… Mientras no se demuestre lo contrario, es decir, su culpabilidad. La presunción de inocencia es un derecho fundamental, garantía para personas y extendible a organizaciones. Ya incorporada en la revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y consagrada en textos universales posteriores. Así, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948: “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad” (art. 11.1). O en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, de 1950: “Toda persona acusada de una infracción se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente declarada” (art. 6.2). Igualmente, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, de 1966: “Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley” (art. 14.2).
Israel profesa una hostilidad permanente y activa hacia UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, desde la creación de ésta en diciembre de 1949, al año y medio de la independencia del Estado judío en mayo de 1948, significativamente propiciada por las propias Naciones Unidas. Y en estos días Tel Aviv actúa dando por hecho la culpabilidad de la Agencia, a pesar de que ésta no solo no ha sido condenada, sino ni siquiera encausada. De igual modo condena a priori a los doce trabajadores de la UNRWA acusados de complicidad con Hamás y de cuyos servicios la propia Agencia preventivamente ha prescindido ante la acusación israelí. Al parecer, algunos funcionarios y contratados irlandeses en varias sedes onusianas jocosamente recuerdan cómo durante el conflicto entre los nacionalistas norirlandeses y el Reino Unido se hizo popular el dicho “en el sistema judicial británico uno es irlandés hasta que no demuestre su inocencia”.
El Gobierno de Israel, asimismo hostil a la propia ONU y a sus diversos organismos especializados, judiciales y de otro tipo, decidió en esta ocasión presentarse como parte ante el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) a propósito de la demanda sudafricana sobre el posible genocidio de los palestinos en vías de realización por parte del Estado judío. Lo hizo ante el temor de la reacción internacional en el caso de una supuesta resolución a él desfavorable. Y, sintomáticamente, al día siguiente de que el TIJ le impone determinadas medidas cautelares, anuncia que tiene pruebas de que doce trabajadores de UNRWA en Gaza están relacionados con Hamás. Pero también hace circular la especie, al parecer entre Associated Press y Reuters, pero sin aportar prueba alguna, de que al menos otros 190 trabajan para Hamás o la Yihad Islámica. Significativamente, Reuters sostiene que les fue facilitado un dosier por una persona no identificable que afirmó que procedía de la inteligencia israelí.
La nueva campaña contra la UNRWA está en marcha. El 27-1-24, Israel Katz, ministro de Exteriores, lanza: “Lo hemos estado advirtiendo durante años: la UNRWA perpetúa el asunto de los refugiados, obstruye la paz y actúa como el brazo civil de Hamás en Gaza. UNRWA no es la solución. Muchos de sus empleados están afiliados a Hamás, con ideologías asesinas y ayudan en sus actividades terroristas”. Incidentalmente, es obvio que UNRWA no es la solución, que está en manos de Israel y de Estados Unidos. Katz además preconiza que la dirección de la Agencia sea despedida e investigada sobre su conocimiento de los lazos con Hamás. Un ex diputado, afín a Katz, aporta su granito de arena: “Es imposible separar a la UNRWA de los palestinos, que no es realmente un órgano de la ONU. Los palestinos la han ocupado. Es parte del ethos palestino, lo que incluye el derecho al retorno, el rechazo del Estado judío y la venganza”.
¿Reanudará Washington la contribución a la UNRWA que acaba de suspender una vez que se aclare que aun en el supuesto de que doce personas sean declaradas judicialmente culpables no es humanitario someter a dos millones a un castigo colectivo?
La agencia de noticias israelí Jewish News Syndicate informó el 31-12-23 de que había tenido acceso a un informe del ministerio de Katz que preconiza la eliminación de UNRWA de la Franja de Gaza porque trabaja contra los intereses de Israel. El objetivo se llevaría a cabo en tres fases, la primera de las cuales consistiría en detallar la cooperación de la Agencia con Hamás. Objetivo a perseguir a no demasiada velocidad, dado que “Washington considera que UNRWA es un actor positivo en los esfuerzos humanitarios en la Franja”. ¿Hasta hoy? ¿Reanudará Washington la contribución que acaba de suspender una vez que se aclare que aun en el supuesto de que doce personas sean declaradas judicialmente culpables no es humanitario someter a dos millones a un castigo colectivo?
¿Son los 13.000 empleados de UNRWA en la Franja peligrosos agentes dobles de Hamás? Estimo oportuno recordar a Washington el acuerdo que firmó con UNRWA en junio de 2023 para renovar la ayuda financiera que el primero proporciona a los palestinos. Según el marco de cooperación adoptado, EEUU y UNRWA “comparten la preocupación por la amenaza del terrorismo”, marco que estipula que “Estados Unidos no hará contribución alguna si no es con la condición de que UNRWA adopte las medidas para garantizar que ninguna parte de dicha contribución será utilizada para dar asistencia a ningún refugiado que esté recibiendo entrenamiento militar o que haya participado en algún acto terrorista”. El acuerdo incluye compromisos específicos sobre el fortalecimiento de la rendición de cuentas, la transparencia y la coherencia con los principios de Naciones Unidas, incluida la neutralidad. Es obvio que UNRWA cumple porque EEUU no ha cancelado el acuerdo.
Precisamente la neutralidad ha sido desde su creación uno de los rasgos destacados de UNRWA, escrupulosamente seguida. Tanto que irrita a su supuesto socio, Hamás. Presten atención al comunicado que el grupo terrorista emitió en 2023 a raíz del compromiso que estamos comentando: “El acuerdo refleja una vez más la permisividad de la Agencia ante la presión estadounidense bajo el pretexto de la crisis financiera. UNRWA no es neutral. Su deber es proporcionar una vida digna a los refugiados palestinos y apoyarlos en la obtención de sus derechos políticos y civiles, el principal de los cuales es el derecho al retorno y a la autodeterminación”.
Kobi Michael, del israelí Instituto de Estudios sobre la Seguridad Nacional, imbuido al parecer de sentimiento bíblico, se pronuncia así sobre el tema: “La UNRWA nació en el pecado y existe en pecado. Debe ser desmantelada “. Sumándome a la Biblia, me gustaría recordarle que en el siglo X antes de Cristo, el gran rey Salomón, hijo del rey David, contribuyó a una de las primeras formulaciones de una paz internacional que la Biblia recoge: “Yavé dictará sus leyes a numerosos pueblos, que de sus espadas harán rejas de arados y de sus lanzas hoces. No alzarán la espada gente contra gente ni se ejercitarán para la guerra” (Isaías, 2). Otro profeta (Miqueas, 4) amplía la referencia: “Yavé juzgará a muchos pueblos y ejercerá la justicia hasta muy lejos con naciones poderosas, que de sus espadas harán azadas y de sus lanzas hoces. No alzará la espada gente contra gente ni se ejercitarán ya para la guerra. Sentárase cada uno bajo su parra y bajo su higuera y nadie los aterrorizará…” Convertir hoy estos deseos en realidades corresponde no solo a los israelíes, también a los palestinos, pero con un matiz fundamental: los primeros son los ocupantes, los segundos son los ocupados. Siguiendo a Miqueas, sería deseable que los palestinos pudieran volver a sentarse bajo un naranjo, embargados por el aroma de la flor de azahar.
Coda.- Se me ocurre que mientras los países que han suspendido estos días la ayuda financiera se percatan de su equivocación y rectifican, los petro-Estados árabes, supuestos hermanos de los palestinos, deberían hacer una muy importante contribución financiera a la Agencia de la ONU.
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Emilio Menéndez del Valle es embajador de España.
… Mientras no se demuestre lo contrario, es decir, su culpabilidad. La presunción de inocencia es un derecho fundamental, garantía para personas y extendible a organizaciones. Ya incorporada en la revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y consagrada en textos universales posteriores. Así, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948: “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad” (art. 11.1). O en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, de 1950: “Toda persona acusada de una infracción se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente declarada” (art. 6.2). Igualmente, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, de 1966: “Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley” (art. 14.2).