Los efectos de 'Filomena'
'Filomena' colapsa Madrid con una nevada histórica en el centro peninsular
Los meteorólogos llevaban días avisando de que Filomena estaba al caer, dejando lluvia y, sobre todo, nieve. Pero los pronósticos se han quedado bastante cortos: su magnitud "ha sorprendido", según ha asegurado el ministro de Transportes. La Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha han amanecido completamente blancas y con un grosor de nieve acumulada sorprendente. La capital del país ha visto nevar durante 30 horas seguidas, desde mediodía del viernes hasta la tarde del sábado, dejando casi un metro de acumulación en algunas zonas, colapsando carreteras, inutilizando la mayoría de vías de transporte, complicando la gestión de los hospitales y derribando árboles, entre otras incidencias. Lo que no ha impedido a muchos madrileños disfrutar de los paisajes y de una nevada que no se daba en la urbe desde 1972.
El temporal ha cubierto de nieve gran parte de la península y ha dejado fuertes lluvias e inundaciones en el sur del país. Albacete fue de los primeros lugares en notar la fuerza con la que llegaba la nevada, Toledo amaneció nevado desde el jueves y en Madrid capital ha nevado durante más de 30 horas seguidas. Muchos ciudadanos salieron, a pesar de las recomendaciones de las autoridades por el peligro de caídas de cornisas y ramas, a dejar constancia del momento.
Pero la nieve no suele traer solo buenas noticias. Filomena provocó el cierre durante horas del Aeropuerto de Barajas, dejó atrapadas a más de 1.000 personas en las carreteras madrileñas y supuso también el fallecimiento de dos personas en la capital. Otras dos fallecieron en Mijas (Málaga) por las riadas provocadas por la lluvia.
Muchos transportistas quedaron atrapados en las carreteras de todo el país, unos 600 solo entre Castellón y Teruel. La circulación en carretera se vio afectada por la nevada de manera que algunas quedaron completamente cortadas, como es el caso de la CM-40 a la altura de Bargas en Toledo o la M-40 en el enlace N-607. En total, 650 vías sufrieron las consecuencias de la nevada y de estas, 135 quedaron intransitables durante la tarde del sábado.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) y los servicios de emergencia tuvieron que socorrer a más de 1.000 personas en las carreteras de la Comunidad de Madrid y recibieron cientos de avisos en otras regiones. El temporal supuso también la cancelación de servicios de Renfe como todos los trenes origen y destino Madrid, el AVE Valencia-Zaragoza, o el servicio de cercanías de la capital, entre otros. El aeropuerto de Barajas anunció el viernes en torno a las 21:30 horas que suspendía sus vuelos hasta las 10 de la mañana del sábado, y tuvo que alargarlo durante toda la jornada.
Ante esta nevada que el ministro de Transportes, Ábalos, calificaba de "sin precedentes", el Gobierno se ha esforzado –según sus propias palabras– "más que otras veces", preparando 1.305 máquinas quitanieves y un sistema de coordinación entre Gobierno y comunidades eficaz, a su juicio. Durante el mediodía del sábado, en rueda de prensa, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, coincidía con esta idea afirmando que desde su ministerio se habían puesto en funcionamiento "el despliegue de todas nuestras capacidades operativas" a partir del jueves, ante el aviso de la Agencia Estatal de Meteotología (Aemet). Sin embargo, tanto sindicatos como la oposición al Gobierno regional han señalado que las medidas tomadas no han sido suficientes: ha faltado previsión ante algo previsible, aseguran.
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Los dirigentes de las comunidades autónomas, al igual que los miembros del Gobierno, han estado pidiendo a la ciudadanía durante toda la jornada, que evite desplazamientos y que permanezca en sus casas. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, que calificaba la nevada de "tsunami de nieve", definió la situación en la capital de "extrema gravedad" y pidió a los madrileños que no saliesen por el peligro que podía suponer la cantidad de nieve (la media estaba entorno al medio metro de altura), las placas de hielo o el estado de los árboles con el peso de la nieve.
Ante este temporal, Castilla la Mancha y la Comunidad de Madrid avisaron durante la mañana del sábado de que las clases quedaban suspendidas durante el lunes y el martes ya que, aunque parase de nevar, los desplazamientos seguían siendo peligrosos. La Aemet avisaba ya el viernes de que la borrasca Filomena era la "antesala" de una gran ola de frío que durará hasta el próximo jueves y que alcanzará mínimas de -10ºC. El ministro Ábalos aseguró de que tras las precipitaciones la prioridad será retirar la nieve para evitar que se formasen placas de hielo y advirtió de que cuando acabe la nevada la situación será "igual o más peligrosa". "Cuando la borrasca amaine nos enfrentaremos a frío intenso, con temperaturas muy bajas. Va a costar hacer que desaparezcan estos hielos", dijo durante la rueda de prensa del sábado.
Aproximadamente a las 17 horas ha dejado de nevar en la capital, 30 horas después de que cayeran los primeros copos, pero en otros puntos del país como en Zaragoza, Tarragona o Girona se espera que continúen las precipitaciones. Filomena avanza hacia el norte. Durante el domingo se espera poder limpiar las calles de la capital para evitar la formación de placas de hielo, aunque eso no devolverá la normalidad total a la ciudad, según el alcalde. "Hasta finales de la semana que viene va a ser muy difícil ver un Madrid con cierta normalidad, ni siquiera digo con total normalidad", advirtió. A partir del lunes 11 entrará por el oeste un anticiclón atlántico que estabilizará la situación. Al cierre de esta noticia, las provincias de Teruel, Zaragoza, Tarragona, Castellón y Valencia se encuentran en aviso rojo por riesgo extremo.