El auto judicial que envió a prisión al expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González recoge claramente las irregularidades que acompañaron desde su origen al campo de golf del Canal de Isabel II en el barrio madrileño de Chamberí. Irregularidades que han sido denunciadas por la Asociación Parque Sí en Chamberí desde el primer momento, empezando por la polémica adjudicación –denuncia que en su momento fue archivada, pero que hoy cobra nuevo valor en el marco de la Operación Lezo– y terminando en la reciente sentencia que echaba por tierra el último intento de la Comunidad de Madrid de legalizar unas instalaciones que nunca tuvieron razón de ser en nuestro barrio y que por fin este año han echado el cierre después de más de 10 años de lucha vecinal.
El 2 de marzo de 2010 presentamos una querella por los delitos de prevaricación contra la ordenación del patrimonio, malversación y fraude dirigida a Ignacio González. Describimos en este documento una a una las falsedades, manejos y los pasos que el presidente del Canal había dado. Las huidas hacia adelante declarando de interés general lo que era la defensa a ultranza de los intereses, el negocio y el beneficio personal que podía encontrar en este espacio. Se han mantenido durante todos estos años edificios, cerramientos, instalaciones sin licencia en este largo, larguísimo periodo de protestas legales. Defendido, eso sí, por un despacho de abogados privado, Cuatrecases –búsquese de nuevo la relación familiar para ver que el negocio era completo y cerrado— al que en alguna minuta se les llegó a pagar 22.000 euros por la redacción de documentos. Mientras, nosotras realizábamos nuestras pesquisas perdiendo nuestro tiempo libre, solicitando ayuda al vecindario, pidiendo donativos en la plaza de Quevedo. Los nombres de Pablo González, José Juan Caballero, José Antonio Clemente se nos hicieron familiares. Igualmente nombres como Tamanaco 07 Consulting, Iridium del Grupo ACS, Soto Once y Tecnoconcret —nos preguntábamos por qué esos nombres siempre obtusos— pasaron a nuestro vocabulario diario. Veíamos cómo en poco tiempo las empresas subían su capital y, sobre todo, sus beneficios.
Desde 2004 hasta 2016, trece años, desoyendo las peticiones vecinales, ignorando las sentencias judiciales que nos iban dando la razón una detrás de otra, gastando el dinero público, nuestro dinero, para defender lo indefendible, con un claro desvío de poder que ha desplazado los intereses generales por el interés particular.
Por eso ahora sonreímos cuando oímos que no se sabía nada, porque sí se sabía pero se volvió la cabeza para otro lado, se permitió una conducta inmoral con la ciudadanía y el patrimonio público. Ha sido un enfrentamiento entre David y Goliat. Y ha sido una victoria vecinal frente al PP de Esperanza Aguirre.
Nuestro distrito es el que menos zonas verdes de uso público tiene de la ciudad de Madrid y es también uno de los más deficitarios en m² dotacionales por habitante. Desde la Asociación Parque Sí en Chamberí queremos corregir esta situación y responder a las demandas de espacios verdes y zonas para el esparcimiento, el deporte y la cultura al aire libre abiertas a toda la población.
Con este fin hemos organizado una serie de encuentros, talleres, reuniones y espacios de reflexión colectiva a lo largo de estos diez años que han culminado con un proceso iniciado en enero de 2017 para definir las alternativas a las instalaciones de golf a sustituir y los criterios para el proyecto del nuevo parque del Canal que dé respuesta a las necesidades de los vecinos y las vecinas del barrio.
Tras la sentencia judicial definitiva que atiende nuestras demandas, se presenta el reto de desmontar las instalaciones de usos asociados al golf respetando, según nuestro criterio, los usos deportivos existentes que cumplen con los requisitos de equipamiento de distrito y definir un nuevo proyecto de parque público en una actitud de colaboración con el Canal de Isabel II, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y el resto del tejido social de Chamberí.
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Desde la última sentencia, siguiendo con nuestra línea de trabajo de todos estos años, hemos preguntado a los vecinos, de todas las edades, con todo tipo de necesidades, cómo era el parque que querían. Realizamos en el mes de noviembre una serie de mesas redondas informativas, en las que se contaron centenares de asistentes, para que se conociera la situación exacta del proceso, las características técnicas del espacio. En el mes de enero convocamos un taller participativo de una mañana completa en la que más de ciento cincuenta personas dialogaron, por grupos y en asamblea, sobre las necesidades para el parque.
Como resultado de este proceso y de tantos otros realizados a los largo de estos años presentamos al Canal de Isabel II los deseos expresados en textos y planos que creemos cumplen claramente las necesidades de zonas verdes de calidad tan acuciantes de este distrito.
No hemos ganado el derribo del golf en la sentencia. Hemos ganado el derribo del golf y que se vuelva el espacio a la definición anterior a todos los tejemanejes de Ignacio González y sus secuaces: el desarrollo de un gran parque urbano para el Distrito de Chamberí.
El auto judicial que envió a prisión al expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González recoge claramente las irregularidades que acompañaron desde su origen al campo de golf del Canal de Isabel II en el barrio madrileño de Chamberí. Irregularidades que han sido denunciadas por la Asociación Parque Sí en Chamberí desde el primer momento, empezando por la polémica adjudicación –denuncia que en su momento fue archivada, pero que hoy cobra nuevo valor en el marco de la Operación Lezo– y terminando en la reciente sentencia que echaba por tierra el último intento de la Comunidad de Madrid de legalizar unas instalaciones que nunca tuvieron razón de ser en nuestro barrio y que por fin este año han echado el cierre después de más de 10 años de lucha vecinal.