Toro Bravo es un pintor afincado en Alcalá de Henares desde 1970. Tener una conversación con él sobre pintura es imposible, porque no le da ningún valor a lo que hace. Si comienza la frase hablando de Jacometti o Botero, terminará afirmando que la energía positiva de su cuerpo, lo que él llama sus “cosmonautas”, podrían matar a cualquiera que quiera hacerle daño.
Cientos de cuadros se acumulan en su taller porque ha decidido que no quiere vender sus pinturas “Lo importante es ser eterno” y porque su verdadera función en nuestro planeta es enseñar: “Soy el rey del mundo, el que pone pero no impone”.
Dice ser inmortal, un profeta y que para seguir viviendo por siglos sólo hay que pensar constantemente en ello, pensar en positivo. También asegura que los extraterrestres le han visitado varias veces y que puede viajar en el tiempo.