Trump y Rajoy al teléfono, diálogo de besugos

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No sabemos lo que Trump y Rajoy se dijeron al teléfono, porque los comunicados de la Casa Blanca y de Moncloa sobre la llamada parecen hablar de conversaciones distintas. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que Rajoy no habla inglés y Trump no habla español, con lo que podemos deducir que la conversación duró aproximadamente ocho minutos, si descontamos a los 15 oficiales el tiempo de la traducción.

Según la Casa Blanca, la conversación fue sobre seguridad, terrorismo y la OTAN, y el presidente pidió, como antes a Merkel y a Hollande, que España cumpla con su compromiso de dedicar el dos por ciento del PIB a Defensa y no el 0,9 actual.

Según Moncloa, la conversación fue sobre el progreso de la economía española y sobre la supuesta oferta de España a Trump para mediar con América Latina, Europa, Oriente Medio y el Norte de Africa. Ni más ni menos. Se dejó Asia y Oceanía. Rajoy, según dice su equipo, también habló con Trump sobre las mutuamente beneficiosas relaciones económicas bilaterales.

¿Qué hablaron los dos durante ocho minutos? Ni idea. No tenemos ni idea.

Es probable que el presidente Trump dedicara sus cuatro a pedir más dinero, como ya había hecho con el francés y la alemana. Según reporta el siempre informado diario estadounidense Político, Trump parece obsesionado con los fondos de sus aliados europeos, como dando a entender que la Unión Europa no puede seguir riéndose de Estados Unidos.

Dando cuenta de las llamadas que ha realizado hasta la fecha, Político dice que "están generando dudas crecientes sobre el estilo de la diplomacia del nuevo presidente en un tiempo de incertidumbre global. Los diplomáticos y los políticos del mundo están preocupados de que el estilo desestructurado y personalista de Trump al relacionarse con los líderes extranjeros podría alejar a sus aliados tradicionales".

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En sus llamadas, Trump ha amenazado a Peña Nieto con enviar soldados a México para sacar "a los hombres (sic) malos de ahí abajo". Y ante la petición del primer ministro australiano Turnbull de desmantelar un campamento de refugiados asentado en su país, Trump discutió abiertamente, espetando a su homólogo que parecía querer enviarle a Estados Unidos "a los próximos terroristas de Boston". Trump no tiene límites en su capacidad de destruir relaciones e insultar a sus interlocutores. Recordemos que tiene un libro escrito (o al menos firmado), con el título Piensa en grande, patea culos en los negocios y en la vida, que ha sido luego reeditado con un título menos explícito...

Es probable también, conociendo a Rajoy y su paradigmática dejadez en materia internacional, que el presidente español soltara sus cuatro mensajes estándar sobre la mejora de la economía española y poco más.

Qué pena. Rajoy podría haber dejado a España en un lugar algo más alto si hubiera hablado inglés; si hubiera reclamado respeto hacia los países hermanos de América Latina; si hubiera pedido compromiso con el proceso de paz en Colombia, o con la apertura en Cuba; o si hubiera expresado, simplemente, la incertidumbre que en España y en la Unión Europea está generando su presidencia. Pero no tenemos un presidente capaz de decir nada relevante a Trump.

No sabemos lo que Trump y Rajoy se dijeron al teléfono, porque los comunicados de la Casa Blanca y de Moncloa sobre la llamada parecen hablar de conversaciones distintas. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que Rajoy no habla inglés y Trump no habla español, con lo que podemos deducir que la conversación duró aproximadamente ocho minutos, si descontamos a los 15 oficiales el tiempo de la traducción.

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