Posible hoja de ruta para hacer un Madrid más sostenible: cambio climático, salud, igualdad y biodiversidad.
Es mucho más fácil saber cuándo un sistema es insostenible que cuando es sostenible. La ciencia de la sostenibilidad indica que es complicado saber exactamente el grado de sostenibilidad de un sistema que el de colapso. Por ello, es difícil imaginar un Madrid sostenible. En realidad, es muy difícil. El reto es colosal. Sería necesaria una visión a futuro, una idea conjunta compartida por los habitantes y luego ir poniendo los medios para ir llegando a ella. Los ejercicios que se han hecho de Madrid 2020 u otros adolecen de participación, de inclusión de temas ambientales o cambio climático, además de falta de comunicación y transparencia.
Solo la idea de un Madrid más sostenible es una gran fuente de mejora de calidad de vida de la gente y de felicidad que debería ser una de las primeras preocupaciones de cualquier político: a la vez que se conservan los recursos, se restaura la biodiversidad y se lucha contra el cambio climático disminuyendo la desigualdad. A continuación, se señala una posible hoja de ruta, para tender a ese ideal. Pero el camino se hace andando. Empecemos con uno de los mayores retos de la Comunidad, el cambio climático.
Cambio climático y subida de temperaturas
En Madrid y con datos de la AEMET, la temperatura ha aumentado un 2.5ºC en los últimos 125 años, es decir desde 1894 hasta 2018.
La ‘isla de calor’ que producen calefacciones, tráfico e industria está detrás de este disparado aumento de las temperaturas. Las estimaciones sobre el incremento de la temperatura de la Tierra en las últimas décadas eran totalmente desalentadoras. Los estudios indicaban que el planeta se había calentado 1ºC respeto a la era preindustrial y que sigue calentándose a una velocidad de 0,17ºC por década. En Madrid estas tasas son superiores, según los datos de AEMET, y es coherente con la subida de otras ciudades y con la media de las subidas de temperaturas en España.
Además los años record de temperaturas se han observado en 2017, 2015, 2014 y 2016 con valores superiores a los 16 grados de media.
El aumento de la temperatura en Madrid se debe a varias razones, pero el principal culpable es la “isla de calor” que producen todas las ciudades a causa de sus calefacciones, el tráfico rodado y las instalaciones industriales dentro y alrededor de las urbes. A estos factores se suman las grandes superficies de asfalto y cemento que impiden los balances de temperatura del suelo, así como los altos edificios, que suponen cambios de regímenes de viento que calientan a su vez la ciudades.
Por otra parte, está sin duda, el cambio climático como otro de los factores que inevitablemente están detrás, no sólo de este incremento, sino de la subida generalizada de la temperatura en el mundo. Además de estos incrementos medio en las temperaturas, habrá y ya está habiendo "olas de calor” y habrá más sequías y mayor irregularidad de las precipitaciones. El aumento de las temperaturas generará mayores demandas de agua y energía por la mayor utilización de aire acondicionado en verano. En zonas forestales como la Casa de Campo, habrá un incremento de incendios.
¿Cómo frenar el ‘calentón’ de Madrid? ¿Qué podemos hacer para evitar que Madrid continúe dando cifras tan alarmantes? La Comunidad deberá reducir las emisiones que afectan al cambio climático, además de empezar a adaptarse, (agravado por el efecto de isla de calor), y hacerse más resiliente; de ahí que las infraestructuras verdes son muy importantes. Deberán definirse y blindarse las infraestructuras críticas pensando en el cambio climático, aunque todas deberán adaptarse, especialmente las de agua, así como iniciar actuaciones en los barrios más vulnerables –en general los de menor renta– y colectivos como personas mayores y niños. “Las soluciones pasan por introducir la biodiversidad en las ciudades, creando azoteas y fachadas verdes, introduciendo láminas de agua, fuentes, pequeños arroyos, pero también cambiando suelos de cemento y de asfalto por pavimentos drenantes. También relacionando la ciudad con el entorno ecológico y los ecosistemas adyacentes”. “En cada municipio de Madrid hay que hacer anillos verdes alrededor, plantar cientos de miles de árboles tanto dentro como alrededores”.
Calidad del aire y salud
Pero, pensando en sostenibilidad, sin duda, una de las primeras actuaciones será solucionar el gravísimo problema de la calidad del aire en Madrid y aquí no es solo de Madrid ciudad. Como se ha visto este año 2018, la solución no pasa solo por medidas dentro del municipio que por definición son parciales y limitadas: únicamente ellas no van a solucionar el problema de la contaminación de los 6 millones de personas que viven en esta Comunidad. El objetivo es que la contaminación no afecte a la salud.
Las políticas de reducción de la contaminación solo han afectado a una parte muy reducida de la almendra central, pero se han olvidado de coordinar todos los municipios de la corona y el tráfico y las industrias del conjunto de la Comunidad. Por ello, los resultados inevitablemente son muy parcos. “Madrid Central solo atañe a la circulación del tráfico en una parte concreta de la ciudad. No es un plan integral para la ciudad. Son necesarias medidas más ambiciosas y más consensuadas entre todos los partidos y los sectores”.
Según el informe elaborado por Ecologistas en Acción sobre la Calidad del Aire en la Ciudad de Madrid durante el 2018 en un punto muy concreto, las restricciones de tráfico de Madrid Central han logrado reducir un 20,4% la contaminación en el centro de la capital durante el pasado mes de diciembre con respecto al promedio del periodo 2013-2016. Lo datos no son extrapolables ni en el espacio ni en el tiempo y no tienen solidez estadística. Habrá que ver en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, esta solución no es “suficiente” para paliar el incremento continuado de las temperaturas en la capital.
Se propone que la administración informará masivamente en televisión, radio, prensa, instalará paneles informativos, realizará y extenderá el uso de aplicaciones ofreciendo información geoposicionador, y difundirá alertas tempranas a colegios y hospitales para minimizar la exposición de la población en momentos de máxima contaminación. Por supuesto, completará la red de calidad del aire con la puesta en marcha de nuevas instalaciones de vigilancia y la utilización de los mejores modelos disponibles. Además, adoptará protocolos como avisar a los colegios (que no sean realizadas clases de gimnasia en el exterior), o avisos para colectivos más sensibles como ancianos, niños, mujeres embarazadas, alérgicos, asmáticos. También informará de la calidad prevista las próximas horas. Los avisos se extenderán a otras administraciones fuera de la ciudad que tengan elevados niveles de contaminación, por ejemplo, de ozono.
Los actuales protocolos de aviso se harán más estrictos igual que en otras ciudades europeas. Se tomarán medidas como impedir circular coches con determinado número de matrícula, paralizar fábricas e industrias, transportes públicos gratuitos, etc. Reducirá las emisiones de una forma estructural y no solo en episodios extremos, iniciando una transición hacia una ciudad más limpia, tanto del tráfico, señalizando los coches más contaminantes, todoterrenos, haciendo que las flotas de autobuses, taxis y repartidores emitan menos. Buscará un modelo de transporte público, coches compartidos, alquiler de bicicletas, motos eléctricas logrando un modelo de movilidad más sostenible. También controlará y disminuirá las emisiones industriales y energéticas (incluso de pequeñas instalaciones) que afectan a la calidad del aire y que suponen una cuarta parte de emisiones de algunos contaminantes.
Economía circular y residuos
La economía circular está sin desarrollar en la Comunidad. Hasta ahora las tasas de producción están disparadas y las fracciones de recogida son mínimas, e incluso está expedientado Madrid por el gran vertedero de 5 kilómetros al aire libre en la cercanía de la cañada de Valdemingómez. Será necesario renegociar los contratos de residuos que se han firmado para largos periodos de tiempo, impactando en todas partes en un tercer contenedor para materia orgánica. Buscará cómo establecer precios justos y ventajosos contratos para los ciudadanos. Se potenciará la reducción, el reciclaje y la reutilización. Se analizará la corriente de cada residuo para ver las posibilidades de minimización. La economía de los subproductos puede generar empleo con el aprovechamiento y reciclaje para su reincorporación en la cadena de producción.
Hoy es mínima la parte que se separa en la corriente de residuos del vertedero. Se reducirá la fracción que se incinera, las ventajas serán tanto la reducción de emisiones de efecto invernadero como las que afectan a los habitantes. Se buscarán modelos que disminuyan la producción de residuos y el reciclaje de todos los materiales buscando una economía circular de residuos cero. Los objetivos a corto plazo ya firmados indican que es necesario un gran esfuerzo. En 2020, habrá que reciclar la mitad de todos los residuos generados (domiciliarios y comerciales). En 2025, el 55%; en 2030, el 60%; y en 2035 el 65%. En 2035 sólo se podrá verter el 10% del residuo generado.
La Comunidad de Madrid generó en 2016 (gestión municipal) 1,29 millones de toneladas. Se trata de prevenir y desacoplar crecimiento económico de la generación de residuos, mejorar recogidas selectivas actuales, ampliar las recogidas selectivas a materia orgánica y residuo textil (obligatorias a partir de 2022 y 2021 respectivamente), etc.
El tema del agua es fundamental
El tema del agua es fundamental tanto por el abastecimiento, con la elevada calidad del recurso, como por el vertido, que hoy presenta graves problemas. Se dice que el Manzanares cuando llega a Madrid lleva unos 3 metros cúbicos por segundo y que cuando sale lleva unos 12 metros cúbicos. No es difícil saber cuál es el origen de la diferencia entre las dos cantidades. La adecuada depuración de estos vertidos hoy no se realiza. Se debe conseguir que el 100% de las aguas estén depuradas, con tratamiento terciario, extrayendo la materia orgánica y que se depure el total también en caso de tormentas. El agua que se vierta en Madrid no debe oler. Además, velará por no subir el precio. Así, no permitirá la privatización del agua. El Ayuntamiento es accionista del Canal de Isabel II y su opinión es decisiva en este proceso privatizador iniciado por la Comunidad de Madrid.
La biodiversidad es otro aspecto de futuro
Fomentar las infraestructuras verdes que conecten con los arroyos, bosquetes, zonas naturales y espacios protegidos de fuera de la ciudad, crear corredores naturales con cubiertas y terrazas verdes, huertos urbanos, jardines verticales… posibilitando una ciudad más verde, con más especies.
Los diferentes planes e intervenciones incluirán de una forma determinante esta iniciativa, así como los nuevos barrios. El plan urbanístico considerará esta variable de una forma prioritaria en su aprobación. Este aspecto es fundamental en el escenario de cambio climático que se apunta más adelante.
Reducir la desigualdad
Además, habrá que solucionar el acceso a suministros esenciales, que son derechos humanos, como el agua o la energía. Los casos de pobreza hídrica o energética son perfectamente solucionables. Intentará abaratar los elevados precios de electricidad, gas o agua.
Se buscarán alternativas habitacionales para que no haya familias en la calle mientras existen docenas de miles de pisos vacíos. Y que se bajen los escandalosos niveles de paro que tenemos. Con estas y otras actuaciones disminuirá la desigualdad social en Madrid, reto clave en cualquier democracia avanzada en el mundo.
Energías renovables en la Comunidad
La alcaldesa en el núcleo de Madrid no ha promovido masivamente la instalación de energías renovables en el Ayuntamiento, pero tampoco se ha hecho en la Comunidad. No se trata solo de emitir menos, sino también, y sobre todo, de ahorrar costes. Las enormes superficies de polideportivos, naves, instalaciones municipales, todavía no tienen placas solares ni de agua caliente como células fotovoltaicas.
La importancia económica de Madrid permitirá que se pueda negociar con las compañías y que se firmen acuerdos ventajosos para los ciudadanos. Estos programas de energías renovables se podrán relacionar con casos de pobreza energética como pasa en Estados Unidos. Además, se implantarán sistemas de ahorro y aumento de eficiencia como lámparas de leds, sistemas de automatización de encendido/apagado, ayudas a rehabilitación y eficiencia energética, etc.
La Comunidad integrará la compra y contratación verde, es decir, que se compre con criterios de sostenibilidad y que potencie sectores ecológicos o más sostenibles, como el uso de productos de agricultura ecológica en los comedores de colegios, uso de tecnologías verdes que ahorren energía o que utilicen menos tóxicos. La contratación premiará a las empresas más verdes. También dará ejemplo de comportamiento sostenible en gestión de residuos, consumo de agua, energía, ahorro en el uso de recursos, etc.
En otras ciudades ha habido experiencias exitosas en este sentido que no se han desarrollado en Madrid. Por ejemplo, Barcelona creó la Agencia de Ecología Urbana en el año 2000 que ha realizado proyectos aplicando un enfoque sistémico para reorientar la gestión de las ciudades hacia un modelo más sostenible, aportando soluciones en movilidad, energía, residuos, urbanismo, agua, biodiversidad y cohesión social. Esta ciudad también es referencia en resiliencia. En Sevilla se creó la Agencia Local de la Energía, con actuaciones muy interesantes en eficiencia, ahorro, indicadores, etc. En cualquier caso, es necesario el cambio de mentalidad. Hay que buscar la máxima participación y explicando a los ciudadanos lo cool que es ser sostenible y las ventajas que tiene para todos y las generaciones futuras.
La sostenibilidad, como hemos visto, tiene mucho que ver con las propias cuentas del municipio. Una adecuada gestión del agua, los residuos o la energía ahorrará dinero, mucho dinero. Una disminución de la contaminación ahorrará al sistema sanitario. Una adecuada adaptación al cambio climático minimizará los riesgos futuros, etc.
Se trata sobre todo de relacionar los tipos de ocupación del suelo con las diferentes funciones de los ecosistemas: superficie agrícola con agricultura ecológica, superficie construida con la ‘isla de calor’, los residuos con los vertederos, superficie forestal con biodiversidad y reducción de incendios, la superficie residencial con los tejados solares, las sierras y los ríos con la biodiversidad y la superficie de infraestructuras con la movilidad.
Diez puntos para un Madrid + sostenible:
- Disminuir sus emisiones de cambio climático tanto las relacionadas con el propio municipio como con las relacionadas con las empresas e instalaciones que existen en su término municipal
- Tejados solares y balance neto municipal en todos los edificios propios y campañas de aumento de energía solar y eólica en el municipio.
- Agricultura ecológica de proximidad para guarderías, hospitales comedores públicos, residencias de ancianos.
- Actuaciones de aumento de movilidad sostenibles, transporte público accesible y gratuito en momentos de elevada contaminación, fomento de las bicicletas, creación de zonas peatonales.
- Impulso decidido a la economía circular y economía colaborativa, con aumento de actuaciones en reparación, reuso, reutilización, y finalmente reciclado, con actuaciones concretas para buscar residuos cero, además de suprimir el desperdicio de alimentos buscando aprovechamientos de todos ellos y fomentar la economía circular en todas las actuaciones en el término municipal.
- Uso del agua de una forma inteligente tanto en la captación para asegurar un agua de calidad en las tomas de los habitantes como exigiendo una depuración terciaria al 100% en los vertidos; asegurando que los habitantes y sus propiedades no estén en zonas sometidas a riesgo de inundaciones.
- Aumento de la biodiversidad en todos los municipios de la Comunidad, fachadas y azoteas verdes, cinturón verde alrededor de todos los núcleos urbanos, buscando grandes corredores ecológicos que impidan los efectos de frontera de las grandes infraestructuras, introducción de láminas de agua y humedales dentro y en los alrededores de la ciudad, protección del lobo 100%.
- Adaptación al cambio climático de la ciudad con actuaciones de fomento de inserción de la ciudad con zonas verdes y ecosistemas de valor de los alrededores.
- Actuaciones de solidaridad internacional y de ayuda al desarrollo: destino de una parte de los presupuestos generales a la ayuda al desarrollo.
- El diagnóstico y exigencia en todas las actuaciones de planificación y presupuestos respecto a los 17 objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas.
En conclusión:
- El crecimiento de Madrid ha dado un territorio con graves dificultades para alcanzar la sostenibilidad.
- Convertir Madrid en una región más sostenible es la mejor inversión colectiva, porque construir una región con mejor calidad de vida la hace más atractiva y completa, y ofrece una oportunidad para conseguir que el cuidado del territorio sea una actividad rentable que cree mucho empleo y abra nuevas áreas de actividad e innovación.
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Fernando Prieto es ecólogo y forma parte del Observatorio de la Sostenibilidad
Posible hoja de ruta para hacer un Madrid más sostenible: cambio climático, salud, igualdad y biodiversidad.