REDES SOCIALES

Mastodon, un Twitter sin nazis: así es la red que quiere ser una alternativa al nuevo juguete de Musk

Una de las imágenes que dan la bienvenida a los usuarios en la página de inicio de Mastodon.

Seguir las novedades de Elon Musk para Twitter, su nuevo juguete, no es tarea fácil. Y no sólo por la cantidad de ideas que plantea en su cuenta en la red social que pone encima de la mesa al día, sino por los cambios de opinión que tiene. "Es una estrategia bastante singular pero también llamativa ya que lo que no cabe duda es que ha logrado que esté en el foco de la conversación y de las miradas de medios de comunicación de todo el mundo, y contribuye a aumentar las expectativas y a la rumorología que desde los últimos meses han acompañado al proceso de adquisición", reconoce Silvia Martínez-Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Por poner sólo un ejemplo: la etiqueta oficial que apareció en algunas cuentas verificadas el miércoles y que horas más tarde desapareció misteriosamente porque el nuevo dueño se percató de las críticas que había suscitado. "La acabo de matar", tuiteó Musk en respuesta a un usuario. 

Pero esto es sólo la punta de un iceberg que tuvo su momento álgido el pasado viernes 4 con el despido de mitad de la plantilla vía correo electrónico. Es más que normal que los usuarios estén desconcertados y descolocados. A la sensación de improvisación y falta de rumbo fijo que parece que ha tomado la plataforma desde la llegada del también dueño de Tesla y SpaceX, se suman las sugerencias del hombre más rico del mundo de querer monetizar su nueva adquisición. ¿Cómo? Y aquí la gran pregunta a la que ni Musk no ha encontrado, aún, respuesta. 

A golpe de tuit, primero quiso cobrar ocho dólares al mes por el tic azul de la verificación, después reculó y dijo que este precio sería para el servicio Twitter Blue. También ha puesto encima de la mesa un sistema de pago interno a largo plazo, y la última novedad, según publica Platformer, es que quizás todo este embrollo termine en un muro de pago. "La incorporación de un modelo de pago tendría que explicarse muy bien para que el usuario entienda y pueda valorar si le compensa o si busca una alternativa en otra plataforma social", reconoce Martínez-Martínez.

¿Terminaremos pagando por tuitear? Probablemente, aunque por ahora no se conocen muchos más detalles y, según explica el periodista especializado en tecnología Casey Newton, no parece inminente ya que la compañía está "totalmente ocupada" con el lanzamiento de la verificación ampliada. "Son algunas vías de monetización con el objetivo de mejorar la cuenta de resultados de la plataforma que, como empresa, busca la rentabilidad", explica Martínez-Martínez.

Pero al miedo de los usuarios a tener que pagar por algo que hasta ahora ha sido prácticamente gratis hay que sumar otro factor: la deriva ideológica que muchos detectan tras las promesas de Musk de "ayudar a la humanidad" apostando por "una mayor libertad de expresión" y de querer convertir la red social en "una plaza del pueblo digital". Ambos elementos, sumado a la puerta abierta que está abriendo al regreso de Donald Trump, no terminan de convencer a un amplio sector de Twitter. 

El éxodo tuitero

Los anuncios en numerosas cuentas de Twitter no dejan de producirse y la pregunta es evidente: ¿viene un éxodo de usuarios? "Cuando una plataforma incorpora cambios siempre puede suceder que algunos de los usuarios que la usaban con cierta asiduidad migren a otros entornos o cuanto menos expresen su disconformidad con respecto a las modificaciones realizadas", explica Martínez-Martínez. Para esta experta, cualquier cambio supone "un ejercicio de adaptación", pero en el caso de transformaciones que toquen la cartera "resulta más evidente el esfuerzo que se le requiere al usuario". "Algo similar se ha producido en otros negocios que ofrecían su producto o servicio de manera gratuita y luego han ido levantando muros de pago", reflexiona esta profesora. 

Por ahora es demasiado pronto para responder a esta pregunta con números. Habrá que esperar a si la compañía facilita algún tipo de cifra sobre el crecimiento (o no) en el cuatro trimestre y el año 2022 el próximo mes de enero, como venía haciendo hasta ahora y como hacen el resto de tecnológicas. 

La irrupción de Mastodon

La deriva directa de esta pregunta es: ¿a dónde? ¿Hay alternativas? Tal y como apuntó Jordi Pérez Colomé en El País, Twitter cubre un hueco que no ocupa ninguna otra red: se basa sobre todo en el texto y es la más útil para seguir y comentar la actualidad. Así, entre cambios y temores, un animal extinto se está colando desde el pasado fin de semana en los trending topic: Mastodon. Muchos la han vendido ya como la alternativa a la red del pajarito azul, como una especie de Telegram al que recurrir cuando se cae WhatsApp. "Eso sucede porque tenemos una necesidad comunicativa que debemos satisfacer y buscamos una alternativa similar", señala Martínez-Martínez, que se pregunta si esa migración es "temporal" o "se deja definitivamente" Twitter. Todos sabemos la respuesta: "Sabemos que es mayoritaria y por eso volvemos a recurrir a ella"

Los que abandonen Twitter por Mastodon seguirán un camino que yahozo en 2016 Eugen Rochko, el creador de esta plataforma con sede en Alemania. "Pensé que poder expresarme en línea con mis amigos a través de mensajes cortos era muy importante para mí y también para el mundo, y que, tal vez, no debería estar en manos de una sola corporación", aseguró en una entrevista reciente con la revista Time en la que también explicó que su salida de la red social del pajarito también estuvo motivada por un "sentimiento de desconfianza en el control de arriba hacia abajo que se ejercía".

Pero, la pregunta es clara: ¿es una alternativa real? "Mastodon se presenta como alternativa dado que en los últimos días se ha producido un importante incremento de usuarios coincidiendo con el momento de cambio en Twitter", argumenta Martínez-Martínez. Su reciente fama se ha traducido en un aumento de casi medio millón de usuarios desde el 27 de octubre, el día del aterrizaje de Musk con lavamanos incluido, según datos de Techcrunch. Desde la propia plataforma, confesaron a finales de octubre que estaban teniendo problemas con los servidores por el "aumento extremo" de usuarios. En total, cuenta con alrededor de 4,5 millones de cuentas, lejos aún de los 238 millones de usuarios actuales con los que cuenta la red social del pajarito azul. 

Este trasvase de usuarios parece que no ha sentado nada bien al hombre más rico del mundo. Según recoge The New York Times, el pasado lunes Musk tuiteó al menos tres comentarios despectivos que terminó eliminando. Uno de ellos haciendo un juego de palabras fuera de lugar entre Mastodon y masturbación. 

Lleva siendo su alternativa desde 2016

A muchos la idea de Mastodon como alternativa a Twitter les parecerá un déjà vu. Y con razón. Sólo un año después de su creación, algunos medios ya le encargaban a esta red social la tarea de plantar cara a la plataforma del pájaro azul. Motivos no le faltaban ya que, según explica The Verge, es una especie de versión descentralizada y de código abierto del nuevo juguete de Musk

¿Un clon de Twitter? Para nada. "Aunque puedan parecer muy similares, existen diferencias", reconoce Martínez-Martínez. Según Techcrunch, es una aplicación mucho más compleja, menos intuitiva y que se describe a sí misma como una "red abierta, libre y federada que opera de manera similar al correo electrónico" que forma parte, además, de lo que se conoce como fediverso, o universo federado, un grupo de plataformas federadas que comparten protocolos de comunicación. 

Mastodon ofrece una experiencia comparable en algunos aspectos a la de Twitter con características como hashtags, respuestas, marcadores y retuits. Y hasta aquí las similitudes.

El resto, en algunos casos, son mejoras del propio Twitter: sus tuits, en Mastodon son toots, permiten hasta 500 caracteres y además, por su configuración, los mensajes que recibimos serán más cercanos a los intereses del usuario. "Y las actualizaciones que recibe el usuario se presentan de forma cronológica", apunta Martínez-Martínez. 

La primera gran diferencia es el complicado proceso de registro. Cuando un usuario se une a Mastodon se une, en realidad, a uno de los 3.000 servidores específicos administrados por una organización o un individuo. Esto, según Martínez-Martínez, "da más flexibilidad a las comunidades". El proceso no es tan fácil como pueda parecer. Hasta un premio Nobel como el economista Paul Krugman anunció su fracaso sólo tres horas después de anunciar que intentaría hacer el cambio: "Las cosas no han ido bien". 

Un Twitter sin nazis

Estos famosos servidores son, además, los que determinan las políticas de moderación de cada grupo. Hay servidores que son más laxos y otros mucho más estrictos, aunque existen políticas de moderación básicas que se aplican a todos y que prohíben el contenido tóxico, ofensivo o relacionado con el nazismo. "Mastodon es como Twitter sin nazis, entonces, ¿por qué no lo usamos?", se preguntaba Vice en una información en 2017. 

Y más allá de los servidores y las políticas de moderación, hay otra gran diferencia: Mastodon no tiene publicidad. A pesar de esta ausencia de financiación, desde esta plataforma proclaman que "no está a la venta". Según explica Techcrunch, sobrevive gracias al apoyo de crowdfunding y una pequeña subvención de la Comisión Europea.

Mastodon tampoco está gobernada por ninguna gran tecnológica, es una organización sin ánimo de lucro y sólo cuenta con un trabajador a tiempo completo, su propio fundador, Rochko, con un "discreto" salario mensual de 2.400 euros —discreto, eso sí, si se compara con las nóminas de cinco cifras que se suelen manejar en Silicon Valley—. "Es algo muy positivo descubrir que tu trabajo está siendo finalmente apreciado, respetado y más conocido. He trabajado muy duro para impulsar la idea de que hay una mejor manera de hacer redes que la que permiten empresas como Twitter o Facebook", confesó a Time

No es la única alternativa

No obstante, Mastodon no es la única alternativa. Hay más. Pero, evidentemente, hay que salirse del mundo que conocemos hasta ahora porque entre las apps que tenemos en nuestros móviles sólo Twitter permite estar informado y comentar la actualidad. Lo explicó en infoLibre Susana Pérez Soler, periodista y doctora de Comunicación Digital por la Universitat Ramon Llull: "Lo más parecido sería LinkedIn, pero no se comenta la actualidad en directo. En TikTok e Instagram prima el entretenimiento y están basadas en la imagen, Facebook es un desierto y Social Truth o Parler son minoritarias y conservadoras". 

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Pero, ¿y fuera de las plataformas que ya conocemos? The Verge planteaba esta misma semana varias ideas que iban desde Reddit —es un agregador de noticias—, pasando por Tumblr —una especie de red social que tiene el aspecto de un blog—, hasta Discord —es un servicio de mensajería instantánea—. The Washington Post señalaba a CounterSocial —muy similar a Twitter y basado en el código abierto de Mastodon— o los lectores de RSS para noticias. 

E incluso podría haber otra alternativa en camino: el proyecto de nueva red del cofundador de Twitter Jack Dorsey. BlueSky aún está en desarrollo y sólo se puede probar, previa lista de espera, en versión beta pero se asemeja bastante a Mastodon: es descentralizada y también forma parte del fediverso

A pesar de las horas bajas que atraviesa, Martínez-Martínez recuerda que Twitter "ha creado muchos hitos comunicativos en la historia reciente", ha jugado "un papel clave" en momentos trascendentales y ha resultado de "gran utilidad en situaciones de emergencia": "Su dinámica de funcionamiento con mensajes breves e instantáneos favorece este uso". Con una gran presencia de instituciones, medios de comunicación y periodistas, la red social es "un canal interesante si se piensa en la influencia que puede alcanzar generando una interacción que se retroalimenta". "Todo esto favorece a la capacidad de influencia o peso de esta plataforma en un ecosistema comunicativo que va más allá del entorno social media", concluye esta experta. 

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