Mi vecino tiene un grillo que se llama Puigdemón. Hace un mes ese grillito urbano ha “ocupado” una de las macetas de su terraza. Lo mismo que ha hecho Puigdemont con los telediarios. Desde hace un mes, pones cualquier programa informativo y ahí aparece Puigdemont con su "cri-cri-cri". Mi vecino le ha puesto Puigdemón a su grillo, porque es igual de expresivo y monotemático. Los grillos y los políticos tienen eso en común: sus canciones solo tienen estribillo.
El problema es que Puigdemont y su amiguito Junqueras han convertido su “cri-cri-cri” en un fenómeno viral tan potente, que hasta Neymar, que es brasileño y vive la vida con cascos en las orejas, ha terminado por aprenderse el estribillo del “proceso” y ahora quiere independizarse del Barça. El mago brasileño del balón, aún no ha dicho eso de “el Barça me roba”, pero él o su padre, pueden llegar a decirlo en cualquier momento. Sobre todo, cuando el París Saint-Germain, al parecer, está dispuesto a pagarle casi el doble. Si aquellos me pagan el doble, significa que estos me roban la mitad.
No deja de ser gracioso que ante los rumores de divorcio de Neymar, toda la plantilla, con Piqué a la cabeza, estén haciendo lo imposible para que se quede. A ese respecto, Piqué, presidente in pectore del Barça, publicó una foto abrazado a Neymar, diciendo: "¡Se queda!". Aún no hemos visto una foto de Piqué abrazado a Puigdemont diciendo: “¡Nos quedamos!”.
Aunque pensándolo bien, y visto lo visto, Piqué no tiene dotes de profeta y lo de su profecía sobre Neymar amenaza con no cumplirse. La prensa, siempre tan sagaz, ha publicado unas fotos de Neymar tapándose los oídos, para no escuchar a unos aficionados catalanes llamarle “mercenario”. Puigdemont no escuchará jamás este apelativo de “mercenario”, porque como todo el mundo sabe, el proyecto de “divorcio” de Junqueras y Puigdemont, es por razones de “sentimiento”.
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Claro que en este curioso paralelismo entre el Barça y Cataluña, cabe preguntarse: si Neymar tiene su Saint-Germain, ¿quién es el Saint-Germain de Puigdemont? ¿Quién está dispuesto a pagar la cláusula de rescisión de Cataluña con España? ¿O es que Puigdemont y Junqueras no piensan pagar nada por quedarse con todo?
Cuando un amigo compungido viene a comentarte que se divorcia de su mujer, pasados unos instantes de estupefacción fingida o no, a todos se nos ocurre la misma pregunta: ¿y quién es ella? Damos por seguro, sin margen de duda, que cuando un hombre se divorcia es porque ya está en otro “proceso”.
En el asunto del presunto divorcio de Cataluña, nadie se hace esta pregunta: ¿y quién es ella? ¿A qué dedica el tiempo libre? ¿En qué lugar se enamoró de ti? ¿Acaso fue en Andorra? No hace falta ser un lince para saber que el “ella” del Brexit era, y es, Estados Unidos Brexit, que siempre fue la “otra” en la relación de Gran Bretaña con la Comunidad Europea. Pero, ¿quién es “la otra” de Junqueras y Puigdemont? ¿Acaso se llama “paraíso fiscal”? Voy a preguntarle al grillo.
Mi vecino tiene un grillo que se llama Puigdemón. Hace un mes ese grillito urbano ha “ocupado” una de las macetas de su terraza. Lo mismo que ha hecho Puigdemont con los telediarios. Desde hace un mes, pones cualquier programa informativo y ahí aparece Puigdemont con su "cri-cri-cri". Mi vecino le ha puesto Puigdemón a su grillo, porque es igual de expresivo y monotemático. Los grillos y los políticos tienen eso en común: sus canciones solo tienen estribillo.