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Pacto de Educación: crónica de un fracaso anunciado

Javier Sánchez Serna

Hace 15 meses el Partido Popular y el Partido Socialista se pusieron de acuerdo para la creación de una subcomisión que elaborara un “pacto social y político por la educación”. El fin de este pacto debía ser, según el texto redactado entre populares y socialistas, “alcanzar los objetivos europeos recogidos en la Estrategia Educación y Formación 2020 de la UE”. Ya no se trataba, por tanto, de derogar la LOMCE, reforzar la escuela pública o mejorar la equidad, sino que el pacto debía consistir en adaptar nuestro sistema educativo a las nuevas “demandas de la sociedad” (eufemismo habitual para no hablar de las demandas empresariales). Todo sonaba demasiado a lo que vimos con el Proceso de Bolonia: mucha promesa de modernización, poco compromiso presupuestario y puertas abiertas a la privatización de las universidades.

Ante nuestra petición de que se eliminara esta referencia y que los objetivos del pacto derivaran del propio proceso de debate, PP, PSOE y C’s se negaron en redondo (les une, como es sabido, cierto europeísmo acrítico). En consecuencia, el Grupo Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea se abstuvo.

A pesar de ello, nuestro Grupo Confederal lleva trabajando desde el primer día en esta subcomisión con tres objetivos irrenunciables: derogar la LOMCE, revertir los recortes y blindar la financiación y, sobre todo, defender la educación pública de los intentos privatizadores.

Pues bien, después de 15 meses, 82 comparecencias de organizaciones y expertos, y unas 180 horas de debate parlamentario, este martes nos tocaba abordar el punto de la financiación. Ya en su día, Unidos Podemos había planteado que este tema debía ser el primero: sencillamente, porque sin compromisos presupuestarios por parte del Gobierno, hablar de pacto educativo suponía una burla.

Y este martes -como era previsible— no ha habido acuerdo. Y no lo ha habido porque el PP ni siquiera está dispuesto a devolver todo lo que ha saqueado. Dicho de otro modo, si desde el 2010 nuestro sistema educativo ha padecido una desinversión de 9.000 millones, lo que nos propone el PP es aumentar 5.000 millones… para 2025. Lo que significa que, a ese ritmo, los recortes en educación no se recuperarían hasta 2030.

Desde Unidos Podemos, en consecuencia, hemos votado contra la propuesta del PP (apoyada también por C’s), porque no suponía ningún suelo de inversión, sino más bien un sótano de infrafinanciación. En este sentido, siempre hemos mantenido que no aceptaríamos otra propuesta económica que no fuera blindar un suelo de financiación del 5% del PIB para el curso 2020-2021, revertir todos los recortes y caminar hacia una inversión del 7% en 2024 (lo que nos permitiría converger con los modelos educativos más equitativos y exitosos).

Sin embargo, ante la falta de voluntad política del Gobierno, el pacto educativo ha entrado en punto muerto. Ahora bien, este resultado no era inevitable, sino que, a mi modo de ver, responde a un problema de origen: un diseño de pacto estrecho y bipartidista.

Efectivamente, al principio de este año, PP y PSOE pactaron un método de votación que exigía mayorías reforzadas de 3/5 para aprobar cualquier propuesta. Esta metodología otorgaba un poder de veto al PP y al Gobierno, y cerraba el paso a que otras posibles mayorías aprobaran propuestas sin el PP (e incluso contra el PP). De hecho, si el PSOE hubiera apoyado nuestra metodología de votación (esto es, aprobar las propuestas por mayoría absoluta, como hacemos en plenos y comisiones) este martes se hubiera aprobado la propuesta de blindar un suelo de inversión educativa del 5% del PIB.

La realidad es que hay una mayoría en el Congreso de los Diputados que apoya este compromiso mínimo de inversión, entonces ¿por qué no es posible? ¿Por qué el PSOE anuncia que se levanta de la subcomisión en lugar de apoyarse en grupos, como Unidos Podemos, y cambiar el método de votación para aprobar propuestas alternativas a las del PP y C’s?

Desde luego resulta sorprendente que los que pactaron la creación de la subcomisión con PP y C’s, los que acordaron hace un mes el método de votación con el PP, hoy descubran que hay recortes comprometidos con Bruselas y que el Gobierno no está dispuesto a ceder. Y ante eso, y después de 15 meses de subcomisión y de alimentar falsas expectativas, ¿no tenía el PSOE otro plan que levantarse de la mesa y decir que no se puede hacer nada? ¿Es que acaso no hay números, en este Congreso, para derogar los artículos de la LOMCE que permiten la concertación de colegios que segregan niños y niñas? ¿Hasta cuándo va a renunciar el PSOE a su responsabilidad de hacer oposición? O dicho de otro modo, ¿cuándo se va a decidir a cooperar con Unidos Podemos para, por ejemplo, liderar propuestas progresistas en materia educativa?

La historia de este pacto educativo es la de un fracaso anunciado. Nosotras y nosotros ya advertimos al PSOE de los costes de ir de la mano del PP, y de un diseño de pacto demasiado excluyente: excluyente políticamente, porque daba poder de veto al PP y aislaba a Unidos Podemos; excluyente socialmente, porque desarrollaba los debates a puerta cerrada y no negociaba con los agentes educativos; y excluyente territorialmente, porque no se puede utilizar el marco de un pacto educativo para chantajear a las comunidades autónomas con la financiación.

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Puede que ya sea demasiado tarde y la oportunidad, nuevamente, se haya desaprovechado. Pero tenemos muy claro que las demandas de la comunidad educativa y los problemas de nuestros centros públicos, siguen siendo exactamente los mismos y no entienden de juegos de palacio. Por eso, vamos a plantear que la subcomisión solo tiene sentido cambiando de metodología, haciendo las sesiones públicas y, sobre todo, abriendo espacios de decisión para los agentes educativos.

Un pacto educativo, en definitiva, nunca podrá ser un apaño de partidos políticos. Un pacto educativo que quiera durar, tendrá que ser fruto de una negociación real con la comunidad educativa, tendrá que acompañar esta voluntad con recursos y financiación y, fundamentalmente, tendrá que ser un pacto por la escuela pública. _____________Javier Sánchez es portavoz de Educación de Unidos Podemos.

Javier Sánchez

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