Desde la dirección del PSOE se afirma que la determinación de la fecha de las elecciones primarias adquiere un valor estratégico y apuesta por celebrarlas poco antes de los comicios generales para que tengan un efecto de arrastre y motivación del electorado. Ante esta respetable posición me pregunto si seremos capaces de soportar nuestra larga marcha por el desierto y si llegaremos a julio de 2015 en las mejores condiciones posibles habida cuenta de que lo haríamos sin un candidato o candidata que represente una nueva cultura política y que exprese un liderazgo abierto, compartido y de base cívica.
¿Puede un partido que no ha realizado su catarsis tras la fuerte derrota del 20-N, castigado por su papel en la gestión de la crisis y en plena desafección de la calle hacia el sistema político, desaprovechar la oportunidad de poner en marcha un proceso democrático innovador retrasando unas primarias ciudadanas? Sería el inicio de su particular regeneración democrática y ayudaría al PSOE a redescubrir su identidad recuperando el alma para tratar de dar respuestas al miedo, necesidades y desigualdades que padecen millones de familias que han perdido la esperanza en el papel de la política y de los partidos.
La pregunta es, también, si existe otra vía para ganar credibilidad ante la sociedad sin mostrar un liderazgo que resulte coherente con un nuevo proyecto de base ética y profundamente democrático, transformador de tantas estructuras caducas y capaz de reconstruir desde la corresponsabilidad un Estado de Bienestar sostenible. En todo caso ningún socialista debería molestarse ante estas preguntas ni ante las respuestas que expresan algunos sectores de una militancia desconcertada que está deseando reencontrarse con los principios de honestidad, igualdad y laicidad del PSOE.
Si la dirección del PSOE propone retrasar las primarias ciudadanas hasta julio de 2015 debemos suponer que es porque considera que en la actualidad no hay un vacio de liderazgo y que la situación no requiere aplicar medidas inmediatas. Pueden pensar que si además se "ganaran" las europeas, aunque fuera pírricamente, el actual modelo de liderazgo se consolidaría y cogería más fuerza para asumir otras responsabilidades. Sin embargo, con este planteamiento no rupturista y de vuelta a la estrategia de la alternancia, corremos el riesgo de morir en el intento y de quedarnos sin calendario para celebrar las primarias abiertas a la Presidencia del Gobierno.
No dudo de los cálculos bien intencionados, alejados de conveniencias personales, pero considero que resultaría decisivo convocar las primarias ciudadanas antes de las europeas, de las locales y autonómicas, y antes de situaciones que se pudieran dar en Cataluña. El adelanto sería un revulsivo para la organizacion socialista y contribuiría a calentar las frias espectativas electorales. Un proceso como este nos permitiría clarificar nuestro proyecto ante la sociedad e implicar en la elección a un sector de la misma, desencadenando un impulso regenerador imprescindible para el PSOE. Eso sí, siempre que el proceso abierto a la ciudadanía estuviera acompañado de las exigibles garantías democráticas y de la creación de un Comité ético que velara por el cumplimiento del procedimiento.
Quien aspire a expulsar a Rajoy de la Moncloa necesitará tiempo para debatir y concertar con los movimientos y agentes sociales un programa creíble de ser cumplido y realmente alternativo al modelo neoliberal frente a la crisis. Además, habremos de ofrecer un contrato de empoderamiento a la ciudadania que suponga un compromiso firme de los socialistas en favor de una democracia de más calidad, más ética y participativa, representativa de otra forma de hacer y vivir la política. Un contrato ciudadano de libre adhesión entre politicos y ciudadanía para defender juntos la cohesión social y hacer efectiva la reconstrucción del Estado del Bienestar. Pero ha de ser también un contrato bilateral que suponga un compromiso de corresponsabilidad colectiva ante la crisis y de cumplimiento solidario de obligaciones y deberes cívicos por parte de toda la población.
Aprecio notables ventajas en el adelanto de las primarias ciudadanas: personalizar las propuestas que surjan de la Conferencia en un nuevo liderazgo legitimado por la participación de gentes que están más allá de los límites de nuestra militancia para iniciar con tiempo la construcción del proyecto alternativo dirigido a una mayoría de progreso; afrontar las elecciones europeas, locales y autonómicas con otro relato político y la fuerza de la regeneración interna frente al declive de Rajoy y su vieja guardia; estar en las mejores condiciones para, llegado el momento, presentar una moción de censura y preparados ante un eventual adelanto de las elecciones generales; y, sin duda, permitiría eliminar incertidumbres y especulaciones, las preguntas continuas de los medios de comunicación durante los dos años que restan hasta las generales y ese seguimiento permanente de los gestos y movimientos de las posibles candidaturas que provoca su desgaste.
Por otra parte, el proceso de las primarias abiertas al incorporar debates públicos entre candidatos sobre las bases de sus programas socio-económicos y los modelos de regeneración del sistema político, situarse en el centro de los medios y redes sociales y ofrecer un ejemplo de transparencia y democratización del funcionamiento del partido, se convertirían en una innovadora, participativa y motivadora pre-campaña de las elecciones europeas.
Pero no nos puede valer cualquier desarrollo de primarias porque no son un fin en si mismas sino que deben servir para demostrar el compromiso ético del PSOE con la regeneración de la vida política. Esto nos exigirá un esfuerzo de generosidad política y de creatividad para que el proceso pueda reconocerse como de calidad y excelencia democrática y contribuya a recuperar en la ciudadanía la pasión perdida por la democracia.
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A la Conferencia de noviembre le corresponderá, en su caso, solicitar al Comité Federal la convocatoria inmediata de unas apasionantes primarias ciudadanas, las primeras en España poniendo en práctica las lecciones aprendidas de las experiencias en Francia e Italia, con plazos suficientes y facilidades para la presentación de las candidaturas. La realización de este debate y la deseable decisión del adelanto aportarían mayor interés a esta cumbre del socialismo español necesitado de una reflexión autocrítica para ganar su primera batalla.
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Odón Elorza es diputado del PSOE en el Congreso por la circunscripción de Gipuzkoa
Desde la dirección del PSOE se afirma que la determinación de la fecha de las elecciones primarias adquiere un valor estratégico y apuesta por celebrarlas poco antes de los comicios generales para que tengan un efecto de arrastre y motivación del electorado. Ante esta respetable posición me pregunto si seremos capaces de soportar nuestra larga marcha por el desierto y si llegaremos a julio de 2015 en las mejores condiciones posibles habida cuenta de que lo haríamos sin un candidato o candidata que represente una nueva cultura política y que exprese un liderazgo abierto, compartido y de base cívica.