Las 18 respuestas que escondían las urnas

Las elecciones europeas han certificado la crisis del bipartidismo, que por primera vez en la historia no alcanza el 50% de los votos. De hecho, PP y PSOE han roto su suelo electoral. Diez partidos han obtenido algún eurodiputado, cuatro más que en 2009. El malestar de los ciudadanos con el sistema también se ha reflejado en un incremento del voto nulo y en blanco. Y la abstención ha vuelto a rozar el 55% del censo.

Estas son las respuestas que guardaban las urnas a las principales incógnitas planteadas sobre el 25-M:

1. ¿Ganará el PSOE por primera vez desde 2008?

No. El PP ha ganado sus cuartas elecciones consecutivas de ámbito estatal. El PSOE venció por última vez en las generales de 2008, cuando José Luis Rodríguez Zapatero derrotó a Mariano Rajoy. En aquella ocasión, el PSOE obtuvo el 43,8% de los sufragios, frente al 39,9% del PP. Desde entonces, todas las convocatorias se han saldado con triunfos de los conservadores.

El cambio de ciclo electoral se inició precisamente en las europeas de junio de 2009, cuando el empeño de los socialistas en negar la crisis empezaba a mostrarse como un esfuerzo baldío. El PP logró el 42,1% de los sufragios, frente al 38,7% de los socialistas. En las municipales y autonómicas de mayo de 2011 los socialistas se quedaron prácticamente sin poder local y en las generales de noviembre de ese año la derecha obtuvo su mayoría absoluta más amplia.

2. ¿Cuál será la diferencia entre los dos principales partidos?

La mayoría de las encuestas del 25-M pronosticaba una victoria del PP por un estrecho margen, que el CIS situó en 2,7 puntos. El sondeo que otorgó un triunfo más claro para los conservadores fue el publicado en El Mundo, que apostó por una diferencia de 8,1 puntos.

La diferencia se ha situado finalmente en 3,0 puntos a favor del PP y 478.039 papeletas (con el 99,77% de los votos escrutados), pero ninguna encuesta fue capaz de pronosticar el derrumbe de ambos partidos.

La brecha entre PP y PSOE es la más pequeña de las cuatro últimas elecciones: fue de 3,4 puntos en las europeas de 2009, de 9,7 puntos en las municipales de 2011 y de 15,9 puntos en las generales de ese mismo año. Pero, obviamente, que se haya estrechado la brecha no es un consuelo para los socialistas a la vista de sus propios resultados.

3. ¿Tocará suelo el PP?

Desde la refundación del PP en 1990 se han celebrado 17 comicios de ámbito estatal –incluyendo el 25-M– y sólo en cuatro ocasiones los conservadores se quedaron por debajo de la barrera de los siete millones de votos. Fue en las municipales de 1991 (4.775.051 papeletas), en las europeas de 2004 (6.393.192 sufragios), en las europeas de 2009 (6.670.377 votos) y en las europeas de este domingo (4.074.363, a falta de contabilizar los sugragios de la emigración). Por tanto, el PP vive una situación paradójica: ha ganado las elecciones, pero nunca había recibido menos apoyo ciudadano.

En términos porcentuales, el PP sólo había quedado en una ocasión por debajo del 34%: en las municipales de 1991, cuando consiguió un 25,3% de los sufragios. Ahora ha reunido el 26,0% del electorado. En porcentaje, por tanto, es su segundo peor resultado en 24 años. 

4. ¿Tocará suelo el PSOE?

El PSOE ha sufrido el mayor varapalo electoral desde la recuperación de la democracia en 1977. Hasta ahora, únicamente en cuatro ocasiones se habían quedado por debajo de la barrera del 30% de apoyo: en las generales de 1977 (29,3%), en las municipales de 1979 (28,1%), en las municipales de 2011 (27,7%) y en las generales de 2011 (28,7%). El 25-M han bajado al 23,0%, rompiendo así todos los suelos conocidos.

En número de votos, el PSOE siempre había logrado más de cuatro millones. Los peores registros eran los siguientes: las generales de 1977 (5.371.866 papeletas), las municipales de 1979 (4.615.837 votos), las generales de 1979 (5.469.813 sufragios) y las europeas de 1994 (5.719.707 votos). Pues bien, el 25-M sólo han respaldado a los socialistas 3.596.324 ciudadanos.

5. ¿Será el peor resultado del bipartidismo?

Uno de los grandes titulares que dejan las urnas es el hundimiento del bipartidismo, hasta zonas que nadie había imaginado. Es cierto que las elecciones se celebraban en un ambiente de crisis del bipartidismo, después de que los Gobiernos de Zapatero y de Rajoy hayan tomado medidas tremendamente impopulares para afrontar la crisis económica.

En las elecciones europeas celebradas en España antes del 25-M, los votantes no habían castigado a los grandes partidos. Al revés. En los comicios de 2009, PP y PSOE concentraron el 82,0% del voto. Una cifra bastante mayor que el 74,4% que ambos partidos sumaron en las generales de 2011. Y los resultados de las europeas de 2009 no constituían un hecho aislado. En los eurocomicios de 2004, PSOE y PP obtuvieron en total el 85,19%, cifra que constituye el récord absoluto de concentración de voto desde 1977.

El bipartidismo se ha quedado ahora en el 49,0%. Hasta ahora la cifra más baja había sido el 57,4% de las municipales de 1989, lo que deja a las claras la profundidad de la crisis del bipartidismo.

6. ¿Hasta dónde llegará el crecimiento de Izquierda Unida?

Izquierda Unida ha sido una de las fuerzas que se ha beneficiado del derrumbe de PP y PSOE, aunque ha sido un crecimiento limitado por la irrupción de Podemos. IU acumuló este domingo el 9,99% del electorado y sumó 1.562.567 papeletas. Es un resultado mucho mejor que en las anteriores europeas, cuando se quedó en el 3,71% y 588.248 sufragios. Además, ha triplicado el número de eurodiputados, al pasar de 2 a 6.

Sin embargo, los resultados aún siguen lejos de los que logró en sus mejores tiempos. En cinco ocasiones consiguió superar la barrera del 10% de los votos: el PCE en los comicios generales de 1979 (10,7%) y en las municipales de ese mismo año (13,0%) y la IU liderada por Julio Anguita en las europeas de 1994 (13,4%), en las municipales de 1995 (11,6%) y en las generales de 1996 (10,5%).

En cuanto a número de votos, la comparación es peor. De los 27 comicios de ámbito estatal celebrados en España, el PCE o IU reunieron más apoyo que el 25-M en diez ocasiones anteriores.

7. ¿Hasta dónde llegará el crecimiento de UPYD?

La historia electoral de UPyD es mucho más corta, ya que estas son sus quintas elecciones de ámbito estatal. En las tres primeras –generales de 2008, europeas de 2009 y municipales de 2011– se quedó por debajo del medio millón de votos y del 3% de apoyo electoral.

Su gran salto adelante lo dio en las generales de 2011, cuando consiguió 1.143.225 papeletas, que representaron el 4,7% del total. Ahora, cosechó 1.015.994 apoyos, que representan el 6,5% del electorado. Sus resultados admiten una doble lectura: es cierto que cuatriplica el número de eurodiputados –sube de 1 a 4– y que logra en porcentaje el mejor resultado de su corta historia. Sin embargo, también le ha salido competencia en su espacio electoral, como demuestra el importante apoyo logrado por Ciudadanos fuera de Cataluña (337.241 papeletas). Y la irrupción de Podemos ha dejado a UPyD como quinta fuerza política.

8. ¿Entrarán nuevos partidos en el Parlamento europeo?

En las últimas elecciones europeas consiguieron representación seis partidos o coaliciones: PP (24 escaños), PSOE (23), Coalición por Europa (3), Izquierda Unida (2), UPyD (1) y Europa de los Pueblos-Verdes (1). A ellos se suman ahora otras cuatro formaciones: Podemos, Ciudadanos, Los Pueblos Deciden y Primavera Europea (Compromís-Equo). En definitiva, se pasa de un Parlamento Europeo con seis formaciones españolas a otro con diez. La mayor pluralidad se produjo, no obstante, en los comicios de 1989, cuando 11 candidaturas lograron eurodiputado.

Esos cuatro partidos que han obtenido ahora representación sumaron 2.365.480 votos. Otras cuatro formaciones –Vox, Pacma, Movimiento Red y Partido X– no lograron eurodiputado a pesar de reunir en total 626.464 papeletas. Es decir, entre esos ocho pequeños o nuevos partidos reunieron 2,99 millones de votos

9. ¿Qué pasará en Cataluña?

Las elecciones europeas tienen una evidente lectura catalana en pleno proceso soberanista. Y los titulares son rotundos: por primera vez desde la recuperación de la democracia la fuerza más votada ha sido ERC, los tres partidos que defienden la consulta crecen de forma clara y el PSC se desploma.

Los tres partidos soberanistas –CiU, ERC e ICV– obtuvieron hace cinco años 742.778 votos, que representaron el 37,7% del total. Ahora logran 1.401.421 papeletas y el 55,8% del total del electorado, 18,1 puntos más que en 2009.

La derrota del PSC es inapelable. Los socialistas catalanes habían ganado cinco de las seis elecciones europeas celebradas hasta ahora; sólo en 1994 se había impuesto CiU. En 2009 habían logrado la victoria con 708.888 apoyos, un 36,0% del total. Este domingo se han quedado como tercera fuerza, con poco más de 358.000 votos, que suponen el 14,28% del electorado catalán. La situación es especialmente dramática en Lleida, donde quedó por debajo del 10%, y en Girona, donde alcanzó justo ese porcentaje.

El gran beneficiado de la debacle del PSC no es el PP, que pierde 108.000 votos en Cataluña y queda por debajo del 10%, sino Ciutadans. El partido que lidera Albert Rivera había obtenido unos resultados testimoniales en 2009 –6.999 votos, el 0,36% del total de Cataluña– y ahora ha acumulado 157.873 papeletas, lo que equivale al 6,28% del electorado catalán.

10 ¿Qué pasará en Euskadi?

El PNV ha ganado las seis últimas elecciones europeas en Euskadi, incluido el 25-M. Sólo quedó como segunda fuerza en 1987, cuando venció Herri Batasuna por un estrechísimo margen de votos (210.430 frente a los 208.135 del PNV).

Ambas fuerzas nacionalistas han sumado este domingo más del 50% de los votos –27,4% el PNV y 23,3% EH Bildu–. La principal sorpresa ha sido Álava, el fuedo menos nacionalista de Euskadi, donde la izquierda abertzale ha quedado como primera fuerza. Más lógica resulta su victoria en Gipuzkoa, el territorio abertzale por excelencia.

En el campo del constitucionalismo, el PSE se ha dado un importante batacazo. Se ha quedado en 104.515 papeletas, poco más de la mitad de las 202.885 que logró hace cinco años. El partido de Patxi López ya sólo representa al 13,7% del electorado vasco, cuando en 2009 sumó el (27,7%). El PP también ha visto reducida su fuerza, al quedarse en 77.476 papeletas, el 10,2% del total (frente al 16,0% de 2009). Es decir, entre ambos partidos agrupan a menos del 25% de los electores vascos.

Hay otra lectura preocupante para el PP, en plena tensión soberanista: su apoyo en Cataluña y Euskadi ha quedado reducido al 10%.

11. ¿Qué pasará en Andalucía?

La única socialista que triunfó realmente el 25-M es Susana Díaz, que se presentaba a su primera prueba electoral desde que fue elegida presidenta de la Junta en septiembre de 2013. Los socialistas habían perdido las autonómicas andaluzas de marzo de 2012 por algo más de un punto, y ahora casi le han sacado diez puntos de ventaja al PP de Juan Manuel Moreno (35,12% frente a 25,89%).

Es cierto que el PSOE andaluz había ganado los seis comicios europeos anteriores, en algunos casos de forma tan abrumadora que superó el 50% de las papeletas (en 1989 y en 2004). El margen más estrecho se registró en 1994, cuando la diferencia en favor del PSOE fue del 6,2%. En las elecciones de 2009, los socialistas andaluces obtuvieron una ventaja de 8,5 puntos porcentuales (48,1% frente al 39,6% del PP) y cosecharon 1.265.633 papeletas. Ahora se quedaron en 937.319.

12. ¿qué partido ganará en cada comunidad?

En la historia electoral de las europeas, hay tres comunidades donde siempre ha ganado el mismo partido: el PSOE en Andalucía y Extremadura y el PP en Galicia. Así ocurrió también el 25-M.

En total, el PP se impuso este domingo en 12 comunidades, el PSOE en tres –Andalucía, Asturias y Extremadura–, el PNV en Euskadi y ERC en Cataluña. Pero hay un dato muy significativo: ningún partido ha logrado el 40% del voto en una comunidad, otra muestra de la fragmentación del electorado.

En las europeas de 2009, el PP había vencido en 11 comunidades (Illes Balears, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, Galicia, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja), los socialistas habían ganado en cinco autonomías (Andalucía, Aragón, Asturias, Cataluña y Extremadura) y el PNV se había impuesto en Euskadi.

En resumen: los socialistas han perdido su hegemonía en dos comunidades, en un caso a favor del PP (Aragón) y en otro a favor de ERC (Cataluña). El resto del mapa territorial ha quedado igual, en lo referente a la fuerza hegemónica.

13. ¿Cómo se distribuirá territorialmente el voto de IU?

Izquierda Unida y UPyD son partidos nacionales, pero su fuerza es muy desigual en los diferentes territorios.

En el caso de IU, en 2009 sólo había consiguido superar el 4% de los votos en cuatro comunidades: Cataluña (6,0%), Asturias (5,6%), Andalucía (5,2%) y Madrid (4,5%). En estos cuatro territorios cosechó en total 384.995 papeletas, lo que supuso el 65,4% del total de sufragios logrados (588.248).

Esta situación ha mejorado ahora notablemente: en 15 de las 17 comunidades ha superado el 8% de las papeletas. Los únicos territorios donde ha quedado por debajo es en Euskadi –donde el partido ha quedado muy debilitado tras sufrir hace años una escisión interna– y en Extremadura, donde permite que el PP gobierne. 

14. ¿Cómo se distribuirá territorialmente el voto de UPyD?

Esta distribución desigual del voto era aún más acusada en el caso de UPyD, que sólo había superado el 4% de los sufragios en las europeas de 2009 en dos comunidades: Madrid (6,8%) y Asturias (4,1%). En cuanto al número de papeletas, en Madrid cosechó 156.839, lo que equivale al 34,7% del total obtenidas en toda España.

UPyD también ha crecido de forma homogénea en la mayoría de comunidades –cosechando un apoyo de entre el 6 y el 9% en diez autonomías–. Pero sigue teniendo un verdadero agujero negro en Cataluña, donde su espacio político está ocupado por Ciutadans y sólo obtuvo el 1,29% de los sufragios. Y su feudo fundamental es Madrid, único territorio donde superó la barrera del 10% al reunir 233.586 papeletas. Madrid ahora aporta el 22,9% de todos los votos de UPyD en España, lo que prueba que crece con más fuerza en otros territorios.

15. ¿Se producirá la mayor abstención de la historia?

A pesar de que la mayoría de los pronósticos auguraban la mayor abstención de la historia en un proceso electoral, este hecho no se produjo. La participación se situó en el 45,8%, ligeramente por encima del dato de las europeas de 2004 y 2009.La participación más alta en unas europeas se produjo en las primeras, en 1987

, poco después de entrar en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) y cuando el euroescepticismo era un concepto desconocido en España. En las elecciones de 1989 la participación se redujo hasta el 54,7%, para subir en las dos siguientes convocatorias: 59,1% en 1994 y 63,0% en 1999. Con el nuevo siglo, se produjo un desplome de la participación, que se quedó en el 45,1% en 2004 y en el 44,9% en 2009.

La abstención en las europeas, en todo caso, es un clásico. Los ciudadanos las perciben como elecciones de segundo orden y ello hace que muchos electores no consideren necesario acercarse a las urnas. De hecho, sólo en cinco de las 27 elecciones estatales se ha superado el 40% de abstención. Y las cinco fueron europeas: en 1989, 1994, 2004, 2009 y 2014.

En cuanto a la distribución autonómica, lo más significativo ha sido el cambio en Cataluña, que pasó de ser la tercera comunidad más abstencionista en 2009 (sólo participó el 39,6% del censo) a convertirse en una de las más participativas al votar el 47,6% de los electores.

16. ¿Cuánto le costará el escaño a cada partido?

El reparto de escaños mediante el sistema D'Hondt favorece en las elecciones generales de forma clara a los dos grandes partidos y perjudica al resto de fuerzas estatales (históricamente a IU y en las dos últimas convocatorias también a UPyD). Es frecuente escuchar que ello se debe a que la circunscripción es provincial, y que ese efecto se corrige en las europeas, donde la circunscripción es estatal. Se trata de una verdad a medias. La distorsión que se produce a la hora de repartir escaños en las generales se debe sobre todo al reducido número de diputados que se eligen en muchas provincias. De las 52 circunscripciones, sólo 7 escogen a diez o más diputados, mientras que en 20 se deciden cuatro o menos escaños. Los expertos consideran que en estas últimas provincias, que eligen a menos de cinco diputados, el sistema funciona prácticamente como si fuera mayoritario, lo que hace prácticamente imposible que IU u otros partidos más pequeños logren representación.

Pues bien, es cierto que en las europeas se corrige parte del efecto del sistema D´Hondt, pero no por completo. La realidad es que a los grandes partidos les sigue costando menos votos cada escaño.

El coste en votos por eurodiputado para los diferentes partidos y coaliciones el 25 M, a falta de escrutar el voto de los emigrantes, ha sido el siguiente:

Ciudadanos: 247.557 votos por escaño.Podemos:

249.189 votos por escaño.

UPyD: 253.998 votos por escaño.PP:

254.647 votos por escaño.PSOE

: 256.880 votos por escaño.

IU: 260.427 votos por escaño.

Coalición por Europa (CiU, PNV, CC): 283.563 votos por escaño.

Primavera Europea (Compromís, Equo): 299.884 votos por escaño.

L'Esquerra pel Dret a Decidir (ERC): 314.535 votos por escaño.

Los Pueblos Deciden (EH Bildu, BNG): 324.534 votos por escaño.

17. ¿CUÁNTOS VOTOS SERÁN NECESARIOS PARA LOGRAR UN EURODIPUTADO?

En las elecciones europeas no hay una barrera legal para entrar en el reparto de escaños. Algo que sí ocurre en las generales, donde está situada en el 3%; es decir, las formaciones que no logren ese porcentaje mínimo de votos no entran en el reparto de diputados de la circunscripción de la que se trate. El objetivo es evitar un Congreso muy fragmentado.

Pero que no haya una barrera legal no significa que no exista de hecho, porque el número de diputados que se eligen no es excesivo en relación con la población (54 europarlamentarios para un censo de 36,5 millones en el caso de España). El 25-M, el mínimo de votos para conseguir un escaño se situó en 247.557. Voz habría necesitado una papeleta más para arrebatarle un diputado a Ciudadanos, pero se quedó en 244.929 sufratios. Es decir, le faltaron 2.628.

¿Cuál ha sido el número mínimo de votos necesario para obtener un escaño en los comicios europeos? La respuesta es la siguiente:

1987: 268.669 votos.

1989: 226.335 votos.

1994: 259.267 votos.

1999: 305.392 votos.

2004: 266.384 votos.

2009: 267.035 votos.

2014: 247.557 votos. 

18. ¿Se incrementará el voto protesta?

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El 25-M se incrementó de forma espectacular el voto de protesta, representado por el voto en blanco y el voto nulo. 

Los electores que votan en blanco (introducen en la urna un sobre vacío) lanzan un mensaje claro: consideran que es un deber cívico participar en las elecciones, pero ninguna formación política les convence. Es un voto muy concienciado, puesto que se trata de ciudadanos que se toman la molestia de votar, aunque saben que su papeleta no influirá en el reparto de escaños. En las europeas, esta opción ha oscilado entre el 0,61% en la convocatoria de 2004 y el 1,69% en los comicios de 1999. El 25-M ha ascendido hasta el 2,29% (357.339 sobres vacíos). A ello habría que sumar los votantes que apoyaron la candidatura Escaños en Blanco, que apuesta por dejar vacíos los escaños que obtenga y que acumuló 115.308 apoyos (el 0,73%).

El voto nulo, por su parte, tiene un doble componente: personas que anulan conscientemente su voto (tachando nombres o escribiendo sobre la papeleta) y otras que lo hacen por error (introduciendo dos papeletas de partidos diferentes, por ejemplo). En unas europeas, el mayor porcentaje de nulos se había producido en 1987, con el 1,19% de los sufragios emitidos. En las cuatro últimas convocatorias siempre se había quedado por debajo del 1%. Pues bien, el 25-M se registraron 290.189 votos nulos (un 1,82% del total), el mayor porcentaje en unas europeas.

Las elecciones europeas han certificado la crisis del bipartidismo, que por primera vez en la historia no alcanza el 50% de los votos. De hecho, PP y PSOE han roto su suelo electoral. Diez partidos han obtenido algún eurodiputado, cuatro más que en 2009. El malestar de los ciudadanos con el sistema también se ha reflejado en un incremento del voto nulo y en blanco. Y la abstención ha vuelto a rozar el 55% del censo.

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