Y la redacción volvió a sonar como una redacción
Después de una pandemia, de la erupción de un volcán, del asalto al Capitolio, de los aranceles de Trump, de la muerte del papa... tenemos una nueva fecha para la historia: el 28 de abril de 2025 un apagón eléctrico total en el territorio español ha paralizado el país poco después del mediodía.
infoLibre ha podido publicar a duras penas durante el tiempo que ha durado el apagón, gracias a una compañera no periodista que reside en Berlín, Nerea. Las pocas veces que hemos podido contactar con ella, le hemos ido dictando desde Madrid lo que debía publicar. Pero la enorme dificultad con las comunicaciones móviles ha complicado mucho mantener nuestra portada web actualizada.
En torno a las 15.00 horas hemos conseguido lanzar una crónica bastante completa con la información que había hasta el momento, redactada por la periodista que hemos dejado en la redacción precisamente para este fin, Alba; la crónica se la hemos dictado a Nerea desde el único adoquín del barrio de Tribunal en el que hemos encontrado, a ratos, señal telefónica. En ningún momento hemos sabido si alguien podía siquiera acceder a la portada de infoLibre, pero nuestro compromiso con la información y con vosotros, lectores y lectoras (estuvierais o no al otro lado), se ha mantenido intacto, a pesar de las dificultades.
La crónica se la hemos dictado a Nerea desde el único adoquín del barrio en el que hemos encontrado, a ratos, señal telefónica. Nerea ha publicado desde Berlín
El apagón me ha cogido en la Ciudad Universitaria de Madrid asistiendo a un congreso de periodismo. Al poco de irnos a negro, alguien me ha escrito un mensaje alertándome de que afectaba a toda la península. Apenas diez minutos antes del apagón, el ministro Óscar López abandonaba el recinto. A su salida, los periodistas le preguntaban por la apertura de auto de procesamiento contra el hermano de Pedro Sánchez. Dónde ha quedado esa noticia apenas media hora después...
Tras intentar, sin éxito, contactar con la redacción, he tomado el primer taxi que pasaba de camino al periódico y durante el trayecto he podido comprobar cómo los semáforos no funcionaban y la gente se agolpaba en las puertas de los comercios y en las paradas de autobuses. El taxi llevaba conectada la COPE, pero en ese momento no informaba del apagón; solo sonaban cuñas publicitarias, desconozco si era por problemas de transmisión o porque era lo que tocaba en ese momento. Tras pedirle al taxista sintonizar otra emisora, la voz de Javier Casal en el informativo de las 13.00 horas de Cadena SER ha confirmado que el apagón afectaba a toda la península.
He podido pagar el taxi porque llevaba algo de dinero en metálico que había sacado para darle la paga a mi hijo menor. O sea, de milagro, y gracias a que mi hijo se niega a tener Bizum (viva el anarquismo adolescente), porque el dinero en efectivo casi desapareció de mi vida cuando se empezó a poder pagar con tarjeta a través del teléfono. Mi hijo se ha quedado sin paga, pero yo he conseguido llegar al periódico.
Y, ya en la puerta, me he encontrado al grueso de la redacción en la calle, buscando a la desesperada señal telefónica y con caras de desconcierto. Así, la esquina de la calle Larra con Apodaca -y los vecinos de alrededor- han sido testigos, en vivo, de las primeras decisiones periodísticas en infoLibre relativas al 'día del cero absoluto': Lara y Marta, a Sol y Atocha para pulsar el estado de las estaciones de metro y tren. Álvaro y Selina, a la Fundación Jiménez Díaz y, de camino, a hablar con comerciantes y a observar el estado del tráfico.
La segunda decisión ha sido casi simultánea: comprar transistores. Hace años que los periodistas escuchamos la radio a través de nuestros teléfonos móviles, pero este lunes tareas tan cotidianas como esa se han vuelto imposibles. Así que el propio Jesús Maraña ha bajado a comprarlos, agotando las existencias de la ferretería, todo sea dicho.
El 'día del cero absoluto' ha sido también el día que la radio se volvió a convertir, un siglo después del nacimiento de la principal emisora española, en la única fuente de información posible. Y el día que la redacción volvió a sonar como una redacción. Porque las que ya peinamos canas recordamos, no sin cierta nostalgia, el bullicio que dominaba la sala de redacción de cualquier periódico que se preciara, y hemos sido testigos de cómo este acabó dando paso a las redacciones-muermo, en las que casi no se oye ni el vuelo de una mosca y los periodistas trabajan ensimismados con sus auriculares puestos. Algo bueno tenía que traer el apagón.
He podido pagar el taxi porque llevaba algo de dinero en metálico que había sacado para darle la paga a mi hijo menor. O sea, de milagro, y gracias a que mi hijo se niega a tener Bizum (viva el anarquismo adolescente)
Mientras, a Antonio lo hemos apostado en una esquina a 50 metros de la redacción, a pleno sol, en ese adoquín muy concreto donde, en algunos momentos y durante apenas segundos, se cogía señal móvil. Desde ahí, ronda de llamadas, cuando el precario 3G lo permitía, para intentar hablar con Moncloa y los ministerios afectados. La respuesta antes de las 14.30 horas era tan unánime como frustrante, las pocas veces que se conseguía contactar con alguien: "No sabemos nada".
Desde esa localización, sólo Antonio podía recibir algunas alertas móviles, y así nos ha llegado el mensaje de la Secretaría de Estado de Comunicación informando de que el presidente del Gobierno se dirigía a la sede de Red Eléctrica, a donde de inmediato hemos enviado a otro periodista, Daniel Lara. A la hora en la que escribo esta crónica (16.30 horas) no hemos conseguido saber si Daniel ha llegado hasta allí o no. No hay manera de hablar con él.
De Sergio, a quien hemos mandado al aeropuerto, hemos podido saber que se disponía a ir andando hasta que finalmente ha encontrado un taxi libre. Confieso que he llegado a pensar en el secuestro del taxista para disponer de transporte durante el día. El mensaje que le he enviado a Sergio informándole de que hay un bus que va al aeropuerto y que se puede coger en Cibeles sigue atrapado dentro de mi teléfono. Tampoco hemos vuelto a tener noticias suyas desde que salió de la redacción.
Lara y Marta han regresado de vacío, porque las estaciones de metro y tren ya estaban cerradas y los pasajeros habían sido desalojados. A Lara la hemos mandado a un centro de salud cercano y a una residencia de ancianos. Acaba de regresar. Selina y Álvaro ya están de vuelta, escribiendo su crónica en un portátil. David también prepara ya sus piezas.
A las 17.00 horas: la única información oficial ha sido el mensaje de Telegram de la Secretaría de Estado a las 14.00, un mensaje de Moncloa a las 15.00 que anunciaba la convocatoria del Consejo de Seguridad Nacional y una rueda de prensa de Red Eléctrica a las 14.30 horas, en la que se ha informado de que se desconocen las causas del apagón, que la tensión eléctrica empezaba a recuperarse en zonas del norte de España y que se calculaba un periodo entre seis y diez horas para recuperar la normalidad. En este instante (17.02 horas), me dice Antonio que Pedro Sánchez va a comparecer en unos 15 minutos.
El propio Jesús Maraña ha bajado a comprar los transistores, agotando las existencias de la ferretería, todo sea dicho
Manu acaba de aparecer por el periódico. Él suele teletrabajar y yo no había coincidido con él aún personalmente. “Qué mejor momento para venir a la redacción que cuando ocurre una noticia, ¿no?”. De Marta, que suele trabajar desde el Parlamento, no hemos sabido nada a esta hora.
A esta hora en la que, por cierto, incluso hemos comido gracias un bar cercano que ha preparado unos bocadillos. Los restaurantes y bares están cerrados o repletos de gente. La mayoría de supermercados, con el cierre echado. Y larguísimas colas en aquellos que estaban abiertos.
Ahora (17.23 horas) esperamos la comparecencia del presidente del Gobierno e intentamos encontrar soluciones para que cada miembro del equipo regrese a sus casas para intentar seguir trabajando desde allí (aquí las baterías de los ordenadores empiezan a menguar) y publicar lo que Nerea pueda desde Berlín (siempre y cuando alguien logre contactar con ella por teléfono).
Actualización (17.27 horas): la batería del transistor se ha agotado y la estamos recargando con un ordenador portátil. Jesús Maraña se ha llevado el otro transistor. Cuando se gaste la batería del ordenador, nos quedamos sin radio; o sea, sin noticias. Las últimas son que nueve comunidades autónomas empiezan a recuperar la conectividad.
Son las 17.49 h y la redacción de infoLibre está ya en penumbra. Hago recuento: seguimos sin saber nada de Daniel, Sergio, Sabela y Marta. A mi ordenador le queda un hilo de batería apenas para apurar estas líneas; ya no veo las letras del teclado. Si estás leyendo esto será o bien porque hemos recuperado el suministro eléctrico o bien porque hemos conseguido dictárselo a Nerea y publicar desde Berlín (cosas veredes, Sancho). Aun en estas condiciones, seguimos.