Instagram y sus "clones asesinos" atacan ahora a Be Real: así intenta acabar la red social con sus rivales

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Dice el refrán que "si no puedes con tu enemigo, únete a él". En Silicon Valley, esta máxima ha mutado a un "si no puedes con la competencia, copia las claves de su éxito". Y esto es lo que lleva haciendo Instagram desde que se convirtió en parte del universo Meta (antes Facebook) hace ya una década. Primero fue Vine, después le llegó el turno a Snapchat y TikTok y ahora le ha tocado a Be Real, la red social de moda entre la generación Z con su fórmula anti postureo y anti influencers. Es lo que el periodista especializado en tecnología Casey Newton ha denominado ya como los "clones asesinos": "Cuando Facebook ve tu aplicación y ve que gusta, hace una expresamente para matarla". Es decir, desarrolla una función similar o prácticamente igual para así aplastar a sus rivales e impedir la huida de usuarios. 

En el caso de Be Real, la nueva característica en la que estaría trabajando Instagram, denominada "IG Candid", consiste en pedirle al usuario que comparta una foto auténtica en un determinado momento del día. ¿Le suena de algo? Sí, sospechosamente similar a lo que ofrece esta aplicación fundada en 2020 por el ex empleado de GoPro Alexis Barreyat junto a Kévin Perreau. "Esta plataforma, como se puede intuir en su propio nombre, busca la naturalidad", explica Silvia Martínez-Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Be Real sólo permite a sus usuarios hacer una única foto al día y cuando la aplicación lo permite. Esto, como reconoce Laura Pérez Altable, doctora en comunicación e investigadora de la Universitat Pompeu Fabra, supone un cambio de paradigma. "Es diferente al modelo anterior de redes sociales, en el que se subía el contenido cuando nosotros queríamos. Aquí tiene el control sobre cuándo se publica. Se establece una especie de juego, por lo que tiene un punto de gamificación", expone esta experta. 

Además, Be Real sólo da dos minutos para sacar la imagen y no deja ni recurrir a la galería de fotografías del móvil ni usar los socorridos filtros. Esto hace imposible caer en el postureo, marca de la casa en Instagram. "Así se fomenta la espontaneidad y, por consiguiente, una representación que se presupone se acerca  más a la realidad", sostiene Martínez-Martínez. 

"Be Real nació como respuesta a un sentimiento de que las aplicaciones sociales actuales están haciendo todo lo demás excepto conectarnos con nuestros amigos y familiares", señalan desde esta red social de origen francés. Sin embargo, esta exclusividad podría tener sus días contados después de que el filtrador Alessandro Paluzzi mostrase al mundo los planes de Instagram. Y, sobre todo, porque desde Meta no han negado esta información

Desde el imperio tecnológico propiedad de Mark Zuckerberg, han confirmado a The Verge que se trata de un "prototipo interno" y que no se "prueba externamente". Según detalla Engadget, el hecho de que la empresa esté probando esta funcionalidad ya sugiere que al menos está considerando replicar la aplicación dentro de su propio servicio. 

Pero lo que no es un prototipo es la función de cámara Dual que anunció a finales de julio junto a otras novedades. Esta nueva opción, que se podrá usar tanto en los Stories como en los Reels, sirve para sacar fotografías o vídeos de forma doble incluyendo tanto la imagen tomada con la cámara trasera como con la frontal. Así, según explica la red social, se "graba el contenido y tu reacción al mismo tiempo". ¿Le suena de algo? Sí, sospechosamente similar a las imágenes que permite compartir Be Real. 

Para Pérez Altable, un punto importante es para qué quiere la plataforma este tipo de implementaciones. "Be Real lo hace para ver dónde está el usuario y para eliminar postureo. ¿Qué sentido y qué valor añadido tienen para Instagram? Creo que no han pensado mucho que le puede aportar a la red social", critica esta experta.

El pastel de la generación Z

La pregunta a estas alturas es evidente: ¿por qué esta obsesión por copiar ahora a Be Real? La respuesta, aunque no oficial, es bastante evidente: por los números. A estas alturas de la partida, la aplicación francesa ya se ha metido al público en el bolsillo. "Ver cómo evolucionan los gustos de los usuarios e incorporar las opciones que ofrecen otras redes sociales que irrumpen con éxito puede contribuir a evitar que sus propios usuarios migren a estos nuevos entornos", explica Martínez-Martínez. 

Por ahora, Be Real ha conquistado a los más jóvenes. En concreto, a la generación Z. Así lo muestran los datos del Estudio de Redes Sociales 2022 de IAB Spain elaborado en colaboración con Elogia. Aunque el conocimiento de esta plataforma es sólo del 3%, aumenta hasta el 18% en la franja de edad de los 18 y 24 años. Y Mark Zuckerberg ya ha afirmado en un par de ocasiones que el futuro de Instagram y de Meta pasa por los adultos jóvenes

Pero a Instagram no sólo le gusta el público al que ha conquistado, también le interesa el crecimiento que está experimentando. A nivel mundial, según datos recogidos por Apptopia el pasado abril, cuenta con unos tres millones de usuarios activos. Solo en el primer trimestre de 2022, según App Annie, Be Real registró 3,3 millones de descargas en todo el mundo, un 390% más que en el cuarto trimestre de 2021.  Este viernes, la aplicación estaba en España de tercera en la App Store (sólo por detrás de las de Cercanías y de Renfe, necesarias para los abonos gratuitos del transporte público) y en la posición 15 en Google Play (sólo una por detrás de Instagram).

Be Real no es su primera víctima

Pero Be Real no es, ni mucho menos, la primera aplicación rival en la que Instagram se ha fijado para inspirarse para introducir novedades en la plataforma. Es más, incluso podríamos decir que es su modus operandi: todo lo que les funcione a la competencia, lo incorporan a la red social

Cuando Vine, una aplicación basada en vídeos de seis segundos que terminó comprando Twitter, comenzó a despuntar en 2013, ante su éxito, Instagram implementó la subida de vídeos en junio de 2013 y los boomerangs (las reproducciones en bucle) en 2015. La plataforma tuvo que echar el cierre en enero de 2017. 

Cuando Snapchat se hizo popular, Instagram lanzó en el verano de 2016 su versión de esta aplicación: sus populares Stories, que después terminó replicando sin el mismo éxito en Facebook y WhatsApp. Y lo mismo hizo con sus filtros, los eventos en directos y los geostickers. La propia Instagram admitió que le habían copiado muchos elementos a la red social del fantasma amarillo. 

Y lo mismo ha pasado con TikTok. Instagram respondió a la popularidad de la aplicación lanzando Reels, un nuevo formato con herramientas para la producción de vídeos similares a la de su rival. Incluso el pasado mes de junio,  un memorando interno de Meta de abril, desveló un cambio total del algoritmo de Facebook para copiar prácticamente el funcionamiento de la plataforma china

Incluso hay quién señala que los vídeos de IGTV, uno de los grandes fracasos recientes de la red social en beneficio de los Reels, fueron una forma de intentar plantar cara a YouTube. Evidentemente, sin gran éxito. 

Con todos estos intentos de frenar a sus rivales convirtiéndose en la competencia, ¿está Instagram perdiendo su esencia? Pérez Altable considera que sí y que, al final, con todos estos cambios, da la imagen de ir "al rebufo" del resto y no le beneficia. 

Para Martínez-Martínez, en estos casos es importante que "la plataforma consiga un equilibrio y no pierda la esencia o el sentido de otras funcionalidades que son las que mantienen activos a otros usuarios fieles". Eso sí, la también directora del Máster universitario Social Media: Gestión y Estrategia de la UCO advierte que "más que copiar", lo que debería hacer es "estar atenta a las tendencias y a la evolución en los gustos del público, especialmente de los más jóvenes, para conseguir atraerlo y mantenerlo".

No sólo Instagram tiene "clones asesinos"

Pero Meta no es la única tecnológica que recurre a los "clones asesinos". "Esta forma de actuar ha marcado al sector del social media desde hace años", recuerda Martínez-Martínez, que apunta que se trata de "una dinámica bastante habitual en este ámbito". No obstante, esta experta apunta que en "algunos momentos puede ser más notorio en unas plataformas o en otras".

Por poner sólo algunos ejemplos, Google trabajó en dos proyectos para subirse al carro de TikTok: Shooplop, que importa la idea para comprar online, y Shorts para YouTube, basado en un servicio de vídeos cortos. Twitter implementó Fleets, su copia de las Historias de Snapchat y los Stories de Instagram, que terminó desechando para darle espacio a los Spaces, su espacio de audio que creó en respuesta a la popularidad de ClubHouse.

"Copian lo que funciona", explica Pérez Altable que desconoce si las distintas compañías piensan en si estas funcionalidades aportarán algo a la propia plataforma. "Lo que funciona para una aplicación, no tiene por qué funcionar para otra. No se están teniendo en cuenta las particularidades de cada red social", afirma esta doctora en comunicación que reconoce que lo único que buscan es "retener a los usuarios".

"Make Instagram Great Again"

Aunque sea una dinámica habitual en Silicon Valley, lo cierto es que, para Instagram, este tipo de informaciones ponen el punto y final a un verano complicado para la red social. El pasado julio, el propio jefe de la aplicación, Adam Mosseri, tuvo que salir a dar explicaciones sobre algunas novedades tras un aluvión de comentarios negativos por parte de los usuarios. "Siempre que se produce un cambio aparecen voces críticas, pues no se sienten cómodas con la propuesta que hace la red", asegura Martínez-Martínez. En este caso, lo llamativo han sido algunos de los sujetos discordantes, ya que entre ellos se encontraban algunas de sus influencers y celebrities con más seguidores como Kim Kardasahian, Kylie Jenner o Chiara Ferragni

Be Real triunfa entre la generación Z con su fórmula "anti-Instagram": sin postureo ni 'influencers'

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Bajo el lema "Make Instagram Great Again", acusaron a la red social de estar perdiendo su esencia al centrarse en el formato vídeo. Es decir, por intentar parecerse cada vez más a TikTok. "Dejad de intentar ser TikTok, solo quiero ver fotos bonitas de mis amigos", se puede leer en la publicación que corrió como la pólvora por los Stories a finales de julio. "Lo que afectaría realmente a la plataforma sería si esos perfiles, especialmente los populares que arrastran a miles de seguidores y que han mostrado su apoyo a la iniciativa, dejaran de publicar y usar Instagram", advierte Martínez-Martínez.

Con ese peligro encima de la mesa, Mosseri intentó capear el temporal justificando estos cambios afirmando que "el mundo está cambiando rápidamente" y "vamos a tener que cambiar con él". No obstante, en una entrevista en Platformer, reconoció que las novedades anunciadas, como abrir fotos y vídeos a pantalla completa (función característica de TikTok), no se implementarían y darían "un paso atrás". "Me alegro de que nos arriesgáramos. Si no fallamos de vez en cuando, es porque no pensamos lo suficientemente grande o audaz", admitió.

Por ahora, parece que esta marcha atrás ha convencido al grueso de los creadores de contenidos, pero no a todos. "Los usuarios que han conseguido popularidad con las imágenes fijas, cuidadas y editadas que antes imperaban en Instagram ahora pueden sentir que sus contenidos no alcanzan la misma notoriedad", asegura Martínez-Martínez. Así, la red social ya ha comenzado a tener sus primeras bajas. La más reciente, la de la periodista Cristina Mitre. Con más de 250.000 seguidores, anunció este mismo viernes que parte de su contenido se irá de la plataforma: "Cada día miro el feed y veo a todo el mundo haciendo lo mismo. Ya no me parece un sitio inspirador en el que compartir, aprender y crear comunidad".

Dice el refrán que "si no puedes con tu enemigo, únete a él". En Silicon Valley, esta máxima ha mutado a un "si no puedes con la competencia, copia las claves de su éxito". Y esto es lo que lleva haciendo Instagram desde que se convirtió en parte del universo Meta (antes Facebook) hace ya una década. Primero fue Vine, después le llegó el turno a Snapchat y TikTok y ahora le ha tocado a Be Real, la red social de moda entre la generación Z con su fórmula anti postureo y anti influencers. Es lo que el periodista especializado en tecnología Casey Newton ha denominado ya como los "clones asesinos": "Cuando Facebook ve tu aplicación y ve que gusta, hace una expresamente para matarla". Es decir, desarrolla una función similar o prácticamente igual para así aplastar a sus rivales e impedir la huida de usuarios. 

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