Elon Musk ha sumado este martes de madrugada una nueva estrella a su galaxia de líderes ultras que protegen a su imperio empresarial. Su "conversación" o "charla" con Donald Trump pone fin por la puerta grande a tres años de silencio del expresidente en su cuenta en Twitter, ahora X, tras su expulsión por el asalto al Capitolio y su regreso autorizado por el hombre más rico del mundo en noviembre de 2022. A pesar de los errores técnicos que provocaron su retraso durante más de 40 minutos, ambos reunieron a más de 1,3 millones de personas que siguieron un mitin escondido tras el velo de un simulacro de entrevista.
"Es una estrategia de beneficio mutuo", explica Leticia Rodríguez Fernández, investigadora y profesora de Relaciones Públicas en la Universidad de Cádiz. Para esta experta, así "Musk vuelve a poner en la palestra la vuelta de Trump como una manera de hacer arrastre de una audiencia con un sesgo político e ideológico muy claro", mientras que para el candidato republicano supone "volver otra vez a la red social hablándole a la audiencia sin ningún tipo de filtro y colocando mensajes en la agenda aunque sean desinformativos e incluso fuera de contexto".
Con preguntas fáciles para Trump, según The New York Times y The Washington Post; y mostrando cercanía para Bloomberg y una visión compartida para The Wall Street Journal, Musk centró su conversación con el candidato republicano en X Space en temas que le resultan cómodos, como la migración y la economía. Es más, en uno de sus primeros mensajes en X tras un silencio de tres años, ya adelantó sin querer cuáles serían las líneas maestras de su posterior charla: "¿Está usted mejor ahora que cuando yo era presidente? Nuestra economía está destrozada. Nuestras fronteras han desaparecido. Somos una nación en decadencia".
Musk, que afirmó que no habría "guion", permitió al expresidente divagar con declaraciones falsas sin ningún tipo de interrupción. "Trump ha aprovechado muy bien esta conversación porque ha colocado mensajes que probablemente en un medio de comunicación no puede porque un periodista le haría preguntas, le insistiría o le haría filtro. Pero sabe que con Musk eso no sucede, que incluso lo ratifica", apunta Rodríguez Fernández que destaca sobre todo los "mensajes mesiánicos" que trasladó sobre su atentado.
Es lo que en propaganda se llama "propaganda de integración", es decir, buscar elementos que unan a sus votantes. "Y aquí hay de todo: religión o migración, pero siempre temas enfocados a su audiencia", explica esta investigadora. Por ejemplo, llegó a afirmar que "en Venezuela y otros países, los crímenes han bajado entre un 50% y un 80% porque se han deshecho de toda su gente mala". "Son criminales que hacen parecer a nuestros criminales como buenas personas", matizó.
Además, el candidato republicano aprovechó el altavoz de Musk para atacar a su rival en la contienda electoral del próximo 5 de noviembre. Según Trump, la retirada de Joe Biden, al que hay que recordar que criticó duramente por su edad, equivalía a un "golpe de Estado".
"Creo que estamos en una encrucijada en el camino del destino de la civilización y creo que debemos tomar el camino correcto y creo que tú estás en el camino correcto", afirmó Musk en un momento de esta conversación. Trump le agradeció el apoyo, expresando que "significa mucho" para él: "Para ser honesto, no todos los apoyos significan tanto. Tu apoyo significa mucho". Un apoyo que ahora es público pero que ya se había traducido previamente en una donación de 45 millones de dólares al mes al American PAC (Political Action Committee) para la campaña del republicano el pasado mes de julio.
Sin olvidarse de que Musk permitió su reingreso en la red social en noviembre de 2022. Aunque desde esta reactivación el perfil de Trump había permanecido prácticamente en silencio hasta este lunes cuando en un margen de cuatro horas publicó una decena de mensajes.
Eso sí, no está claro si el regreso de Trump es total. Según recoge The Washington Post, el mandatario afirmó en un correo electrónico de su campaña enviado el mismo lunes que volvía a X "por un corto tiempo". Hay que recordar que, cuando se produjo su reingreso, el expresidente aseguró que no regresaría a Twitter puesto que prefería usar la plataforma que él mismo impulsó a su imagen y semejanza, Truth Social, y con la que tendría un contrato de exclusividad, tal y como señalan algunos medios estadounidenses.
"Son redes sociales diferentes. Aunque puedan tener o compartir parte de sus usuarios con un claro enfoque ideológico, son marcas distintas", asegura Rodríguez Fernández. Para esta experta, aunque Trump mantenga su presencia en ambas, X saldrá ganando porque Musk "rescata a una parte del electorado" que "genera conversación, interacciones sociales y mucho arrastre en los próximos meses" antes de los comicios.
La galaxia ultra de Musk
Además, también hay que tener en cuenta que, desde la irrupción de Musk en Twitter, el multimillonario ha escorado claramente la plataforma hacia la alt-right, la derecha alternativa. Así, en los últimos dos años, ha creado una constelación de jefes de Estado aliados para beneficiar sobre todo a sus otras empresas (Tesla y Space X) a los que que, casualmente, unen el mismo hilo doctrinario: el argentino Javier Milei, la italiana Giorgia Meloni, el israelí Benjamin Netanyahu, el indio Narendra Modi, el turco Recep Tayyip Erdogan, o el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.
Y esta conversación con Trump supone, según Rodríguez Fernández, "otro hito en la transformación" que está haciendo Musk. "Es su legado. Quiere dejar su impronta y evidenciar este cambio como ha hecho con la identidad corporativa de la red", apunta esta investigadora.
Así, en estos dos años que lleva jugando con la plataforma, Musk ha hecho que X sea significativamente más acogedora y atractiva para los políticos conservadores y ultras. Y así lo muestra una encuesta de Pew Research Center a más de 10.200 adultos estadounidenses realizada en marzo de este año y publicada el pasado junio: los usuarios republicanos de la red social tienen muchas más probabilidades que los demócratas de considerarla "mayoritariamente positiva" para la democracia, un 53% frente a un 26%. Además, ya en 2023, un estudio de las universidades de Cornell y de California en Berkeley señaló que desde la llegada del empresario el algoritmo amplifica la ira, la hostilidad y la polarización.
La lupa de la UE
Un escoramiento a la derecha que podría provocar problemas a Musk. Por un lado, en Bruselas. El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, le envió vía X una carta antes de su charla con Trump en la que le avisaba que los servicios de la Comisión Europea vigilan posibles violaciones de la ley europea de servicios digitales ante un potencial discurso de odio: "La UE no dudará en hacer pleno uso de las herramientas a mano, incluso mediante la adopción de provisionales".
Aunque Breton reconoce que la charla con Trump no impacta al público europeo, le recuerda también a Musk que la obligación de X es moderar lo que se publica en la plataforma. "Existe riesgo de amplificación de contenidos potencialmente nocivos en la UE en relación con acontecimientos con gran audiencia en todo el mundo", señala el comisario francés.
Breton también aprovecha esta carta para afear sus jaleos a los disturbios ultraderechistas en Reino Unido cuando llegó a afirmar que "la guerra civil es inevitable". "Musk no ha hecho ningún tipo de declaración pública o sobre la curación de contenido que tienen que hacer. Él directamente está posicionando la red hacia un claro sesgo ideológico", explica Rodríguez Fernández ya que "se ha intoxicado a la opinión pública con unos hechos que ni siquiera han ocurrido como se están contando" y que "se está utilizando desde la ultraderecha para avivar a la opinión pública y generar malestar, y eso puede ser fácilmente extrapolado a otro país europeo".
Tras esta carta, la directora ejecutiva de X, Linda Yaccarino, criticó a través de su perfil en la red social la postura de la UE. Según la número dos de la compañía, Bruselas "trata con condescendencia" a los ciudadanos europeos: "Se trata de un intento sin precedentes de extender una ley que se pretendía aplicar en Europa a las actividades políticas en EEUU". Por su parte, Musk respondió con un meme de la película Tropic Thunder.
"Lo que está haciendo Bruselas es darle suficientes avisos como para que entienda que si quiere seguir en el mercado europeo va a tener que adaptarse. Los mensajes además han sido permanentes", señala Rodríguez Fernández. No hay que olvidarse que durante las últimas semanas la UE ya avisó a X de que se enfrenta a sanciones por entrenar a su inteligencia artificial con los tuits sin avisar a los usuarios.
Críticas desde el bando demócrata
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Pero el europeo no es el único frente abierto para X. En EEUU, el congresista demócrata Jerry Nadler envió una carta al presidente (republicano) del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, para investigar las denuncias de parcialidad en Twitter. Según detalla The Washington Post, un puñado de cuentas a favor de Kamala Harris han sido etiquetadas como spam o restringidas durante las últimas semanas.
"Las falsedades flagrantes y las teorías conspirativas se están volviendo algo común en X", apuntó el congresista por Nueva York que recordó que aunque exista "un desacuerdo significativo sobre el grado y la extensión de la moderación de contenido" es necesario "que al menos podamos estar de acuerdo en que la aplicación de la ley en una plataforma importante debería ser justa para ambas partes". Por lo pronto, horas después de la charla con Trump, Musk tuiteó que estaría "feliz de recibir también a Kamala en un X Spaces".
Tras esta conversación entre Musk y Trump, la pregunta es evidente: ¿debería regularse de alguna forma las redes sociales? "Hay que establecer algún mecanismo y exigir que, de la misma manera que se hace una curación [moderación] de contenido, deben asumir la responsabilidad cuando esas corrientes de opinión pública derivan en determinadas situaciones de conflictividad social porque alguna responsabilidad tienen", reconoce Rodríguez Fernández que apunta que no se puede permitir que "haya grupos organizados que, bajo la bandera de la libertad de expresión, se dediquen a sembrar desinformación, generar odio, malestar e incendiar la opinión pública".
Elon Musk ha sumado este martes de madrugada una nueva estrella a su galaxia de líderes ultras que protegen a su imperio empresarial. Su "conversación" o "charla" con Donald Trump pone fin por la puerta grande a tres años de silencio del expresidente en su cuenta en Twitter, ahora X, tras su expulsión por el asalto al Capitolio y su regreso autorizado por el hombre más rico del mundo en noviembre de 2022. A pesar de los errores técnicos que provocaron su retraso durante más de 40 minutos, ambos reunieron a más de 1,3 millones de personas que siguieron un mitin escondido tras el velo de un simulacro de entrevista.