Las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus se han cebado especialmente con las familias con peor situación económica de partida: "Llueve sobre mojado". Son las palabras de la directora de políticas de infancia de Save the Children, Catalina Perazzo, que afirma que la pandemia ha "agravado los niveles de pobreza infantil a los que ya se enfrentaba España" hasta el 33%. La organización por la infancia ha evaluado en un informe la situación de las familias con mayor vulnerabilidad económica durante el primer año de la pandemia de covid-19. En este tiempo, una de cada tres familias atendidas por Save the Children ha perdido su empleo y el 12,2% no recibe ningún tipo de ingreso laboral ni ayuda social, un 63% más que antes de la pandemia.
El informe, llamado Aniversario Covid-19: ¿Qué nos cuentan las familias?, se ha elaborado mediante entrevistas a 1.290 familias vulnerables de 6 comunidades autónomas, y ha puesto de relieve la necesidad de un "plan de acción" para enfrentar los nuevos niveles de pobreza.
Las familias vulnerables han sufrido "situaciones de privación material muy graves" y un 46% de las personas atendidas por esta organización ha perdido el empleo en el último año, ya que pertenecían a sectores de baja cualificación, o tenían empleos temporales, precarios o trabajos no esenciales que requerían presencialidad. Aquellos núcleos familiares que se consideraban menos graves dentro de su vulnerabilidad, por cobrar al menos 1.200 euros mensuales en total, han descendido en un 32%.
Y todo esto afecta inexorablemente a los niños que tienen a su cargo. "Los niños y las niñas no han sido los más afectados por las consecuencias sanitarias, pero no nos queda ninguna duda de que va a ser el colectivo más afectado por las consecuencias económicas de esta pandemia", comenta el director de Save the Children, Andrés Conde.
Al cerrar los colegios durante cuatro meses, más los dos meses de vacaciones de verano, la infancia vulnerable ha sufrido un potente aislamiento. Esto ha afectado a su forma de relacionarse, a su alimentación y hábitos saludables y a su salud mental. Perazzo asegura que no es una situación nueva, pero que la pandemia la ha agravado: "Es una emergencia sobre la emergencia".
Un 40% de las familias dice haber notado un descenso en la motivación escolar, que relacionan también con la falta de oportunidad para salir a jugar a la calle o hacer ejercicio por miedo al contagio. Las familias encuestadas por Save the Children han notado que sus hijas e hijos padecen estrés, ansiedad, miedo y angustia.
A pesar de las ayudas directas proporcionadas por Save the Children y otras organizaciones sociales, un 31% de las familias solo puede proporcionar a sus hijos una correcta aportación proteínica una o dos veces por semana, contra la recomendación mínima de una vez cada dos días; consecuencia directa de la falta de acceso a los servicios de comedor escolar. Las dificultades para pagar el alquiler o la hipoteca y los suministros básicos del hogar han llevado a que muchas familias hayan tenido que prescindir de la calefacción este invierno.
En cuanto a la educación no presencial, un 70% de los niños que han estado en cuarentena no han tenido un seguimiento escolar adecuado, excepto por el envío de deberes. Un 36% de las familias encuestadas aseguran que sus hijos e hijas necesitan refuerzo escolar, pero no pueden acceder a él por falta de recursos. Asimismo, el 15% de ellas, han necesitado que se les proporcionara apoyo tecnológico para que los niños y niñas pudieran acceder a las clases online. Y en el trasfondo de esta situación ya de por sí vulnerable se encuentran las mujeres. Un 36% de las madres preguntadas aseguran no tener tiempo libre, ya que el 74% de ellas son las encargadas de todos los cuidados del hogar.
Mejorar el acceso al IMV y poner el foco en la infancia, entre sus propuestas
"Desde Save the Children entendemos que estamos en un momento de oportunidad. Es el momento de la eficacia de las políticas públicas", asegura Conde. La organización pide que se dé más prioridad a la infancia en el plan de recuperación económica del Gobierno y cree que hay una "oportunidad única" para aprovechar los fondos europeos en beneficio de los niños y niñas.
Entre sus propuestas, destacan la necesidad de mejorar y ampliar el acceso al Ingreso Mínimo Vital, "igualando el umbral de acceso con el de la pobreza moderada o, como mínimo, con el de la pobreza severa". Además, ven imprescindible que los jóvenes tutelados por el Estados y las familias con hijos a cargo en situación irregular también puedan beneficiarse de esta ayuda.
Exigen, asimismo, una nueva ayuda a la crianza para "mejorar la conciliación" y que alcance a un número mayor de familias. Save the Children también considera necesario asegurar el acceso de todos los niños y niñas al colegio, aportando que deben ser centros sin segregación, con comedor escolar gratuito y los suficientes recursos materiales y tecnológicos.
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En cuanto a los esfuerzos de las familias por hacer frente a alquileres e hipotecas —un 63% tiene dificultades para pagarlo—, exigen que se den ayudas directas para el pago de vivienda y que se amplíe el parque de vivienda pública de protección social. Además, piden que se considere la presencia de niños a cargo como un factor crítico a la hora de acceder a ellas.
Por último, y en referencia al deterioro de la salud mental de los más pequeños, Save the Children aboga por garantizar el acceso de la infancia a la atención primaria y a servicios de psicología.