La Comisión Europea ha presentado este miércoles sus primeras medidas para combatir la desinformación, un fenómeno que “erosiona la confianza en las instituciones y en los medios” e impide a los ciudadanos tomar “decisiones informadas”. A pesar de las presiones recibidas en los últimos meses, la comisaria de Economía Digital, Mariya Gabriel, ha rechazado por el momento poner sobre la mesa una propuesta legislativa en esta materia y ha apostado por la autorregulación como la mejor medicina contra las campañas de desinformación. Sin embargo, avisa el Ejecutivo comunitario, se mantiene abierta la puerta a “futuras acciones adicionales”, incluidas “de carácter reglamentario”, si los resultados de este primer paquete de medidas no son satisfactorios.
En concreto, siguiendo algunas de las recomendaciones del grupo de expertos puesto en marcha hace unos meses, la Comisión Europea ha propuesto la creación de un Código de Prácticas sobre Desinformación, la puesta en marcha de una red independiente de inspectores de datos, avanzar en la alfabetización mediática e impulsar el periodismo de calidad. “La desinformación en línea (…) requiere una acción inmediata. La autorregulación se considera la forma más adecuada para que las plataformas en línea implementen acciones rápidas para abordar este problema, en comparación con un enfoque regulatorio que tomaría mucho tiempo para prepararse e implementarse y que podría no abarcar a todos los actores”, señala la Comisión.
Con el Código de Prácticas, que se espera que esté listo en julio y ofrezca datos cuantificables en octubre, Bruselas busca avanzar en varios frentes. Con la autorregulación, pretende mejorar el “escrutinio de las colocaciones publicitarias” para “reducir los ingresos de los proveedores de información” y poder reforzar el acceso a “información fiable”. Pero también intensificar los esfuerzos para el cierre de cuentas falsas en redes sociales y el establecimiento de “sistemas de marcado claros” para bots que garanticen que sus actividades “no se confundan con las interacciones humanas”. Y, por supuesto, brindar a los investigadores acceso a los datos de las plataformas para que puedan estudiar el fenómeno de la desinformación.
Pero, ¿qué pasará si las plataformas incumplen este Código de Prácticas sobre Desinformación? Por el momento, nada. Con el paso dado, el Ejecutivo comunitario sólo está poniendo en sus manos una herramienta que ayude a luchar contra la desinformación y les está pidiendo que “intensifiquen de forma decisiva sus esfuerzos” para combatir este fenómeno. Sin embargo, desde Bruselas avisan que en unos meses tendrán los primeros resultados cuantificables. Y si no se pasa el examen y el enfoque de la autorregulación falla, aseguran que la Comisión Europea “puede proponer nuevas medidas, incluidas normativas dirigidas a unas pocas plataformas. Tales acciones, añaden, deberán “respetar la libertad de expresión”.
Red de inspectores de datos
Además, en la comunicación hecha pública este jueves, el Ejecutivo comunitario se compromete a impulsar la creación de una red europea independiente de inspectores de datos con el objetivo de “establecer métodos de trabajo comunes, intercambiar mejores prácticas, lograr la cobertura más amplia posible en la UE y participar en actividades conjuntas de verificación de datos”. Este equipo, se explica desde Bruselas, lo conformarán verificadores de datos que deberán regirse por la “imparcialidad”, la “transparencia de las fuentes y financiación” o la “transparencia de la metodología”. Y sus correcciones, completa la Comisión, deberán ser “abiertas y honestas”.
El Ejecutivo comunitario asegura que no interferirá con la actividad de esta red. Desde Bruselas, sólo se proporcionará apoyo operativo. En este sentido, la Comisión Europea lanzará una “plataforma segura online” sobre desinformación para facilitar el trabajo de los inspectores de datos e investigadores.
El objetivo es ofrecerles “herramientas transfronterizas de recopilación y análisis” así como acceso a datos de toda la Unión Europea. “Esto permitirá que los miembros de la red actúen como marcadores de confianza. También facilitará una comprensión más profunda de la desinformaciónonline y la formulación de estrategias basadas en la evidencia para limitar aún más su propagación”, sostiene el Ejecutivo comunitario.
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Respaldo al periodismo de calidad
El departamento que dirige Gabriel, además, es consciente de la importancia que tiene la educación en esta materia. Por eso, en la comunicación que ha presentado este jueves, el Ejecutivo europeo también recomienda más “actividades de alfabetización mediática”. De hecho, se compromete a organizar una Semana Europea sobre este asunto. Pero también pone la pelota en el tejado de los Estados miembro, a los que alienta a “incluir en sus políticas educativas” temas como la ciudadanía digital, la alfabetización mediática y actividades para sensibilizar sobre la desinformación. “La Comisión alentará a los inspectores de datos y las organizaciones de la sociedad civil a que proporcionen material educativo a las escuelas”, completan.
El área de Economía Digital de la Comisión Europea tampoco se olvida de los medios informativos de calidad, que “desempeñan un papel importante” en la lucha contra las fake news. “Al garantizar un entorno de medios pluralista y diverso, se puede descubrir, contrarrestar y diluir la desinformación”, apunta Bruselas. En este sentido, son conscientes de la pérdida de independencia y calidad del periodismo desde el estallido de la crisis económica. Y eso es un problema en la batalla contra las noticias falsas. Por eso la Comisión alienta a los países miembro a considerar planes de ayuda para “corregir las deficiencias del mercado que obstaculizan la sostenibilidad del periodismo de calidad” así como “medidas de apoyo para actividades específicas”.
La Comisión Europea ha presentado este miércoles sus primeras medidas para combatir la desinformación, un fenómeno que “erosiona la confianza en las instituciones y en los medios” e impide a los ciudadanos tomar “decisiones informadas”. A pesar de las presiones recibidas en los últimos meses, la comisaria de Economía Digital, Mariya Gabriel, ha rechazado por el momento poner sobre la mesa una propuesta legislativa en esta materia y ha apostado por la autorregulación como la mejor medicina contra las campañas de desinformación. Sin embargo, avisa el Ejecutivo comunitario, se mantiene abierta la puerta a “futuras acciones adicionales”, incluidas “de carácter reglamentario”, si los resultados de este primer paquete de medidas no son satisfactorios.