Qué alegría cuando me dijeron que te ibas, Rouco. Yo, que soy muy de congratularme por el bien del prójimo, celebro que ahora tengas un poco más de tiempo para ti, porque desde que te pusiste al frente de la Conferencia episcopal –de 1999 a 2005 y de 2008 hasta esta semana–, ¡no has parado, criatura de Dios! Entre atender a lo divino, echar la bronca a los humanos, opinar sobre todos los asuntos que afectan a este país, dar órdenes a los gobiernos e irte de mani, apenas habrás tenido un minuto para vivir la vida que defiendes con tanto ardor. Por fin podrás disfrutar de unas merecidas vacaciones como otras celebrities, que así sea.
Yo tengo un gozo en el alma, grande, gozo en el alma, grande, por fin vas a descansar después de tanto tute. ¡Si es que hasta el último día estuviste ahí, al pie del cañón! Cómo olvidar tu despedida apoteósica en la homilía en el funeral por las víctimas del 11-M con esa frase que pasará a la historia: “Personas dispuestas a matar inocentes a fin de conseguir oscuros objetos de poder”. Minutos después, dirías con solemnidad aquello de: “Daos fraternalmente la paz”, eso, que para dar guerra ya estabas tú. Hay que ser muy artista, Rouco, para convertirte en protagonista incluso en un día como ese, pero a ti no se te pone nada por delante, claro, cuando a uno le asiste la fuerza de la razón...Porque eso que dijiste, lo habías razonado previamente ¿verdad?
Te vamos a echar tanto de menos… especialmente nosotras, las mujeres, o “parras fecundas en medio de la casa”, como nos llamaste en la misa de las Familias, citando el salmo 127. Qué buena metáfora, sí señor, las mujeres somos las parras a las que se lleva subiendo todo cristo desde que el mundo es mundo, será por eso que nos pagan de menos y nos pegan de más. Y del derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, ni hablamos. Pero tú vete tranquilo, tienes un representante en el Ministerio de Justicia para cumplir con tus deseos y anular nuestros derechos.
Ahora que tú te vas, nos dejas y nos abandonas, ¿quién nos regañará por “banalizar con la eutanasia”? Nosotros tan frívolos, que nos pasamos el día pensando en desenchufar a nuestros seres queridos, así, para matar el rato…
¿Quién llenará de primaveras este enero y nos dará tus sabias lecciones de humanismo y economía? Como cuando dijiste que: “Autorizar el matrimonio homosexual hará quebrar la Seguridad Social”. Los pronósticos del FMI, comparados con los tuyos, son una mariconada. Muy fan.
O cuando afirmaste que “la problemática del matrimonio y la familia ha sido la antesala de la crisis”, ¡y los economistas hablando de los mercados y la burbuja inmobiliaria, qué ignorantes! Por cierto, para no tener pareja, mira que te preocupan las cuestiones de mujeres y hombres y viceversa, eres la Emma García del obispado.
Ver másMuy fan de... Juan Rosell
En fin, Rouco, dejas el listón muy alto, monseñor Blázquez tendrá que esforzarse en superar tu brillantez. Serías la imagen perfecta para una nueva campaña de Patrichs: “Para hombres que dejan huella”, yo te veo futuro en el mundo de la publicidad, tienes arte para vender motos.
Por nosotros los pecadores ni te preocupes, estamos felices porque tu reposo es nuestro descanso.
Puedes jubilarte en paz. Demos gracias. Adiós.
Qué alegría cuando me dijeron que te ibas, Rouco. Yo, que soy muy de congratularme por el bien del prójimo, celebro que ahora tengas un poco más de tiempo para ti, porque desde que te pusiste al frente de la Conferencia episcopal –de 1999 a 2005 y de 2008 hasta esta semana–, ¡no has parado, criatura de Dios! Entre atender a lo divino, echar la bronca a los humanos, opinar sobre todos los asuntos que afectan a este país, dar órdenes a los gobiernos e irte de mani, apenas habrás tenido un minuto para vivir la vida que defiendes con tanto ardor. Por fin podrás disfrutar de unas merecidas vacaciones como otras celebrities, que así sea.