Eso de que "una imagen vale más que mil palabras" pocas veces ha sido cierto (empezando por la frase misma, cuyo origen se adjudica a un proverbio chino que más o menos decía: "El significado de una imagen puede expresar diez mil palabras".) En todo caso, lo que se ha visto este viernes en un juzgado de Toledo es a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sentada en un banquillo mientras el ex tesorero Luis Bárcenas hablaba desde una pantalla de televisión. La imagen puede resultar equívoca, así que hacen falta palabras.
Hace falta añadir que lo que dilucida el juzgado de instrucción número 4 de Toledo es una demanda civil de protección del derecho al honor de María Dolores Cospedal, presentada por la número 2 del PP contra Luis Bárcenas y contra el diario 'El País' tras la publicación de la contabilidad B del partido, también denominada papeles de Bárcenas. Cospedal ha retirado su querella contra el periódico, pero la mantiene contra el ex tesorero, que ha declarado vía satélite desde la cárcel de Soto del Real.
Esta era la imagen, ciertamente engañosa. Pero la enjundia está en las palabras y en los números. Bárcenas, trajeado como para acudir al Senado, ha mostrado una seguridad marmórea al proclamar que suya era la mano que mecía los sobres. "Es mi firma al igual que es mi mano la que entrega el sobre a la señora Cospedal con estas cantidades", ha dicho Bárcenas. Esas "cantidades" son dos pagos de 7.500 euros que aparecen en la contabilidad B, y que el extesorero asegura haber pagado a Cospedal en billetes de 500 euros. Y ha hablado de más cantidades, concretamente de otros 50.000 euros en dinero negro que Bárcenas dice que repartió entre Mariano Rajoy y Cospedal en marzo de 2010.
La "tradición" del sobresueldo
Una vez más se ha hablado de repartos de dinero negro con absoluta naturalidad, la que otorga "la tradición", en palabras de Bárcenas. Todos los integrantes de la dirección del PP "cobraban en B un complemento retributivo para compensar, y cuando Acebes lo deja de percibir lo empieza a cobrar ella", es decir la nueva secretaria general.
LLegado su turno, Cospedal niega haber recibido cobros de 7.500 euros "ni el otro dinero al que se ha referido el demandado", o sea el que supuestamente compartió con Rajoy. Ha ido a lo suyo Cospedal, de modo que cuando se le ha preguntado por sus compañeros de dirección, ha dicho: "No sé si otros han recibido sobresueldos, ante mi pregunta me han contestado que no". O sea que cada cual verá lo que puede demostrar sobre sí mismo. Si alguien hubiera firmado un "recibí" y Bárcenas lo conserva, no será Cospedal quien saque del apuro al sobrecogedor.
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La imagen ha sentado peor que mal en amplios círculos del PP. El empeño de Cospedal en enfrentarse a Bárcenas en sede judicial ha permitido que el ex tesorero volviera a relatar, esta vez en pantalla de plasma (como una especie de imitación burlesca del mismísimo Rajoy), los pormenores de la financiación irregular del partido que gobierna, y el manejo de dinero negro durante dos décadas, tanto en la recepción de donaciones ilegales como en el reparto de sobres a dirigentes. La imagen emitida desde el juzgado de Toledo es la de un ex jefe de finanzas que relata las órdenes recibidas por los líderes del partido. Y la número dos de ese partido escuchando desde el banquillo con una perenne sonrisa de desprecio.
Sostienen los críticos de Cospedal que, por su culpa, se han puesto de nuevo los focos en el caso Gürtel, cuando la estrategia gubernamental (sostenida por medios afines) había conseguido limitar la cuestión al nombre de Bárcenas, ya encarcelado. Se pretendía que el asunto pasara a la sección de sucesos mientras las primeras páginas se alimentaban de indicios de recuperación. Anda el banquero Emilio Botín pregonando que España vive un momento "fantástico" y que llega dinero "de todas partes". Y Cospedal "empeñada" en recordar que a donde llegaba dinero de todas partes era al PP. Y además en negro.
Eso de que "una imagen vale más que mil palabras" pocas veces ha sido cierto (empezando por la frase misma, cuyo origen se adjudica a un proverbio chino que más o menos decía: "El significado de una imagen puede expresar diez mil palabras".) En todo caso, lo que se ha visto este viernes en un juzgado de Toledo es a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sentada en un banquillo mientras el ex tesorero Luis Bárcenas hablaba desde una pantalla de televisión. La imagen puede resultar equívoca, así que hacen falta palabras.