Javier de Lucas, Fernando Flores, Belén Cardona, Pepe Reig, Ana Valero Joaquín Urías, Almudena Bernabeu, Blog Alrevesyalderecho
El pasado 4 de abril, dos buques zarparon desde la isla griega de Lesbos y otro desde la de Quíos, con las primeras PERSONAS –los llamamos inmigrantes y solicitantes de asilo- que fueron devueltas a Turquía. Previsiblemente, poco después, muchos de ellos serán trasladados a sus países de origen. A cambio, un pequeño grupo de 60 ciudadanos sirios llegará a Alemania escenificando este mercado de personas (one in, one out) con un tope máximo de 72000, al que los europeos consideramos “solución a la crisis de los refugiados”.
La falta de coherencia con los principios de la propia UE y el respeto a las obligaciones legales internacionales e internas hace posible que los europeos nos apuntemos el triste mérito de protagonizar lo que, se disfrace como se quiera, no son otra cosa que deportaciones masivas. Hace posible que refugiados, desplazados e inmigrantes sean considerados cifras de un trueque que tiene como objetivo dejar de ver el problema en tierra europea, la nuestra, como si de esa manera dejaran de ser nuestro problema.
No pensamos sólo en la negación de la protección internacional efectiva y vinculante (porque es derecho interno en todos los Estados miembros de la UE) que ponemos en marcha hoy, al negar a refugiados y desplazados aquello que estamos obligados a proporcionarles, conforme a la normativa jurídica vigente relativa al derecho de asilo.
Pensamos también en cómo desproveemos de derechos a quienes cínicamente consideramos “culpables” de ser inmigrantes económicos, convirtiendo así en un mal, un ilícito administrativo e incluso penal, lo que no es sino la expresión del derecho básico de autonomía individual, el derecho a buscar una vida mejor. Y eso cuando no se trata pura y simplemente de la respuesta forzosa a la que se ven obligados millones de seres humanos, impuesta por una situación de estado de necesidad que no es fruto del azar.
Nosotros, ciudadanos europeos, vecinos de ciudades y pueblos de Europa, ciudadanos de regiones europeas, no queremos someternos a la ignominia de que en nuestro nombre se revivan las más indignas realidades de las que tenemos memoria, entre alambradas, trenes, ferris y campos de detención.
Nosotros pedimos a nuestros Alcaldes y Presidentes regionales, nuestros representantes políticos más cercanos, que se rebelen contra esta “solución”. Precisamente porque queremos que respeten nuestros derechos y libertades, exigimos que sean garantizados los derechos y libertades de esos niños, mujeres y hombres que siguen soñando ingenuamente en Europa como espacio de justicia, libertad y seguridad. Si no se respetan los suyos, los nuestros no valen como derechos, serán privilegios mantenidos con un coste inaceptable.
Apoyamos aquellos gobiernos autonómicos y municipales que, ofreciendo su disponibilidad para acoger refugiados, han mostrado su compromiso con nuestras obligaciones internacionales y con los valores de la dignidad y los derechos humanos. La Generalitat Valenciana, y ayuntamientos como los de Valencia, Barcelona, Madrid, Zaragoza, Santiago de Compostela o Iruña, nos han mostrado que el reto humano al que nos enfrentamos puede tratarse sin sumirnos en la vergüenza colectiva.
Otra política migratoria y de asilo tiene que ser posible, debe ser posible. Una política que no manche irreparablemente nuestra condición de europeosOtra política migratoria y de asilo tiene que ser posible. Sabemos que eso exige, con toda seguridad, una transformación del sistema de protección internacional de refugiados y un nuevo marco normativo para los inmigrantes. Ese es un objetivo necesario, urgente, inaplazable, que debe concitar los esfuerzos de intelectuales, políticos, medios de comunicación, pero esa tarea requiere un plazo previsiblemente no inmediato.
Mientras tanto, les pedimos a Ustedes, a quienes elegimos como nuestros representantes más cercanos, que no dejen de utilizar todos los medios a su alcance para denunciar la dramática situación de miles de personas a las puertas de Europa, que sumen esfuerzos para provocar un cambio de política migratoria y de asilo, y que se alcen contra la aplicación de este acuerdo entre la UE y Turquía, un Acuerdo que sólo va a prolongar el sufrimiento de tantos seres humanos y favorecer a quienes se lucran con esta situación. No basta ya con decir basta.
ACTÚA: Pide a presidentes autonómicos y alcaldes que se rebelen contra el pacto UE-Turquía sobre refugiados
Javier de Lucas, Fernando Flores, Belén Cardona, Pepe Reig, Ana Valero Joaquín Urías, Almudena Bernabeu, Blog Alrevesyalderecho
El pasado 4 de abril, dos buques zarparon desde la isla griega de Lesbos y otro desde la de Quíos, con las primeras PERSONAS –los llamamos inmigrantes y solicitantes de asilo- que fueron devueltas a Turquía. Previsiblemente, poco después, muchos de ellos serán trasladados a sus países de origen. A cambio, un pequeño grupo de 60 ciudadanos sirios llegará a Alemania escenificando este mercado de personas (one in, one out) con un tope máximo de 72000, al que los europeos consideramos “solución a la crisis de los refugiados”.