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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

La semana de los relevos relevantes

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Comenzaba mi columna del sábado pasado preguntándome: “¿Cuántos acontecimientos importantes caben en una misma semana?”. . Perdonen que me cite a mí misma en un gesto carente de elegancia al que yo suelo llamar alusionanismo, pero es que me ha hecho gracia recordar la candidez con la que sorprendían tantos cambios en una semana. Claro, al no ser astróloga ni nada de eso, ignoraba yo lo que nos depararían los días venideros… ¡Vaya semanita intensa! Muy fan.

La gran noticia, esa que sacó lo mejor y lo peor de cada cual –siempre ocurre con los asuntos relacionados con los migrantes pobres– llegó el mismo lunes: el Aquariusun barco lleno de personas629 seres humanos, 123 de ellos niños, once bebés, cuatro mujeres embarazadas. Y la historia ya la conocen, el Gobierno italiano rechazó el desembarco en los puertos de este maravilloso país –a pesar de sus gobernantes– con total frescura, como el que cierra la ventana para que no entre un molesto moscardón que viene a poner sus sucias patas en tu comida.

Después llegó la oferta del Gobierno de Sánchez con el desembarco en la costa española y el ofrecimiento de varias comunidades autónomas y ayuntamientos para recibir a los integrantes del Aquarius. Como en tantas otras ocasiones, no faltó el clásico sonido gutural: “¿Por qué no los metes en tu casa?”. En fin, ya sabemos que la insolidaridad, además de carecer de empatía, es poco creativa y repite sus estribillos machacones cual canción del verano, solo que desafinando.

La decisión gubernamental –que ya sabemos, gracias, no hace falta que nos lo expliquen los ilustrados, no resuelve una realidad tremenda, un problema europeo, mundial y planetario– fue definida como “gesto”. Y los gestos tienen ese aire inacabado e incompleto, de espuma de la cerveza, de envoltorio de regalo. Pero oiga, cómo se agradecen los gestos cuando el mensaje que transmiten está lleno de luz. Por ejemplo, entre el gesto de dejar que un barco lleno de gente atemorizada alcance la costa y la peineta de Bárcenas, hay una enorme diferencia. Si hay que elegir entre gestos, yo lo tengo claro.

 

Inmigrantes del 'Aquarius' siendo transferidos a una patrullera de la Guardia Costera italiana (EFE) | Captura de 'El Intermedio' con Luis Bárcenas dedicando una peineta a los medios (laSexta).

Por cierto, a esos 629 –seres humanos, repetimos– pasar de flotar a la deriva a pisar tierra firme, seguramente, no les parece un gesto sin más, sino un hecho que les salva la vida y les da la oportunidad de pasar otra pantalla en este videojuego de mierda que les ha tocado protagonizar.

Y cuando toda la información navegaba alrededor del Aquarius, salta, como un delfín, la noticia del ministro de Cultura y su condena por fraude fiscal. La primera china en el zapato del presidente.

La secuencia comenzó con la resistencia del ministro a dimitir en el primer tramo del día, continuó con las declaraciones que recuperó la @MalditaHemeroteca de Pedro Sánchez en 2015 sobre “responsables políticos, sociedades interpuestas para pagar menos impuestos y destituciones fulminantes” y concluyó con el único final coherente, la dimisión, tras una comparecencia con mención y reproche a “la jauría”.

Estoy segura de que, con el tiempo, Màxim Huerta, al que tengo por hombre reflexivo e inteligente, se dará cuenta de que esa imagen literaria de “la jauría” que usó para justificar su marcha no era adecuada para este relato. La asunción de las críticas va dentro de la cartera ministerial y la ejemplaridad también. Y aunque ya sabemos todos que entre el análisis frío y equilibrado siempre se cuela algún ladrido, dimitir era lo correcto, sin peros y sin perros.

En ese mismo día –13, por cierto– llegó también el cese fulminante del seleccionador de fútbol, a dos días del debut, y buena parte de la población se puso a hiperventilar.

Por explicarlo musicalmente: Florentino se cantó antes de tiempo una de Dalma: Esa chica es mía; Lopetegui se cantó el “comí del fruto prohibido” de Sandro Giacobbe y Rubiales se arrancó por los Amaya: “Vete, me has hecho daño, vete”.

Conclusión: Lopetegui hizo las maletas y los aficionados casi nos hacemos el harakiri.

Con tanto acontecimiento planetario, ha quedado muy deslucido el hecho histórico de que a un miembro expulsado de la Familia Real, la Audiencia Provincial de Palma le comunicara la orden de entrada en prisión. Esa imagen que a muchos les parecía entre improblable e imposible, llegará este lunes: el marido de una infanta de España entrará en la cárcel.

Y en la tarde de ayer supimos que el expresidente Rajoy ha decidido dejar su escaño, vuelve al cuerpo de Registradores de la Propiedad. En los debates parlamentarios le echaremos de menos. Eso es así.

Yo voy con el equipo de Tailandia

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El otro día vi un tweet de @quierolatenight, muy elocuente: “Mi ahijado nació hace 15 días y ya ha conocido dos presidentes de gobierno, dos entrenadores del Real Madrid, dos seleccionadores nacionales y tres ministros de Cultura”. Y yo añado: Y dos presidentes del Corte Inglés.

 

Esta semana comienza en muchas empresas el horario de verano, ese que va de ocho a tres, pero para “jornada intensiva” cada una de las que nos vamos marcando con la actualidad, día a día. Como diría Jesús Maraña, director editorial de este diario: “¡Me voy a urgencias!”.

Comenzaba mi columna del sábado pasado preguntándome: “¿Cuántos acontecimientos importantes caben en una misma semana?”. . Perdonen que me cite a mí misma en un gesto carente de elegancia al que yo suelo llamar alusionanismo, pero es que me ha hecho gracia recordar la candidez con la que sorprendían tantos cambios en una semana. Claro, al no ser astróloga ni nada de eso, ignoraba yo lo que nos depararían los días venideros… ¡Vaya semanita intensa! Muy fan.

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