Todos los políticos no son iguales. Todos los políticos no son corruptos. Todos los políticos no actúan al dictado de banqueros y demás oligarcas. Pero muchos políticos contribuyen al descrédito de su profesión por encubrir a los corruptos de su partido en vez de exigir su dimisión, por callar ante los dictados de los grandes grupos de presión económica y por contemplar calladamente el vergonzoso espectáculo de los políticos giratorios.
La lista de expolíticos que cobran de las empresas del sector eléctrico, incluida en la denuncia que presenta la Plataforma Ciudadana por un Nuevo Modelo Energético ante la Fiscalía Anticorrupción, debería provocar un escándalo político. Además de una investigación judicial, claro. En esa lista sí están juntos los compañeros González Márquez y Aznar López. En esa lista sí que hay un verdadero pacto de Estado.
Ver másEl equipo económico de Zapatero logra acomodo en la banca y la gran empresa
La plataforma denunciante considera que, además de desvergüenza, en esa lista pueden esconderse delitos de "prevaricación por desviación de poder y/o de tráfico de influencias". No será fácil de probar... en caso de que la Fiscalía se tome la molestia de investigar. Pero no se debe confundir la legalidad y la ética. Los mismos que han tomado decisiones que han generado beneficios millonarios a determinadas empresas, no pueden cobrar luego de esas empresas. Esto es una norma de sentido común que no caduca a los dos años, digan lo que digan las leyes sobre incompatibilidades.
Entender cómo funciona el sector eléctrico es una tarea casi imposible, en buena medida por las decisiones que han tomado políticos que ahora se sientan en los consejos de administración o en las fundaciones de Endesa, Gas Natural o Iberdrola. Pero el españolito puede tener una certeza: gobierne PSOE o PP, cambie o no la regulación cada seis meses, aparezcan o desaparezcan déficits de tarifas, titulizaciones de déficits o pagos por capacidad... al final las grandes eléctricas logran beneficios multimillonarios y los españoles están entre los europeos que más pagan por el recibo de la luz.
No, todos los políticos no son iguales. Pero quienes quieran recuperar el prestigio de su profesión pueden empezar por una medida sencilla: cuando vean pasar al próximo compañero por la puerta giratoria que lleva al consejo de administración de una gran empresa eléctrica, en vez de agachar la cabeza y callar, que propongan públicamente darle con la puerta en las narices. Metafóricamente, por supuesto. Pero con contundencia.
Todos los políticos no son iguales. Todos los políticos no son corruptos. Todos los políticos no actúan al dictado de banqueros y demás oligarcas. Pero muchos políticos contribuyen al descrédito de su profesión por encubrir a los corruptos de su partido en vez de exigir su dimisión, por callar ante los dictados de los grandes grupos de presión económica y por contemplar calladamente el vergonzoso espectáculo de los políticos giratorios.