LA CRISIS DE LA PRENSA
El principal banco acreedor apoya la OPA de un empresario de TV italiano para hacerse con el grupo editor de ‘El Mundo’
La OPA (Oferta Pública de Acciones) lanzada por Cairo Communication para hacerse con la propiedad de RCS Mediagroup ha disparado las acciones del dueño italiano de Unidad Editorial. Casi al cierre de la sesión en Milán este lunes, los títulos del grupo editor de El Mundo, Marca y Expansión habían aumentado su valor un 28,8% desde el viernes, cuando se hizo pública la operación. La semana pasada, las acciones de RCS, también editor de Il Corriere della Sera y La Gazzetta dello Sport, se encontraban en mínimos históricos: a 0,45 euros, aun después de haber subido un 11% el viernes, cuando empezaba a barruntarse una operación que lleva mucho tiempo fraguándose.
Ahora la empresa editorial fundada por Urbano Cairo, un antiguo directivo de Silvio Berlusconi, debe atraer a los accionistas de RCS hasta reunir la mitad más uno de los títulos. De momento, la OPA la ha pactado con el principal acreedor del grupo de Milán, el banco Intesa Sanpaolo, que además es propietario del 4,176% de las acciones. El propio Cairo posee otro 4,6%. Lo que no está claro es la reacción del resto de los accionistas de RCS. Según cuenta el diario La Repubblica, Mediobanca –que tiene el 9,9% de las acciones y también es uno de los bancos acreedores de RCS– no se adherirá a la operación porque considera muy bajo el precio ofrecido por Cairo. Con el mismo argumento la rechaza la aseguradora UnipolSai –4,6%–, que niega rechazar al empresario, también dueño de la cadena 7 TV y del club de fútbol Torino, por “motivos ideológicos o por prejuicios”. No obstante, asegura el periódico italiano, UnipolSai cree que Cairo ha lanzado una operación “demasiado grande para él”. Diego della Valle, propietario del 7,3% de RCS, no se ha pronunciado aún, pero La Repubblica revela que hace un mes Urbano Cairo le propuso hacerse con el grupo de Milán de forma conjunta y el dueño de los zapatos Tod's se negó.
Tampoco se conoce aún la respuesta de Pirelli –4,4%– y de la familia Rotelli –2,7%–. La gestora de fondos británica Schroders cuenta con otro 5% de títulos. Hasta ahora el principal accionista de RCS era Giovanni Agnelli. Pero el dueño de Fiat anunció hace sólo un mes que abandona el grupo de Milán para firmar un acuerdo con el grupo editorial L'Espresso, editor de La Repubblica. Fiat también tiene una división de publicaciones, Itedi, que publica el diario La Stampa. Su unión creará el mayor grupo de prensa de Italia. Agnelli ha adelantado que repartirá su 16,7% de RCS entre el resto de los accionistas. Es decir, por el momento Cairo e Intesa suman el 8,9% de los títulos y hay al menos un 25% que se resiste a darle el sí al dueño de 7 TV.
Sin embargo, y pese a las objeciones puestas por algunos de los accionistas, la prensa italiana destaca que el precio ofrecido por Cairo es “atractivo para el mercado”, muy superior al precio por el que cotizan las acciones de RCS –una prima del 32,6%– yel empresario puede superar el 50% del capital necesario aun sin la adhesión de socios importantes, sólo atrayendo los títulos flotantes. Urbano Cairo ha puesto sobre la mesa un intercambio: ocho acciones de RCS por cada una de su empresa, que cotiza a 4,82 euros, 10 veces el valor de los títulos del grupo milanés. A ese precio, el editor de El Mundo vale 287,5 millones de euros, sin contar los 487 millones en que está cifrada su deuda. Cairo Communication tiene un valor en Bolsa de 370 millones, y no debe dinero a nadie.
La deuda asfixia RCS
Y es la deuda, precisamente, el problema que asfixia a RCS. Esos 487 millones equivalen a tres veces su patrimonio y a siete veces su Ebitda, el resultado operativo neto. En 2013 firmó un préstamo con Intesa, Mediobanca, Unicredit, BNP Paribas, Ubi Banca y Banca Popolare de Milano (BPM) por importe de 600 millones de euros para refinanciar el grupo. Antes, en 2007, Unidad Editorial había comprado por 1.100 millones de euros el grupo Recoletos –Expansión, Marca, Telva– con dinero de los italianos. Un precio desmesurado. Desde entonces, la compañía que preside Antonio Fernández-Galiano no ha hecho más que ajustar el valor contable de la empresa, consignando un deterioro del fondo de comercio que cada ejercicio le come sus resultados. La crisis económica y la debacle de la publicidad y las ventas de los periódicos de papel no han conseguido sino hundir en los números rojos tanto a la empresa española como a su matriz italiana.
Así, mientras en España se sucedían tres Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y despidos individuales y planes de bajas incentivadas que han menguado la plantilla en más de 700 personas, en Italia RCS cerraba cabeceras, vendía la sede de Il Corriere en MilánIl Corriere, abandonaba la radio y vendía a Mondadori su división de libros, RCS Libri.
Al tiempo, RCS incumplía una y otra vez sus compromisos con los bancos para devolverles el crédito de 600 millones. Según explica el diario digital Formiche.net, el grupo milanés debía haber ingresado 250 millones de euros por la venta de activos el pasado septiembre, pero sólo consiguió 190 millones; debía haber reducido su deuda financiera a 400 millones, pero se quedó en 500, y no consiguió que esa deuda no superara 4,5 veces su resultado operativo neto –cerró 2015 con un Ebitda negativo de 176 millones–. Esos fracasos obligan a RCS, para cumplir lo firmado con la banca, a activar la segunda parte de la ampliación de capital aprobada en 2013: 190 millones de euros que los accionistas no están muy dispuestos a cubrir o que por lo menos quieren postergar. La primera parte ya contó con grandes resistencias entre algunos de ellos.
Intesa no se cree el plan de Cioli
La intención del grupo milanés, al mando de una nueva consejera delegada, Laura Cioli, se centraba hasta ahora en un plan de recortes hasta 2018 por importe de 60 millones, de los cuales 20 corresponden a costes laborales. Y en volver a negociar con los bancos acreedores. En concreto, les ha pedido que retrasen los plazos de vencimiento –RCS debe devolver 58 millones este año y 144 millones el próximo– y promete que la mejora del Ebitda este ejercicio hará innecesaria la nueva ampliación de capital.
Sin embargo, el director general de Intesa, Carlo Messina, no pareció muy convencido: “Somos accionistas, somos acreedores y somos muy sensibles a nuestra posición de acreedores, por tanto intentamos volver a la situación anterior, cuando no éramos ni accionistas ni acreedores”, declaró en marzo.
Fuentes de Unidad Editorial confirman a infoLibre que, en efecto, Intesa, el principal acreedor, “no se ha creído” el plan industrial 2016-2018 presentado por RCS y por eso se ha unido a la OPA de Urbano Cairo. La Repubblica, por su parte, destaca que la posición de Intesa en las negociaciones con el grupo milanés para restructurar la deuda fue tan “dura” que todo el proceso quedó atascado. La prensa económica italiana conjetura incluso que el presidente de Intesa, Giovanni Bazoli, sea nombrado nuevo presidente de RCS si prospera la OPA de Cairo.
Desconcierto total en España a la espera de un nuevo ERE
En cualquier caso, la operación del dueño de 7 TV ha aumentado la incertidumbre que ya de por sí reina en el grupo de comunicación. Porque el triunfo de la OPA puede significar la salida de una cúpula directiva que sólo lleva en Milán desde octubre. También pone en el disparadero a la dirección de Unidad Editorial en España, que acaba de abrir el proceso para despedir a un mínimo de 140 trabajadores antes del 30 de junio.
Los comités de empresa de las 12 sociedades que integran el grupo español pidieron este lunes explicaciones sobre la OPA a la dirección. Ésta se ha comprometido a dárselas antes de que acabe la semana. Mientras, siguen corriendo los plazos legales del ERE: la comisión negociadora debe estar constituida antes del próximo día 19.
Nada se sabe, de momento, sobre los planes de Urbano Cairo para la parte española de RCS. Pero en la comunicación oficial de la OPA, el dueño de 7 TV ha explicado que sus objetivos son “simplificar la estructura societaria organizativa y de los procesos empresariales” del grupo milanés. También pretende reconducir las actividades de la compañía “hacia su propia rentabilidad característica, liberando los recursos necesarios para requilibrar la situación financiera”. Según destaca, Cairo tiene puestos los ojos en crear “productos digitales” y en “reforzar la oferta de actividades no editoriales”, como “acontecimientos deportivos”. Por tanto, repite los objetivos del plan de tres años presentado por RCS, que también centra su atención en la transformación digital y ha creado una división de deportes, sólo con Marca y La Gazzetta dello Sport, que se encargará de organizar “eventos deportivos”.
En el comunicado de la OPA, Cairo Communication presume además de experiencia en la ejecución de “complejas restructuraciones empresariales” y de “ambiciosos proyectos de relanzamiento” mediante “importantes planes de reducción de costes y crecimiento de los ingresos”.
La huelga de trabajadores de ‘El Mundo’ en contra de los despidos impide que el diario se publique este miércoles
Ver más
Condenado por corrupción, rival de Berlusconi
Urbano Cairo entró en Fininvest en 1991 como asistente personal de su dueño, Silvio Berlusconi. Tenía 24 años. Allí ocupó distintos puestos directivos relacionados con el mercado publicitario hasta 1995. Resultó implicado en la operación Manos Limpias, que destapó una red de corrupción generalizada en Italia. Fue condenado a 19 meses de cárcel por fraude contable, apropiación indebida y facturas falsas, pero no llegó a cumplir condena porque prescribió el delito: la sentencia tardó cinco años en convertirse en definitiva.
Tras la caída, resurgió con su propia empresa, una editorial. “Me sentí un poco como el conde de Montecristo: un hombre que ha hecho el milagro de pasar de la injusticia de una condena a un gran relanzamiento, demostrando su capacidad de volver a la cima”, le cita en un perfil el diario L'Espresso. En 2000 creó Cairo Communication, cinco años después compró el club de fútbol Torino y en 2013 se hizo con 7 TV, por la que pagó 1.000 millones de euros a Telecom Italia. Desde entonces compite con Mediaset, la cadena de su antiguo jefe, Silvio Berlusconi, por la audiencia.