Elon Musk ya ocupa el trono de Twitter. Es, como él mismo se autodefinió en la biografía de su cuenta en su red social, el "tuitero en jefe". El que también es el hombre más rico del mundo lleva una semana en el cargo y su andadura como nuevo propietario ha sido intensa, casi como un elefante en una cacharrería. ¿Cómo han sido estos primeros días en su nueva empresa? Según publica la revista Time, en el inicio de su reinado al frente de la plataforma ha exhibido tácticas dictatoriales de libro y ha sembrado el miedo y la confusión. Una estrategia que ha tenido su momento álgido este viernes cuando ha despedido de forma fulminante y vía correo electrónico a la mitad de la plantilla, es decir, a más de 3.000 trabajadores.
Desde que el pasado viernes 28 de octubre tuiteó a las 5.49 horas (hora peninsular española) que "el pájaro es libre" tras pagar 44.000 millones de dólares (una cifra similar en euros), Musk no ha dejado de acaparar el foco mediático ya que no ha guardado ni un minuto de silencio. A golpe de tuit, ha anunciado a cuenta gotas novedades y planes de futuro, ha desmentido y matizado informaciones, ha intentado trolear a políticos y medios de comunicación y hasta ha compartido múltiples memes.
Hay que remontarse dos días antes, al 26 de octubre, para observar el momento en el que el empresario tomó posesión de su nuevo juguete: con la operación casi finiquitada, se presentó en la sede de su nueva adquisición con un lavabo en los brazos y el tuit de rigor con juego de palabras incluido ("Let that sink in", que se puede traducir al español como "dejad que penetre la idea").
Desde entonces, Musk ha publicado 168 tuits (el día que más tuiteó fue el 2 de noviembre cuando publicó 36 veces): mensajes propios, multitud de emojis, respuestas a otros usuarios y varios retuits, la gran mayoría de las cuentas oficiales de sus otras dos joyas de la corona, Tesla y Space X. "Lo más sorprendente es que sigue tuiteando como si no hubiera asumido ninguna responsabilidad", explica Susana Pérez Soler, periodista y doctora de Comunicación Digital por la Universitat Ramon Llull, que también apunta que sus comunicaciones dan la sensación de que "no tiene un plan" y "estuviera improvisando". Esta experta también destaca el "lenguaje ególatra" que utiliza, que "retrata totalmente al personaje" y que lo equipara con otra personalidad que también gestionaba sus quehaceres, en este caso el Gobierno de un país como EEUU, a golpe de tuit. Sí, el expresidente Donald Trump.
Repasamos a través de su cuenta en la plataforma, la última semana de Musk y los diez días que cambiaron a la red social.
26 de octubre: el episodio del lavado
La operación de compraventa de Twitter ya estaba prácticamente cerrada. Tras siete meses de culebrón y un amago de juicio, Musk volvió a principios de octubre a poner encima de la mesa la oferta inicial de 54,2 dólares por acción. Se evitaba así protagonizar una batalla legal que, según los medios estadounidenses, tenía pocas expectativas de ganar.
Y así, con el runrún sobre cuándo se cerraría oficialmente la transacción más mediática de los últimos años en Silicon Valley, Musk decidió marcar sus tiempos y, dos días antes de la fecha marcada en rojo en el calendario, se presentó en la sede en el centro de San Francisco con un lavabo en brazos. "¡Conocí a mucha gente genial en Twitter hoy!", publicó después del ya famoso episodio del lavabo.
27 de octubre: el mensaje a los anunciantes
Pocas horas después de su visita y consciente del reguero de críticas que ha soltado en los últimos meses sobre su nueva propiedad, compartió en su cuenta una carta a los anunciantes para, ahora, tranquilizarlos. En su primer movimiento como máxima autoridad de Twitter, explicó que compró la red social porque quiere "ayudar a la humanidad".
En esta misiva también advirtió que "obviamente" su nueva adquisición no puede convertirse en "un paisaje infernal en el que todo vale, donde cualquier cosa puede ser dicha sin consecuencias". Twitter, según Musk, debe ser "cálido y acogedor para todos".
28 de octubre: el día uno de la era Musk
El 28 de octubre será recordado como el día uno de Musk en Twitter. ¿Su primera decisión? Tuitear un nada críptico: "el pájaro está libre".
A continuación, el multimillonario firmó los finiquitos, para nada insignificantes, de la práctica totalidad de la cúpula directiva. A lo largo del viernes, los despidos se fueron conociendo a cuenta gotas. Uno de los primeros fue el del director ejecutivo, Parag Agrawal, que llevaba poco menos de un año en el cargo y con el que ha tenido un par de encontronazos en la propia red social con intercambios públicos de acusaciones que llegaron a incluir un emoji de una caca. Después le siguieron el director financiero, Ned Segal; la directora legal, Vijaya Gadde; el asesor general, Sean Edgett; o la directora de atención al cliente, Sarah Personette.
Para los medios estadounidenses, el despido más "preocupante" fue el de Vijaya Gadde. Ella era la máxima autoridad sobre las políticas de moderación de la red social y la culpable de la suspensión permanente de la cuenta de Donald Trump tras el asalto al Capitolio y de otros muchos perfiles conservadores. Era el enemigo número uno del nuevo dueño que en los últimos meses ha dejado blanco sobre negro que quiere cambiar las políticas de moderación de contenido y apostar así, según él, por "una mayor libertad de expresión".
Y en esta línea, fue uno de sus primeros anuncios de Musk: "se formará un consejo de moderación de contenido con puntos de vista muy diversos". En el mismo tuit, también dejó claro que "no se tomarán decisiones de contenido importantes ni se restablecerán cuentas antes de que se reúna ese consejo". "Para ser muy claro, aún no hemos realizado ningún cambio en las políticas de moderación de contenido de Twitter", aclaró horas más tardes en otra publicación.
¿Qué implica la creación de este consejo? "Lo veo más como un acto de responsabilidad social de cara a la galería, que como algo que él vaya a admitir", argumenta Pérez Soler. Esta experta sostiene que quizás lo use para "dar un matiz políticamente correcto" a los cambios que Musk quiera introducir, pero poco más.
Por el momento, no hay muchos detalles ni cómo será ni quién lo conformará ni qué diferencia habrá con los actuales equipos de política y moderación de contenido que ya existen en la empresa. Algo que demuestra, según explica Pérez Soler, "las dudas" que tiene: "Es alucinante que una persona que acaba de desembolsar un dineral no tenga ni un plan de ruta de lo que quiere hacer". Musk tuiteó días después que "incluirá representantes con puntos de vista muy divergentes, que sin duda incluirán a la comunidad de derechos civiles y grupos que enfrentan violencia alimentada por el odio"
El otro ejemplo que tenemos en redes sociales de un organismo similar es el Oversight Board de Meta, una especie de tribunal supremo independiente que tiene la misión de aclarar y revisar determinadas decisiones "complejas e importantes" en materia de contenido adoptadas por la compañía y relacionadas con qué contenido elimina, cuál conserva y los motivos detrás. El propio viernes, este consejo asesor de contenido ofreció a Musk su ayuda.
29 de octubre: "Por fin se puede decir la verdad en esta plataforma"
"Por fin, ¡la verdad sobre que los carbohidratos son increíbles se puede decir en esta plataforma! #LibertaddeExpresión", tuiteó irónicamente Musk justo el día después de tomar posesión del cargo reafirmando su principal objetivo al frente de la red social. Con Gadde fuera y su consejo de moderación de contenido en camino, el multimillonario dejó claro así que su adquisición ya juega bajo sus reglas. "Él quiere que sea la cuna de la libertad de expresión. De primeras puede sonar bien, pero en este concepto cabe todo", sostiene Pérez Soler, que reconoce que el miedo ahora mismo es que Twitter se acabe convirtiendo en "un espacio en el que contenido de odio esté al orden del día".
Además, a lo largo del día, comenzó a hacer visible la nueva dinámica para capitanear la red social: escuchar y responder a las sugerencias de los usuarios, por muy locas que sean. "Buen punto", tuiteó en respuesta a un usuario que le señalaba que el Oversight Board de Meta era visto como fracaso a izquierda y derecha.
30 de octubre: cómo ser un buen gerente de Twitter
Mientras los rumores procedentes de la sede californiana acaparaban foco en los medios, Twitter realizó en algún momento del domingo un cambio sutil que le servía al nuevo dueño para enviar un mensaje. Según recoge The Verge, aquellos usuarios que entran ahora en la página final antes de iniciar sesión se encuentran con los tuits y noticias más populares. Hasta ese momento, la página de inicio sólo mostraba un formulario de registro.
Por su parte, Musk también compartió una captura de un correo recordatorio de su nueva empresa en el que se podía leer: "Hola Elon, es hora de empezar a gestionar @Twitter 101". Este curso, que debe ser completado de forma obligatoria en los próximos 30 días, está pensado para enseñar "lo que significa ser un buen gerente en Twitter" mostrando "cómo crear oportunidades de impacto, ayudar a sus tuits a crecer y demostrar el cuidado de su equipo". Con emojis de risa y tras explicar que se trata de un correo "real", aseguró que le parece "exigente" tener sólo un mes para "aprender esta información impagable". Una vez completado, se inscribirá en "Managing @Twitter 201": "Es una zanahoria tentadora", confesó Musk.
Entre diapositiva y diapositiva del curso, Musk sacó tiempo para responder a uno de los usuarios que le preguntó qué era lo que peor estaba en Twitter. "Parece que hay 10 personas "administrando" por cada persona que codifica", criticó el multimillonario, poniendo de nuevo sobre la picota a los trabajadores de la red social.
31 de octubre: Musk es el nuevo CEO
Aunque dos días antes, Musk tuiteó que no tenía ni idea de quién era el director ejecutivo, un documento presentado ante la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (más conocida como SEC, por sus siglas en inglés) deja claro que el CEO es él. "Esto es solo temporal", le aclaró a un usuario.
El documento, tal y como recoge The Verge, también aclara que, más allá de los bancos con los que la compañía ahora está endeudada, el fundador de la red social Jack Dorsey sigue teniendo parte del pastel, al igual que el Gobierno de Arabia Saudí.
Aunque sacó tiempo para disfrazarse de samurái, según él, y acudir a la fiesta de Halloween que cada año organiza la modelo Heidi Klum, la gran noticia se estaba cocinando en las entrañas de Twitter. Mientras ponía encima de la mesa el regreso del servicio de vídeos cortos Vine, los medios estadounidenses comenzaron a hacerse eco que Musk quería empezar a cobrar casi 20 dólares al mes por la verificación del perfil, el famoso tic azul.
1 de noviembre: 8 dólares por mantener el tic azul
Pero tras la resaca de Halloween y visto el revuelo levantado, Musk aclaró en una respuesta directa al escritor Stephen King cuáles eran sus planes. "¡Tenemos que pagar las cuentas de alguna manera! Twitter no puede depender completamente de los anunciantes. ¿Qué tal 8 dólares?", escribió el multimillonario.
Más tarde, volvió para explicar que el "actual sistema" de verificación es "una mierda". "Poder para el pueblo: Blue por 8 dólares al mes", afirmó. Twitter Blue es un servicio de suscripción mensual que ofrece acceso exclusivo a funciones premium que permiten personalizar la experiencia en la red social, entre ellas se encuentra la deseada opción de editar tuits. Por ahora, sólo está disponible por 4,99 dólares al mes en Australia, Canadá, Nueva Zelanda y EEUU.
"Esto es una muestra de que está estudiando distintas vías de financiación como lo es también la creación de nuevos espacios como poder editar tuits o subir vídeos y audios más largos", asegura Pérez Soler. Aunque aún no se ha aclarado si extenderá a todos los países el servicio para permitir que todos los usuarios verificados, por ejemplo de Europa, puedan mantener su tic azul, sí que ha matizado que el precio estará "ajustado por país" en "paridad al poder adquisitivo". "A todos los que se quejan, sigan quejándose, pero costará 8 dólares", puntualizó horas después.
¿La gente está dispuesta a pagar por algo que hasta ahora era gratis? "Creo que una parte de los usuarios terminará pagando y otra parte no", señala Pérez Soler. Lo que sí que tiene claro esta experta es la línea roja: "Si pone a todo el mundo la obligación de pagar para tuitear, la gente se irá y habrá una pérdida de usuarios brutal".
Un éxodo que esta semana podría estar ya produciéndose. Stephen King ya señalaba este camino si se empezaba a cobrar 20 dólares mensuales por el tic azul, pero no ha sido el único. "El problema es que me cuesta ver donde se va a ir", explica Pérez Soler que se pregunta qué "alternativas" le quedan al usuario de una red social donde poder informarse y comentar la información como Twitter. "Lo más parecido sería LinkedIn, pero no se comenta la actualidad en directo", afirma y recuerda que "en TikTok e Instagram prima el entretenimiento y están basadas en la imagen, "Facebook es un desierto" y "Social Truth o Parler son minoritarias y conservadoras". "Esta compra es un movimiento disruptivo que quizás sirva para empujar a la competencia a crear cosas nuevas", apunta esta periodista.
2 de noviembre: ya no es "el tuitero en jefe" es "la línea directa de quejas"
Sólo 24 horas después de anunciar este cambio, y visto el revuelo generado, Musk no dudó en compartir un meme aclaratorio sobre lo que piensa él sobre pagar 8 dólares al mes por Twitter Blue. El hombre más rico del mundo no dudó en comparar el precio mensual de su servicio con lo que cuesta un café de Starbucks, que sólo se disfruta treinta minutos.
En la misma línea y tras días de contestar quejas y recibir ideas, Musk decidió este miércoles, tal y como recoge The New York Post, que su biografía se había quedado antigua. Después de cambiarla la pasada semana por "el tuitero en jefe", ahora pone "Twitter complaint hotline operator", que se podría traducir como operador de línea directa de quejas de Twitter. El empresario se dio cuenta entonces de algo de lo que ya le avisó Nilay Patel, uno de los cofundadores de The Verge, en una pieza titulada Bienvenido al infierno, Elon tras comprar la red social: "Ahora eres el rey y la gente piensa que tú, personalmente, eres responsable de todo lo que sucede en Twitter ahora. También resulta que los monarcas absolutos suelen ser asesinados cuando las cosas salen mal". Quizás en referencia a este artículo también cambió su ubicación de Twitter HQ (que se traduce como la sede de Twitter) a "hell" (infierno).
Musk también despejó dudas a lo largo de esta jornada sobre una de las incógnitas que ha abierto su irrupción como nuevo dueño: la vuelta de Trump tras su expulsión después del ataque al Capitolio. "Twitter no permitirá que nadie que haya sido eliminado de la plataforma por violar las reglas regrese hasta que tengamos un proceso claro para hacerlo, lo que tomará al menos algunas semanas más", tuiteó en respuesta a un usuario.
Días antes, había escrito que "si le dieran un dólar por cada vez que alguien me pregunta si Trump va a volver a esta plataforma ¡Twitter estaría acuñando dinero!". "Habrá que ver si el expresidente quiere volver", puntualiza Pérez Soler. Cabe recordar que, aunque la suspensión del exdirigente en la red de microblogging es permanente, no sucede lo mismo con las aplicaciones de Meta. Facebook e Instagram le impusieron dos años fuera, un periodo que concluye este mismo enero. "Sería absurdo que estuviese en Meta y no en Twitter", reconoce esta experta que apunta que, ante esto, es más que probable que su regreso sea uno de los primeros anuncios de Musk, "incluso antes que vuelva" a los dominios de Mark Zuckerberg.
Entre memes y cambios en su biografía, Musk también sacó tiempo para trolear a la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez. La congresista publicó un mensaje en Twitter en el que se reía de "un multimillonario que intenta seriamente venderle a la gente la idea de que la libertad de expresión es en realidad un plan de suscripción de 8 dólares al mes". Aunque sin mencionar directamente ni a la red social ni al nuevo dueño, el empresario respondió a la Ocasio-Cortez con un "agradecemos sus comentarios, ahora paga los 8 dólares".
No satisfecho con eso, quiso ridiculizar a la congresista (spoiler: sin éxito) compartiendo una imagen de una sudadera que cuesta 58 dólares con el nombre de Ocasio-Cortez. "Orgullosa de esto y siempre lo estaré. Mis trabajadores están sindicalizados, ganan un salario digno, tienen atención médica completa y no están sujetos a un trato racista en sus lugares de trabajo. Los artículos se fabrican en EEUU. El equipo AOC honra y respeta a los trabajadores. Deberías intentarlo alguna vez en lugar de romper sindicatos", le respondió a Musk, dejándolo, por primera vez en toda la semana, sin palabras.
3 de noviembre: el botón de editar, para todos
El silencio le duró poco a Musk que ante las críticas de Ocasio-Cortez de que la red social le funcionaba mal tras su intercambio de mensajes, aclaró que podría haber sido culpa suya: "¿Qué puedo decir? Fue un puro abuso de poder".
Sin embargo, la noticia del día fue por otros derroteros. Según publicó Bloomberg, el objetivo de Musk es empezar a cobrar por la verificación ya este lunes 7 de noviembre. Es más, es la misma fecha límite que se ha dado al equipo que trabaja en Twitter Blue: si no cumplen con este plazo serán despedidos, según The Verge. La directora de productos, Esther Crawford, confirmó esto retuiteando una foto de ella en un saco de dormir en la oficina asegurando que "durmió donde trabaja" cuando "tu equipo se esfuerza las 24 horas del día para cumplir los plazos".
Y no sería la única novedad: la red social podría habilitar para todos los usuarios la posibilidad de editar los mensajes. Hasta ahora sólo disponible para los usuarios de Twitter Blue, pero se abrirá para el resto de usuarios de forma gratuita.
4 de noviembre: una purga vía e-mail
Y al décimo día de la nueva era de Twitter se confirmó un rumor a voces y que el propio Musk había negado ante sus nuevos trabajadores: el recorte de la plantilla o purga directamente, como la han calificado algunos medios. La empresa envío en la noche de este jueves un correo electrónico a sus trabajadores notificándoles que el viernes por la mañana se iniciaría una reducción drástica de la plantilla de la empresa, que actualmente emplea a 7.500 personas. Para "ayudar a garantizar la seguridad de los empleados, así como los sistemas y los datos de los clientes", cerró temporalmente sus oficinas y suspendió el acceso a las tarjetas de identificación.
El procedimiento, según The Washington Post, ha sido el siguiente: aquellos que mantengan sus trabajos serán notificados en el correo electrónico de la empresa, mientras que aquellos que los pierdan recibirán la información de su despido a través del e-mail personal.
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Según The Verge, este recorte de personal afecta a la mitad de la plantilla lo que ha dejado a equipos de trabajo "totalmente o casi destruidos", incluido el encargado de la desinformación durante las elecciones de medio mandato que tendrán lugar el próximo martes 8 de noviembre. The New York Times apunta a las divisiones de ingeniería y aprendizaje automático, los equipos que administran la moderación de contenido y los departamentos de ventas y publicidad como los más afectados. Otro ejemplo: tal y como destaca en su cuenta de Twitter Kurt Wagner, periodista de Bloomberg, el equipo de relaciones públicas y comunicaciones, que estaba formado hasta este viernes por casi un centenar de personas, se ha reducido a dos trabajadores.
Tras conocerse la información, cinco trabajadores han presentado una demanda colectiva contra Twitter por estos despidos masivos al considerar que violan las leyes federales y estatales por no avisar con 60 días de antelación. Aunque tuvo tiempo para tuitear sobre otros asuntos, Musk esperó a última hora del viernes para pronunciarse sobre el tema. "Desafortunadamente no hay otra opción cuando la empresa está perdiendo más de cuatro millones de dólares por día", se excusó el multimillonario que destacó que "a todos los que salieron" se les ofreció tres meses de indemnización, "un 50% más de lo requerido legalmente".
Esta purga, además, la relacionó directamente con la "caída masiva" de ingresos publicitarios provocados, según él, por "activistas presionando a los anunciantes, pese a que nada ha cambiado con la moderación de contenido". "Están tratando de destruir la libertad de expresión en EEUU", escribió Musk demostrando cuáles son sus prioridades. Razón no le falta, aunque el culpable podría ser el mismo: General Motors, L’Oreal, Pfizer, Volkswagen o el grupo de alimentación General Mills han decidido en la última semana paralizar o suspender sus campañas en la red social por los derroteros que está tomando el nuevo dueño.
Elon Musk ya ocupa el trono de Twitter. Es, como él mismo se autodefinió en la biografía de su cuenta en su red social, el "tuitero en jefe". El que también es el hombre más rico del mundo lleva una semana en el cargo y su andadura como nuevo propietario ha sido intensa, casi como un elefante en una cacharrería. ¿Cómo han sido estos primeros días en su nueva empresa? Según publica la revista Time, en el inicio de su reinado al frente de la plataforma ha exhibido tácticas dictatoriales de libro y ha sembrado el miedo y la confusión. Una estrategia que ha tenido su momento álgido este viernes cuando ha despedido de forma fulminante y vía correo electrónico a la mitad de la plantilla, es decir, a más de 3.000 trabajadores.