A falta de trackings diarios, hay que leer otros síntomas. Por ejemplo lo que escriben y dicen los popes de la demoscopia o de los periódicos, radios y televisiones afines a la derecha (tropecientos). Y se percibe cierto nerviosismo. Te lo diré sin rodeos: falta un cuarto de hora para que extiendan la especie de que la Dirección General de Tráfico, o sea el Gobierno “sanchista”, hará lo posible para que los atascos del caluroso domingo por la tarde impidan llegar a tiempo para votar a centenares de miles de electores (cabe deducir) conservadores. Deben de pensar que los votantes de izquierdas un domingo por la tarde están viendo películas de arte y ensayo subtituladas, pero no regresando de la sierra o de la playa. ¡Horror!
Como ya sabrás, Correos había puesto a disposición de los electores a última hora del lunes el 98,2% de los votos solicitados, cuando aún quedaban tres días para que se cierre el plazo de votación, con ampliación de horarios el jueves. Y tenía previsto alcanzar el 100% este martes (pincha aquí). Así que la alarma sembrada por Núñez Feijóo y su amigo Regino (pincha aquí) sobre la posibilidad de un pucherazo postal ha pasado a mejor vida.
Descartado un fraude masivo en Correos, desde el sociólogo Narciso Michavila al locutor Carlos Herrera han empezado a advertir del peligro de los atascos en las carreteras el próximo domingo. ¡Lo nunca visto!
Descartado un fraude masivo en Correos, desde el sociólogo Narciso Michavila al locutor Carlos Herrera han empezado a advertir del peligro de los atascos en las carreteras el próximo domingo. ¡Lo nunca visto! Vivo a 27 kilómetros de Madrid desde hace treinta años. No recuerdo una sola tarde de domingo sin atascos de entrada (tú te has comido algunos). Lo que no sabía es que la mayoría de quienes los pueden sufrir este 23J serán votantes conservadores. ¿Cómo lo saben?
En serio, no ha sentado nada bien en Génova que, en la última jornada de publicación de trackings, Michavila haya advertido a Cuca Gamarra que “se olvide de la mayoría absoluta” (pincha aquí). Me parece sintomática la solemnidad con la que desde la derecha se está llamando a la máxima movilización cuando se supone que su electorado ya está hipermovilizado. Cabe pensar que lo que se teme es que las filas progresistas hayan despertado ante una campaña tan sobrada como mentirosa (pincha aquí). Quizás los números andan más apretados de lo que indicaban las últimas encuestas (permitidas).
Seguimos mañana.
(Aquí puedes leer las entregas anteriores de 'Diario de campaña para un amigo de derechas').
A falta de trackings diarios, hay que leer otros síntomas. Por ejemplo lo que escriben y dicen los popes de la demoscopia o de los periódicos, radios y televisiones afines a la derecha (tropecientos). Y se percibe cierto nerviosismo. Te lo diré sin rodeos: falta un cuarto de hora para que extiendan la especie de que la Dirección General de Tráfico, o sea el Gobierno “sanchista”, hará lo posible para que los atascos del caluroso domingo por la tarde impidan llegar a tiempo para votar a centenares de miles de electores (cabe deducir) conservadores. Deben de pensar que los votantes de izquierdas un domingo por la tarde están viendo películas de arte y ensayo subtituladas, pero no regresando de la sierra o de la playa. ¡Horror!