168 días en el laberinto de Ciudadanos

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Albert Rivera ha protagonizado uno de los más singulares cambios de estrategia política que se recuerdan al pasar en apenas unos meses de decretar un cordón sanitario contra el PSOE, mientras pactaba con la ultraderecha ayuntamientos y comunidades autónomas, a mostrarse dispuesto, ahora sí, a negociar con Sánchez para facilitar su investidura si el próximo 10N la suya sigue siendo la única investidura viable.

Lo que sigue es un repaso a 168 días de declaraciones de Rivera y sus compañeros de viaje, el tiempo que va de las elecciones del 28 de abril a la actualidad.

“Ni se nos pasa por la cabeza dar alas a un Gobierno de Sánchez” (6 de mayo)

Contento con sus resultados electorales, que aunque no le permitieron superar al PP pretendía entonces utilizar para disputar a Pablo Casado el liderazgo de la oposición, Albert Rivera no se movía del cordón sanitario contra el PSOE que su partido decretó el 18 de febrero pese a la oposición de su sector más centrista. “Ni se nos pasa por la cabeza dar alas a un Gobierno, que ya está hecho, de Sánchez con los populistas y apoyado por los nacionalistas”, declaró entonces Inés Arrimadas. Su vaticinio entonces era que Sánchez pactaría con Podemos y con partidos separatistas para luego “subir los impuestos” y dar “privilegios” a los independentistas. “No tiene ningún tipo de escrúpulos, es capaz de hacer lo que sea por seguir en la Moncloa”, advirtió.

“Nosotros no estamos aquí para corregir lo incorregible” (7 de mayo)

Ese día, en un desayuno informativo celebrado en Madrid, el líder de Ciudadanos rechazó cualquier posibilidad de que sus diputados se abstuviesen para permitir la investidura de Pedro Sánchez como el día anterior había sugerido el líder del PP, Pablo Casado. Es “un chiste”. “Nosotros no estamos aquí para corregir lo incorregible, sino para vigilar y controlar a Sánchez”, subrayó.

Entonces sus planes pasaban por construir “un alternativa fuerte” para “sustituir al bipartidismo” con un proyecto “de centro”, decía. Su deseo era “liderar” la oposición frente a un PP “en descomposición” y en “crisis interna” tras perder 71 escaños en las elecciones generales.

“Con el PSOE en manos de Sánchez, pactando con Podemos y con los independentistas, con este PSOE no se puede llegar a acuerdos” (24 de mayo)

A dos días de las elecciones municipales, locales y europeas, Rivera reafirmó el cordón sanitario a los socialistas. “Con el PSOE en manos de Sánchez, pactando con Podemos y con los independentistas, con este PSOE no se puede llegar a acuerdos”, respondió en una entrevista cuando le preguntaron si Cs pactaría con los socialistas en algunas comunidades autónomas o municipios.

En aquellos momentos Rivera exigía a los candidatos del PSOE que quisiesen pactar que primero discrepasen públicamente “de las políticas de Sánchez” en vez de estar “todos callados” ante el “sanchismo”.

“No va a haber repetición electoral; Sánchez ya tiene socios y puede gobernar” (4 de junio)

Albert Rivera siempre descartó una repetición electoral y rechazó las presiones del PSOE para que Cs se abstuviera. “Sánchez ya tiene socios y puede gobernar” gracias a los votos de Unidas Podemos y de partidos nacionalistas con los que pactó en comunidades autónomas y municipios. Al preguntársele por una posible falta de acuerdo que obligase a convocar nuevos comicios, como ha acabado ocurriendo, se mostró convencido de que “eso no va a pasar”.

“He manifestado al rey que si Cs no podía gobernar no apoyaríamos la investidura” (6 de junio)

Después se acudir a la primera ronda de contactos con Felipe de Borbón, Rivera aseguró haberle trasladado lo que ya dijo “en Moncloa” al presidente del Gobierno: “Si Cs no podía gobernar asumiríamos el resultado como demócratas, estaríamos en la oposición y no apoyaríamos la investidura”.

“Votaremos ‘no’ a la investidura y vamos a estar en la oposición” (11 de junio)

Fue después de la segunda y última entrevista que mantuvo con Sánchez en el marco de los contactos organizados por el candidato socialista para desbloquear la legislatura. “Votaremos 'no' a la investidura y vamos a estar en la oposición", declaró Rivera en una rueda de prensa en la que instó al líder del PSOE a pactar con Unidas Podemos, “su socio natural”, o “con sus socios nacionalistas”. No obstante, en esa misma rueda de prensa, le pidió que dejase gobierna a la derecha en Navarra en vez de llegar a acuerdos con los nacionalistas.

“Fuimos a las urnas con el ‘no’ a Sánchez y con ese planteamiento Cs logró un crecimiento exponencial” (24 de junio)

El cordón sanitario decretado por Rivera contra el PSOE acabó provocando un terremoto interno en Ciudadanos cuya máxima expresión fue el abandono del partido de Toni Roldán, uno de los muñidores de su programa político. La portavoz de Ciudadanos en el Congreso y también de la Ejecutiva del partido, Inés Arrimadas, confirmó que su prioridad seguía siendo continuar apareciendo como alternativa frente al “sanchismo”. “Fuimos a las urnas con ese ‘no’ a Sánchez y sí a España", para formar “un Gobierno sensato, reformista y liberal” y con ese planteamiento Cs logró “un crecimiento exponencial”.

Era Roldán, según ella, quien debía explicar por qué “aprobó criterios que parece que ahora rechaza”. “El PSOE de Sánchez es incorregible”. “No vamos a blanquear a Pedro Sánchez y asumir sus errores”.

“Hay cuatro personas de una ejecutiva de más de 30 que quieren hacer a Sánchez presidente. En este partido se habla, se debate, se vota y podemos discrepar, pero a Roldán le deseo lo mejor” (25 de junio)

En plena tormenta por la crisis interna desatada dentro de Cs por los dirigentes contrarios al cordón sanitario, la portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, acusaba a los críticos de ser ellos quienes habían cambiado su criterio con respecto al mensaje electoral de Ciudadanos, que prometió que no haría presidente a Sánchez. “Ojalá las crisis fueran por mantener la misma posición”, declaró en una entrevista en televisión. “Hay cuatro personas de una ejecutiva de más de 30 que quieren hacer a Sánchez presidente. En este partido se habla, se debate y se vota”, subrayó. Forzaron una votación para “revisar la estrategia del partido en relación con la investidura y abrir una vía de negociación con Sánchez” pero fracasaron. “Han pasado cosas que refuerzan la posición que tiene Ciudadanos”, remachó.

Pactar con el PSOE, añadió Arrimadas, supondría “blanquear” a su líder. “Llevar a Sánchez a la Moncloa no es bueno para España, respeto a quienes de buena fe creen que lo mejor es hacer presidente a Sánchez, pero también respeto igualemente a los que no lo creen así”. Ante quienes pretendían darles “lecciones de moral”, se mostró más partidaria de ”dar voz a los que quieren que nos mantengamos firmes”.

“Si algunos piensan que el sanchismo tiene que campar a sus anchas, que presenten un partido político” (28 de junio)

A un mes de la investidura, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, insistía en que no facilitaría la reelección de Sánchez.“Si algunos piensan que el sanchismo tiene que campar a sus anchas, que presenten un partido político”, retó a quienes le pedían la abstención dentro y fuera de la formación naranja.

“Ya sabe que con sus socios y con sus políticas no vamos ni a la vuelta de la esquina” (4 de julio)

Rivera pronto se negó a volver a hablar con Sánchez sobre la investidura. “Si quiere negociar un Gobierno con sus socios, que llame a sus socios, no a los que vamos a liderar la oposición”, advirtió en una reunión de su grupo parlamentario. “Ya sabe que con sus socios y con sus políticas no vamos ni a la vuelta de la esquina”.

“Yo asumo las decisiones de mi partido porque eso forma parte de ser demócrata” (9 de julio)

Los ecos de las discrepancias internas por el cordón sanitario contra el PSOE persiguieron a Rivera todo el verano. En una rueda de prensa en el Congreso se defendió de las críticas afirmando que en su partido hay “democracia interna” y por eso “se toma la palabra y se vota”. Y la promesa que hicieron a sus votantes, recordó, fue no facilitar la investidura de Sánchez. “En Ciudadanos se toma la palabra, se vota, se piden votaciones” y “yo asumo las decisiones de mi partido, porque eso forma parte de ser demócrata”.

“Sánchez tiene un plan que piensa ejecutar con ayuda de una banda” (22 de julio)

En el primer debate de investidura, Rivera pronunció su ya célebre denuncia del “plan Sánchez” y “su banda”. El líder del PSOE tenía, dijo, un “plan” que pensaba ejecutar con una “banda” en la que incluyó a Podemos, los independentistas catalanes y a Arnaldo Otegi. “Nos vamos a oponer al modelo de la España sectaria que usted quiere” votando ‘no’ “con las dos manos” a su investidura le dijo a Sánchez.

“No voy a sumar nunca con un partido que legitima a los separatistas” (2 de septiembre)

Nada más volver de un largo mes de vacaciones, Rivera, se reafirmó en la decisión de no hacer presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. “El plan Sánchez es malo para España. Y como no haya una alternativa limpia, centrada, liberal y constitucionalista de aquí a dos o cuatro años, se va a pasar no cuatro años, sino una década gobernando”, pronosticó. Cs pasó “de 32 a 57 escaños diciendo la verdad”, señaló en referencia al cordón sanitario contra Sánchez y él se debía “a los votantes del partido y a los ciudadanos”. Por “eso no voy a sumar nunca con un partido que legitima a los separatistas”, recalcó.

“Los que quieren investir a Sánchez votaron en la ejecutiva que no se invistiera a Sánchez”(9 septiembre)

El diputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta acusaba hace apenas un mes a los críticos de Ciudadanos de querer ser útiles a quienes querían que el partido naranja apoyase a Sánchez. Todo el mundo en un partido “puede discrepar”, pero en el caso de Cs quienes han cambiado su posición son los críticos y no el partido, defendió, porque el veto al PSOE estaba incluido en el programa con el que Ciudadanos se presentó a las elecciones generales de abril. “Los que quieren investir a Sánchez votaron en la ejecutiva que no se invistiera a Sánchez”.

“La repetición electoral es una segunda oportunidad para que el ‘plan Sánchez’ descarrile definitivamente” (10 septiembre)

Rivera, en pleno desacuerdo de Sánchez con Iglesias, llegó a decir que el PSOE era “lo mismo” que Podemos y que además se había “mimetizado” con los partidos nacionalistas. “Forman parte de un conglomerado, del plan Sánchez”, insistió. “El PSOE se ha podemizado y defiende las mismas políticas económicas” que Unidas Podemos y “se ha mimetizado con los nacionalistas y defiende las mismas políticas de la nación de naciones”.

En cualquier caso, añadió, unos nuevos comicios representan “una segunda oportunidad para que el plan Sánchez descarrile definitivamente”. El actual proyecto socialista es "antagónico al plan de convivencia constitucional y al modelo de pluralidad" que, a su juicio, representa Ciudadanos. "No hay nada más lejos de nuestro ideario que el plan Sánchez”. Entonces todavía defendía no favorecer la investidura de Sánchez rechazando cualquier “injerencia” externa: “No creo que sea coherente que nadie intente fraudulentamente cambiar la voluntad popular con presiones o con llamadas”.

"Sánchez representa la inestabilidad” (13 de septiembre)

A once días del plazo límite para una investidura, Rivera insistía en sus razones para no facilitar el desbloqueo. “Sánchez representa la inestabilidad. Con Sánchez no hay diálogo ni acuerdos, no hay negociación, solo teatro y pérdida de tiempo y dinero”, declaró en rueda de prensa en el Congreso.

“Voy a proponer una solución e Estado para evitar la repetición de elecciones” (16 de septiembre)

En la recta final de la legislatura, Rivera propuso por sorpresa al presidente del PP, Pablo Casado, que ambos partidos se abstuvieran para facilitar la investidura de Pedro Sánchez a cambio de que el líder del PSOE se comprometiese a tumbar el gobierno de Navarra, aplicar el 155 a Cataluña y a no subir impuestos. A eso lo llamaba una “solución de Estado” para evitar la repetición de elecciones.

“Le acabo de pedir a Sánchez en una carta urgente que nos veamos” (17 septiembre)

Rivera, que desde hacía semanas se negaba a reunirse con el presidente en funciones, acabó enviándole una carta el mismo día que ambos estaban citados con el rey en la última ronda de contactos, para pedirle una cita “urgente” en la que plantearle sus exigencias para abstenerse. “Le acabo de pedir a Sánchez en una carta urgente que nos veamos. Si dice que las condiciones que le ponemos se cumplen, lo que tiene que hacer es ponerlas encima de la mesa, firmarlas y cumplirlas” y Cs se abstendrá en la investidura. “Si me llama esta noche o mañana estamos disponibles 24 horas para desbloquear este país”.

“Sánchez ha renunciado al constitucionalismo” (18 de septiembre)

La negativa del presidente del Gobierno a aceptar la demanda de Rivera dio pie a Ciudadanos a retratarle como un candidato “incapaz de dialogar y de llegar a acuerdos”. “Sánchez ha renunciado al constitucionalismo”, llegó a decir el líder de Cs.

“Todos los partidos deberían presentarse el 10N dejando claro que luego tratarán de formar una mayoría parlamentaria que eche a Sánchez” (19 de septiembre)

Una vez que se hizo evidente que habría repetición electoral, Rivera volvió a marcar distancias con Sánchez.“Ha decidido que España es un juego. Sánchez no tiene remedio”. Si alguien tenía “alguna duda” antes del 28 de abril, ahora ya se han despejado todas: “Sánchez es el problema. Así que todos los partidos deberían presentarse el 10N dejando claro que luego tratarán de formar una mayoría parlamentaria que eche a Sánchez de la Moncloa porque “ha roto definitivamente con el constitucionalismo”.

“Durante toda la campaña anterior ya explicamos que nuestro socio preferente iba a ser el PP, seguimos en esta misma línea” (19 de septiembre)

Un día después, la portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán, certificó la vigencia del cordón sanitario contra el PSOE. “Durante toda la campaña anterior ya explicamos que nuestro socio preferente iba a ser el PP, seguimos en esta misma línea”.

“Ahora hay que mojarse” (5 de octubre)

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, certificó ese día el último giro —hasta la fecha— en su estrategia política levantando el veto al PSOE. Si Sánchez gana las elecciones, contactará con él para impulsar juntos una serie de reformas y evitar así un nuevo bloqueo político o, lo que es lo mismo, facilitar su investidura si no existe una mayoría alternativa. Rivera justificó el fin del cordón sanitario contra el PSOE argumentando que ahora “hay que mojarse”.

“Los españoles quieren desbloqueo” (7 de octubre):

Rivera trata ahora de arrancar al líder del PP, Pablo Casado, y al jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, un compromiso para si apoyarán a quien gane o “bloquear” la legislatura. “Si el PSOE gobierna y nosotros estamos en la oposición, yo me comprometo a remar en la misma dirección en estos diez asuntos de Estado”. “Es un compromiso firme, claro y nítido antes de ir a votar”.

Para justificar que no hubiera un acuerdo entre el PSOE y Cs para la investidura de Sánchez cuando juntos sumaban mayoría absoluta, Rivera culpó al presidente en funciones, que Sánchez “no quiso”. “Los españoles quieren desbloqueo y también reformas”. Arrimadas abundó en el giro de Cs: “Nos comprometemos a que no vamos a ir ni a terceras ni a cuartas elecciones”.

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Rivera llegó esta semana a negar, contra toda evidencia, que hubiese decretado un cordón sanitario contra Sánchez. Lo dijo en una entrevista en Telemadrid en la que aseguró que es una demanda de los ciudadanos que no haya bloqueo.

“No hemos puesto cordones sanitarios” (10 de octubre)

En Los Desayunos de TVE, Rivera insistió en negar la estrategia de su partido de los últimos meses asegurando que nunca puso un cordón sanitario a Sánchez. “Lo que ha cambiado es la situación: España tiene un problema nuevo que se llama bloqueo político. Ese problema no lo teníamos antes”, aseguró para justificarse.

Albert Rivera ha protagonizado uno de los más singulares cambios de estrategia política que se recuerdan al pasar en apenas unos meses de decretar un cordón sanitario contra el PSOE, mientras pactaba con la ultraderecha ayuntamientos y comunidades autónomas, a mostrarse dispuesto, ahora sí, a negociar con Sánchez para facilitar su investidura si el próximo 10N la suya sigue siendo la única investidura viable.

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