aprendizaje frente a la crispación y el catastrofismo que rodea la esfera mediática. infoLibre es uno de esos medios que está trabajando para aplicar este periodismo constructivo a un proyecto generalista, con una fuerte presencia de la actualidad política, el análisis y la investigación. 

Ante la mesa redonda de este jueves, infoLibre habla con Alfredo Casares sobre este ciclo, el periodismo constructivo y el estado actual de la profesión: 

Uno de los puntos que se abordarán durante este ciclo es el exceso de información. Con el actual ritmo de noticias, siendo bombardeados con últimas horas constantes, ¿estamos consumiendo noticias por encima de nuestras posibilidades?

No las estamos consumiendo, estamos recibiendo impactos constantes, además de una forma que no es muy consciente, es decir, que no es voluntaria. Lo que necesitamos es, por un lado, hacer un periodismo de manera más consciente, teniendo muy claro para qué lo hacemos; y, por otro, consumir información siendo muy cuidadosos de qué impactos recibimos y no dejarnos avasallar por ese bombardeo constante. Es cierto que ha habido una aceleración del relato informativo grandísimo y que estamos sometidos a impactos informativos que no son voluntarios, por ejemplo nuestro teléfono móvil está constantemente llamando nuestra atención. Al final, consumimos de manera pasiva mucha información y en el ciclo haremos una aproximación a cómo tener una relación más saludable con el acto de estar más informado. 

Para ser justos, los medios de comunicación no son los únicos culpables de esta saturación, las redes sociales e Internet juegan un papel fundamental...

Sí, muchas empresas periodísticas están hoy en un negocio en el que compiten por la atención con grandes empresas globales de entretenimiento, con las redes sociales... y en el que captar la atención es muy importante para el negocio. Pero el negocio es una parte, y en el ciclo hablamos de periodismo y me interesa que se separe el debate.

No consumimos noticias, estamos recibiendo impactos constantes, además de una forma que no es muy consciente, es decir, que no es voluntaria

En esta competición por la atención, ¿el periodismo ha dado por perdido ya su papel tradicional como gatekeeper ante estas plataformas? 

No debería. Lo que probablemente tiene que buscar es que el periodismo encuentre y conserve un lugar valioso. Que quizás no sea lo que se hacía antes, pero tiene que buscar su sitio. Hay entornos que se han convertido en lugares muy hostiles para hacer periodismo. Como dijo Jürgen Habermas en una entrevista hace unos años, la innovación que supuso la revolución digital no está hecha con fines culturales, como quizás pasó con la imprenta, sino que está hecha con fines económicos. Internet sirve a unos intereses que son, en gran parte, económicos y si quieres estar ahí, tienes que competir con sus reglas, no con las del periodismo. Sin embargo, el periodismo no ha renunciado a este papel de mediador y creo que nadie lo piensa, tampoco la gente que está al frente de los medios.

Además de las redes, la inteligencia artificial ha irrumpido para quedarse. En los últimos meses, los mensajes han sido, sobre todo, catastrofistas, pero, ¿puede ser una aliada o todo lo contrario?

La respuesta está en el medio: puede ser aliada y enemiga. Podemos usar la inteligencia artificial para hacer mejor periodismo y en eso creo que el sector está muy bien alineado. Hay medios que la están usando de muchas formas desde hace tiempo: puede ayudar en la personalización, en la elaboración de determinados contenidos de valor añadido, en el manejo de grandes cantidades de datos... Pero, es cierto que la inteligencia artificial tiene que ser un apoyo y una herramienta, no puede convertirse en el motor del periodismo que hacemos. Además, hay que estar atentos porque la inteligencia artificial, en este entorno hostil, es un factor que contribuye a hacer más difícil separar lo cierto de lo que no es cierto, complica las cosas para el periodismo y para la ciudadanía en un entorno digital donde la desinformación es un elemento estratégico. 

Las redes sociales y la inteligencia artificial siempre son señaladas como foco de noticias falsas. ¿Puede el periodismo constructivo ayudar a frenar esta desinformación?

Lo que puede hacer la profesión con buen periodismo, con un periodismo que sea más constructivo, más orientado a las soluciones, más explicativo y más contextual, es ofrecer una oferta que satisfaga necesidades que la sociedad tiene. Con lo fácil que es acceder a la desinformación, competir con ella es difícil porque consumir buen periodismo no sólo exige que haya buen periodismo, que lo hay: también exige que la ciudadanía haga el acto voluntario de acudir a ese periodismo y no a otro. Es importante también cuanta oferta haya de un periodismo más constructivo: cuanto más de este periodismo hagamos más argumentos tendremos para que la ciudadanía acceda a una información que la implica, la compromete y la mueve a la acción. 

La inteligencia artificial es un factor que contribuye a hacer más difícil separar lo cierto de lo que no es cierto

El periodismo constructivo será clave en este ciclo de mesas. Pero, ¿cuál es el ingrediente principal que hace que una pieza se distinga de lo que se hace habitualmente en los medios? 

El rigor, por supuesto, y el mostrar y compartir aprendizajes que podamos incorporar a la sociedad. También que traslade esperanza, pero basada en datos, evidencias y experiencias, no en una esperanza facilona ni buenista. Y hacer visibles esas respuestas y esas iniciativas que la sociedad está llevando a cabo, ya sean personas, comunidades u organizaciones, para dar respuesta a los desafíos y a los grandes problemas, que los tenemos. Es un periodismo que no niega los problemas, ni muchísimo menos, sino que los explica y que explica sus consecuencias pero desde esa perspectiva de las soluciones. También nos enfrenta a situaciones o contextos que no son necesariamente los habituales y que desafían nuestras creencias, que se atreve a mostrar realidades que quizá no coinciden exactamente con las nuestra, o con nuestros entornos o forma de pensar. Otro de los rasgos del periodismo constructivo es hacernos entender mejor la diversidad y favorece el diálogo, la conversación entre distintos porque entre iguales es muy fácil.

Como comentaba, el periodismo constructivo no consiste en dar noticias amables. ¿Por qué cree que se cae siempre en este error de empañar de buenismo este tipo de periodismo? 

Diría que cada vez menos. Hoy empezamos a diferenciar muy claramente lo que son las noticias positivas, que para que nos alegren el día están bien, y lo que es el periodismo constructivo, que es riguroso y de investigación. Pero de investigación no para denunciar sino como un complemento que nos ayuda a equilibrar la denuncia con el 'y ahora qué'.

El periodismo constructivo nos hace entender mejor la diversidad y favorece el diálogo, la conversación entre distintos porque entre iguales es muy fácil

¿Y se puede hacer periodismo constructivo en un lugar de conflicto como puede ser ahora mismo Gaza o Ucrania?

Frente al catastrofismo, periodismo de soluciones: “Queremos cambiar las gafas con las que miramos el mundo”

Frente al catastrofismo, periodismo de soluciones: “Queremos cambiar las gafas con las que miramos el mundo”

Sí, hay periodismo constructivo en tiempos de guerra, se puede hacer. Hay varias iniciativas y son interesantes, aunque es cierto que tienen que dejar pasar un cierto tiempo. Hacer visibles estos proyectos no supone edulcorar la guerra, ni mucho menos, sino que supone hacer visibles procesos de empoderamiento, de resiliencia y del poder que tiene la comunidad para salir adelante. No se trata de historias de héroes, con capa y espada, sino de gente como nosotros que consiguen organizarse y cambiar, paliar o resolver hasta donde puedan llegar determinadas situaciones.

¿Cómo será, o cómo te gustaría que fuera, el periodismo de dentro de una o dos décadas? 

No tengo ni idea de cómo será, ni en qué formato será. Pero, desde luego, tendrá que ser lo que siempre tuvo que haber sido: un periodismo que nos ayude a entender mucho mejor la diversidad y la complejidad de la sociedad, que sospecho que va a ir en aumento; que favorezca la convivencia y el diálogo, y que nos ayude a tener una imagen del mundo más justa y más equilibrada. Y, por su puesto, que nos ayude a tener una imagen de una sociedad capaz de generar cambio y transformación social. 

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