Televisión pública
El desplome de audiencia de TVE y el ‘efecto arrastre’ que no existió
715.000. Ese es el número de espectadores que los telediarios de la televisión pública se han dejado por el camino en el último año. De media, en sus ediciones de mediodía y noche, han perdido desde febrero de 2012 un 24,04% de audiencia, es decir, casi uno de cada cuatro espectadores ha dejado de ver los noticiarios de la pública. Los datos hablan por sí solos. Buscar las causas del descenso es más complicado. Y, claro está, depende del cristal con que se mire.
La observación de las audiencias, difundidas por Barlovento Comunicación con datos de Kantar Media, ofrece un escenario de caída que se remonta al verano, cuando la nueva cúpula de RTVE apartó a Fran Llorente de la Dirección de Informativos, a finales de junio, y puso a Julio Somoano, procedente de Telemadrid. Hasta entonces, con la excepción de junio, los telediarios habían conseguido mantener el liderazgo en una cadena ahogada por el recorte del presupuesto y, por tanto, la dificultad para hacer una parrilla atractiva tras perder series con tirón o los partidos de la selección española de fútbol.
El pasado 27 de febrero, en su comparecencia ante la Comisión Mixta de Control a RTVE, el presidente de la Corporación, Leopoldo González-Echenique, achacó la caída de audiencia de los informativos a lo que en el argot televisivo se define como efecto arrastre, es decir, al público que un programa hereda del espacio que se ha emitido inmediatamente antes. Así, Echenique aludió al programa Pasapalabra (Telecinco). A su juicio, esta emisión “está desplazando sin ninguna duda mucha atención” a la cadena de Mediaset. “Telecinco entra [en su informativo de la noche] con un 25% de audiencia últimamente, y nosotros con un 7%”, aseguró a preguntas de Soraya Rodríguez, portavoz socialista en el Congreso.
Sin embargo, el argumento del máximo responsable de la televisión pública cojea si se coteja con los datos de audiencias de Kantar Media. En febrero de 2012 Pasapalabra cosechó un 18,4% de cuota de pantalla, cuatro décimas más que en febrero de 2013, mes en que los informativos de TVE perdieron su liderazgo en favor de la privada del grupo Mediaset España.
Inquietud en la redacción
La preocupación por la pérdida de audiencia ha salido de los despachos y se palpa en la redacción. Muchos trabajadores, según aseguran fuentes consultadas por infoLibre, sienten que la ciudadanía ha empezado a percibir cómo “el poder” le ha arrebatado de nuevo la televisión pública, lo que debilita la audiencia y, por tanto, pone en entredicho sus puestos de trabajo. De hecho, la dirección de RTVE y los sindicatos se encuentran en pleno proceso de negociación del convenio colectivo.
El Consejo de Informativos de TVE, órgano que vela por la independencia de la información de la cadena, también ha apuntado en esta dirección. En su última comunicación interna, en la que se da cuenta de una reunión con Somoano, sus miembros achacan la pérdida de espectadores a “la deficiente contextualización de las noticias” y a una “progresiva pérdida de pluralidad de enfoques y opiniones”.
Fuentes de los trabajadores han confirmado a este diario que, a instancias de los actuales responsables, hay prácticas que han comenzado a generalizarse. Así, aseguran, se evita dar contexto a los “temas conflictivos” que pueden incomodar al Gobierno o al partido que lo sustenta, como, por ejemplo, el caso Bárcenas. Asuntos de ese calado se despachan con cruces de declaraciones y, según relatan, buena parte del informativo –que es más largo que el del resto de cadenas– se llena de contenido insignificante y de dudosa relevancia informativa.
¿Quién gana la audiencia que pierden los telediarios de TVE?
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Otra de las consignas que detallan los profesionales tiene que ver con las informaciones políticas. Además de que suelen cerrarse con declaraciones afines al Ejecutivo, aseguran que predominan lo que en el argot se define como colas, es decir, unidades de imagen y sonido ambiente que son comentadas por el presentador del telediario, en detrimento de las piezas completas que elabora y narra el redactor que ha cubierto la información. Fuentes de los trabajadores ven en estas prácticas un intento de los editores de “controlar” el sentido de sus informaciones.
Los profesionales de Torrespaña también tienen la percepción de que la ciudadanía “ha desaparecido” de los telediarios. Las encuestas a pie de calle, apuntan, prácticamente se han eliminado y se da cada vez menos voz a los colectivos sociales, los expertos o los usuarios de los servicios públicos. “Sólo aparecen los políticos y, en menor medida, los agentes sociales tradicionales”, se queja una fuente.
“No hay directrices en el sentido estricto, las cosas son más sutiles”, señalan desde el Consejo de Informativos, donde admiten, no obstante, haber recibido quejas de trabajadores que dicen haber sufrido “injerencias” de los responsables de los telediarios con “criterios discutibles”. Los miembros de este órgano que representa a los profesionales de la información, a los que Somoano acusó de hacer “críticas genéricas”, se centrarán en las próximas semanas en “documentar” los cambios que ha habido en los telediarios. Y es que, deuncian, las cosas en la televisión pública “ya no se cuentan como se contaban”.