La triste realidad de muchas residencias

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Alejandro J. Salado Monreal

La situación y la atención en los cuidados a las personas que viven en muchas residencias, continúa siendo muy precaria y deficiente. Es de extremada urgencia que nuestros representantes y nuestra sociedad tomen cartas en el asunto.

Son muchas las noticias y la información que obtenemos de muchos centros y de sus trabajadores. Situaciones que son de extrema gravedad debido a que afectan muy negativamente a la salud de las personas que deciden vivir en estos centros. También afecta a los trabajadores y profesionales que deciden cuidar de los más vulnerables como forma de vida.

Una vez más la falta de personal, agravada por las vacaciones de la época estival, hace que no se estén cumpliendo con los mínimos en cuanto al número de personal que necesitan muchos de estos centros para poder dar una atención mínima. Otro de los grandes problemas es la falta de profesionalidad, siendo culpable la suma de varios factores que hacen que el sector no esté funcionando, y a su vez, estemos poniendo en riesgo la calidad y la salud de las personas. Es incomprensible, que los pliegos y obligaciones que requieren a las residencias privadas y públicas, sean diferentes. En las residencias privadas/concertadas, no es necesario que los trabajadores de atención directa tengan titulación y conocimientos sanitarios (técnico en cuidados auxiliares de enfermería). Simplemente se crea una titulación (gerocultor) impartido, en su mayoría, por empresas privadas de formación para su rápida y fácil obtención. En muchos casos, estos cursos están subvencionados con dinero público para personas desempleadas o con algún tipo de riesgo social. Esto conlleva a que el personal de atención directa no está preparado para detectar y dar la voz de alarma ante muchos de los problemas por los que pasan los residentes, llegando a cometer errores en sus cuidados por falta de conocimientos y responsabilidad.

Es importante igualar las condiciones entre ambos profesionales para conseguir una estabilidad en el personal y un conocimiento sobre la salud de un colectivo tan vulnerable. Es de extrema necesidad “cuidar al cuidador”, para que este pueda desempeñar su trabajo en condiciones dignas. Es importante dar tiempo al trabajador para que pueda ofrecer unos cuidados dignos a personas que lo necesitan, es necesario  tener tiempo para no cometer muchos de los fallos que se están cometiendo. Como trabajador siempre sientes que te falta el tiempo, enfrentándote a situaciones donde eres responsable en el caso de que ocurra algún tipo de situación no deseada. En muchas ocasiones con el doble de trabajo porque no hay personal suficiente.

Es muy doloroso que una persona que conoce el sector, como conclusión diga que prefiere la muerte a acabar en una residencia

Está situación prolongada en el tiempo te va afectando día a día. La excesiva carga de trabajo sumada a la responsabilidad que se tiene sobre la salud de los demás, hace que te vayas derrumbando poco a poco y te canses del sector. A todo esto se les suman las presiones y actitudes de muchas empresas a sus trabajadores de forma injusta como cuando no puedes llegar a todo, cuando no aceptas sus proposiciones irrespetuosas hacia los derechos del trabajador y residente, cuando te hacen rellenar registros de actuación que no son correctos; incluso cuando te echan las culpas por problemas ajenos a tu persona y siendo ellos responsables por sus gestiones y su organización.

Es importante que escuchemos, protejamos, ayudemos y unamos a todas las personas que están alzando la voz, para así poder cambiar esta realidad tan horrorosa de abandono y precariedad por la  que están pasando miles de personas.

Un caso muy preocupante es el emitido mediante redes sociales por la auxiliar de enfermería María Fernández López. Su voz refleja todo el sufrimiento que por desgracia muchos hemos compartido. Un dolor imposible de digerir por todo lo que conlleva y que me ha obligado a escribir este artículo, aunque es cierto y me da algo de esperanza, el pensar que todavía hay gente con ganas de cambiar las situaciones tan atroces que están viviendo miles de personas

Este comunicado es devastador. La protagonista y víctima dice querer máxima difusión. Está pidiendo ayuda a la sociedad porque no puede más. Según sus palabras es auxiliar de enfermería y lleva doce años en el sector. Ofrece una visión muy real de lo que estamos viviendo muchos trabajadores y porque los profesionales tratamos de buscar hospitales, clínicas u otras ramas de la sanidad. También habla de falta de trato y muerte digna, desde su perspectiva dice que en las residencias privadas no se está dando, atreviéndose a decir que es como si miraran para otro lado ante los problemas que se están dando en muchos centros. Esta situación atenta directamente en contra de las personas más vulnerables.

Es brutal como expone su necesidad de hacer algo bueno por el mundo para sentirse más humana, levantándose cada mañana para poder cuidar de los demás, cuando “no está pagado”.  Habla muy contundente sobre el proceso a la muerte, incidiendo en quienes están ahí. Alega que somos personas, aunque seamos trabajadores.

Con mucha actitud y carácter dice pensar en ella y sabe que el día de mañana puede acabar en uno de estos centros. Es muy doloroso que una persona que conoce el sector, como conclusión diga que prefiere la muerte a acabar en una residencia.

Continua exponiendo la carga asistencial de pacientes que tiene cada día y las múltiples tareas que tiene que desempeñar, aclarando la gran importancia que tenemos como trabajadores.

Cuestiona el precio medio de estos centros, unos dos mil euros, asegurando que pagando esa cuantía, sus servicios no están cubiertos. Manifiesta no tener tiempo y la importancia de no trabajar con productos, en este caso,  como si fueran sacos de patatas. Alega que cuando no llega, sufre la presión por parte de su jefe. Expone la dificultad de atender a personas enfermas.

Es muy duro oírla hablar de la impotencia que siente cuando nadie hace nada, alegando que a todo el mundo lo único que le interesa es el dinero a final de mes, sin preocuparles otra cosa . Destaca que son nuestros padres y madres y la confianza con la que las familias depositan a sus seres queridos en estos centros, cuando estas residencias se publicitan como hoteles de lujo. Explica que no hay gente preparada, ya que los profesionales no aguantan este calvario, según ella solo aguanta a quien le gusta o las que como ella dice: “tienen que comer”.

Termina diciendo que no hay derecho y que es la primera vez que se plantea dejar su trabajo, es horrible con el sentimiento que emite estas palabras.

En este enlace se puede ver la declaración de esta profesional del sector en el periódico La voz del sur.es

Una vez más creo que debemos amparar a trabajadores y residentes. Este video me ha calado muy dentro porque ha pasado una situación muy parecida a la mía. Y lo peor de todo, es que demuestra que sigue habiendo situaciones muy lastimosas por las que siguen sufriendo miles de  personas muy vulnerables como si nada pasara. Es triste que sigamos perdiendo trabajadores cansados de ser maltratados por sus instituciones y sus representantes políticos, porque parece ser que los cuidados en nuestra última etapa de nuestras vidas no son una importancia dentro de las prioridades de nuestra sociedad. Y lo más preocupante de todo es  que haya personas que se estén beneficiando de esta situación por un supuesto estado democrático y de leyes que debería de arrinconar a estos supuestos empresarios.

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Alejandro J. Salado Monreal es técnico en cuidados auxiliares de enfermería, técnico en atención sociosanitaria y escritor del libro Lodo y Fango en las Residencias.

La situación y la atención en los cuidados a las personas que viven en muchas residencias, continúa siendo muy precaria y deficiente. Es de extremada urgencia que nuestros representantes y nuestra sociedad tomen cartas en el asunto.

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