Como saben muy bien las socias y socios de infoLibre y probablemente la mayoría de nuestros lectores, nunca solicitamos el voto para unas siglas concretas. Consideramos que un medio que sólo depende de sus lectores tiene la obligación de ser absolutamente transparente en sus principios editoriales (ver aquí), pero sus opiniones deben estar personalizadas y firmadas. Una posición colectiva sólo sería asumible si previamente fuera consultada y consensuada con la Redacción, la Sociedad de Amig@s y los principales socios que han invertido sus ahorros en infoLibre. Creemos superados los tiempos de los predicadores (individuales o empresariales) que utilizan sus púlpitos para proclamar la supuesta verdad revelada. Nuestra ‘fe’ compartida prioriza la separación entre los hechos y las opiniones, el rigor en la información y la pluralidad en la interpretación, siempre desde la defensa del progreso, de los derechos humanos, de la igualdad, la justicia fiscal o la lucha contra la crisis climática. Desde esa base, y descontando la certidumbre de que sólo alguien muy despistado puede suscribirse a infoLibre y votar (por ejemplo) a Vox, lo que ahora sigue son simplemente unos apuntes personales que no pretenden convencer (ni mucho menos reñir) a nadie. Sólo advertir de las posibles consecuencias de nuestros actos.
- Si usted se considera de izquierdas y este domingo ha preferido no votar, sepa que es corresponsable de que en su comunidad autónoma o municipio gobierne una derecha condicionada por la extrema derecha los próximos cuatro años.
- Si usted pensaba que era innecesario acudir a votar porque la mayoría de las encuestas venían confirmando que las izquierdas sumarían en gran parte de las autonomías y las grandes ciudades, sepa que los resultados pronosticados por los sondeos entraban en varios casos dentro del margen de error (ver aquí), es decir que la balanza podía inclinarse en favor del bloque de izquierdas o de derechas dependiendo fundamentalmente de cuál de ellos se viera más castigado por la abstención.
- Si usted habita o vota en Madrid capital, sepa que en 2015 Manuela Carmena logró la alcaldía por un solo escaño de diferencia entre la suma de PSOE y Ahora Madrid (29 concejales) y la de PP y Ciudadanos (28). Y que la propia Esperanza Aguirre reconoció unos días después que había perdido la alcaldía porque en la última semana cayó el apoyo a su candidatura “doce puntos entre los pensionistas” tras conocer a través de infoLibre y El Intermedio de La Sexta cuánto declaraba a Hacienda y qué mamandurrias habían recibido durante años empresas de su marido. Las encuestas esta vez han venido reflejando también una diferencia tan estrecha en la suma de uno y otro bloque que un solo escaño podía bailar, ganarse o perderse por un puñado de votos.
- Si usted habita o vota en la Comunidad de Madrid, sepa que en 2015 Cristina Cifuentes logró la presidencia por un solo escaño de diferencia entre la suma de PP y Ciudadanos (65) y la de PSOE y Podemos (64), pero sobre todo porque la candidatura de unidad encabezada por Luis García Montero se quedó (por culpa de la división entre la dirección federal de Izquierda Unida y el partido en Madrid) a nueve décimas de conseguir representación, lo que habría hecho presidente a Ángel Gabilondo. Esta vez el mayor riesgo era la abstención, porque tanto Más Madrid como Unidas Podemos superaban en todas las encuestas el 5% mínimo marcado por la ley electoral.
- Si usted habita o vota en cualquiera de las otras once comunidades autónomas o en los más de 8.000 municipios donde este domingo había elecciones y era consciente de que el fraccionamiento político ponía en riesgo la posibilidad de suma de las opciones progresistas, también es usted responsable de no tener en cuenta los riesgos de que, estando por primera vez también fraccionada la derecha, sin embargo pueda gobernar gracias a la abstención o al voto ‘inútil’.
Ver másAsí será el recuento
- Si usted es español o española con derecho a voto en las elecciones europeas que este domingo coincidían con el resto de comicios, y por muy lejanas que considere las decisiones que se toman en Bruselas, sepa que este 26 de mayo se trataba, entre otras cosas, de optar por fuerzas que defiendan una recuperación de la Europa social y una mayor integración o de permitir que sigan creciendo y horadando la idea de Europa esos grupos nacionalpopulistas y xenófobos decididos a acabar con ella desde sus propias instituciones.
- Si usted se considera de izquierdas y votó el 28 de abril con el principal objetivo de frenar la posibilidad de un gobierno de derechas condicionado por la extrema derecha, sepa que este domingo no sólo permanecía ese mismo riesgo en distintas comunidades, ciudades y pueblos, sino que la única forma de que en España pueda asentarse una fuerza conservadora moderna, capaz de dialogar con otras formaciones para afrontar las reformas profundas que precisan nuestro sistema constitucional y nuestro modelo territorial era que los actuales liderazgos de PP y Ciudadanos vieran rechazada en las urnas una concepción de la política basada en el griterío, la descalificación o la desinformación. Este 26 de mayo era la gran ocasión de poner fin a ese bucle conspiranoico que viene caracterizando el estilo político de ese abanico de fuerzas que compiten por liderar el discurso del neoliberalismo en España.
Si usted ha hecho caso omiso al titular de este artículo, muchas gracias por llegar hasta aquí sin esperar a la noche del domingo o la madrugada del lunes. La democracia es mucho más que votar, pero votar es uno de los actos fundamentales para el control del poder y para decidir sobre nuestras propias vidas y las de las siguientes generaciones. Abstenerse, por muy cansino que nos pueda resultar el escenario político español, autonómico, municipal o europeo, sólo termina ayudando a quienes sospechamos que pueden encargarse de empeorar la situación.
Como saben muy bien las socias y socios de infoLibre y probablemente la mayoría de nuestros lectores, nunca solicitamos el voto para unas siglas concretas. Consideramos que un medio que sólo depende de sus lectores tiene la obligación de ser absolutamente transparente en sus principios editoriales (ver aquí), pero sus opiniones deben estar personalizadas y firmadas. Una posición colectiva sólo sería asumible si previamente fuera consultada y consensuada con la Redacción, la Sociedad de Amig@s y los principales socios que han invertido sus ahorros en infoLibre. Creemos superados los tiempos de los predicadores (individuales o empresariales) que utilizan sus púlpitos para proclamar la supuesta verdad revelada. Nuestra ‘fe’ compartida prioriza la separación entre los hechos y las opiniones, el rigor en la información y la pluralidad en la interpretación, siempre desde la defensa del progreso, de los derechos humanos, de la igualdad, la justicia fiscal o la lucha contra la crisis climática. Desde esa base, y descontando la certidumbre de que sólo alguien muy despistado puede suscribirse a infoLibre y votar (por ejemplo) a Vox, lo que ahora sigue son simplemente unos apuntes personales que no pretenden convencer (ni mucho menos reñir) a nadie. Sólo advertir de las posibles consecuencias de nuestros actos.