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El 81% de los contratos del Gobierno de Aznar con Einsa fueron para material militar

Ibon Uría

"Einsa es una empresa de capital español que se dedica a prestar servicios de apoyo en tierra a la industria de aviación, tanto civil como militar". La definición es de José María Aznar, que realizó gestiones para dicha empresa a partir de 2006, dos años después de abandonar la Moncloa. Sus palabras proceden del breve comunicado enviado a los medios por el expresidente para asegurar que no había llegado a "concluir ningún contrato" con Einsa. En ese texto, llama la atención que Aznar quisiera dejar claro que la empresa también se dedicaba a la industria civil, y no sólo a la militar.

Lo cierto es que, tal y como desveló infoLibre, los correos secretos de Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid y encargado de poner en contacto a Einsa con Aznar, revelan que el expresidente se documentó sobre la actividad de la compañía, entre cuyos objetivos principales figuraban nuevos contratos militares en Argelia y Libia.

El negocio de las armas

El 16 de octubre de 2008, el presidente de Einsa, Pedro Rodríguez Pla, envió al expresidente información relevante: “Respetado Presidente: De acuerdo con tus deseos, adjunto te remito unos breves comentarios relativos a nuestros movimientos comerciales en Argelia y Libia; como verás casi todo está por hacer”, le escribió. De los "breves comentarios" enviados por Rodríguez Pla a Aznar se desprende un dato clave: el interés básico de la empresa era el mercado militar.

En el caso de Argelia, el presidente de la compañía española fue aún más específico, y además de informar sobre la situación a Aznar, incluyó un capítulo dedicado a "posibles clientes" que Einsa deseaba captar. Se trata de la Unidad Aérea de la Policía argelina, a la que desde 2004 suministraba piezas para helicópteros Eurocopter; la Fuerza Aérea, el Ejército de Tierra y Air Algerie, el único integrante civil de la serie.

Volcada en lo militar

Durante los años de Gobierno de José María Aznar, Einsa pactó numerosos contratos con la administración. Entre 1996 y 2004, la firma recibió como mínimo 60 adjudicaciones por las que recibió casi 13 millones de euros. En ese listado, la mayoría de encargos fueron para material militar destinado a organismos dependientes del Ejército del Aire (35 contratos), la Armada (8) y el Ministerio de Defensa (6). Es decir, 49 sobre 60, lo que representa más del 81% del total.

El resto de acuerdos fueron resultantes de licitaciones para suministrar equipos o realizar tareas de mantenimiento para la Dirección General de Tráfico (en 5 ocasiones), la Policía (5) y la Guardia Civil (1).

Einsa, con sede en Alcalá de Henares, emplea a unas 90 personas y fue constituida en 1979. Entre octubre de 2011 y septiembre de 2012, obtuvo beneficios por importe de 3,1 millones de euros, un 13% más que en el ejercicio anterior, y sus ventas alcanzaron los 28,7 millones de euros.

En el informe de gestión que acompaña a sus últimas cuentas se destaca que "todos los esfuerzos" se dedicaron en esas fechas al mercado militar exterior. En esta línea, Einsa invirtió en el ámbito militar el 72% de los 2,6 millones de euros que destinó a inversión en I+D+I.

"Este mercado [el mercado militar exterior] –señala el documento– ha compensado con creces al resto de los mismos de modo que hemos superado nuestras previsiones de ventas, hemos aumentado nuestra cartera de pedidos, hemos mejorado nuestro beneficio del ejercicio y, en general, todos los parámetros". 

El catálogo de Einsa

La compañía lleva años fabricando toda clase de productos militares: equipos de carga y manipulación de misiles y bombas, posicionadores de cargas externas en aviones de combate y helicópteros, equipos para arranque y mantenimiento de aviones... Son sólo algunos de los ejemplos que figuran en la Revista española de Defensa, editada por el Ministerio de Defensa.

Entre los productos que la administración compró a Einsa, destacan los relacionados con el despliegue de los misiles Sidewinder. La compañía suministró equipos de apoyo para este tipo de armamento y fue la encargada de realizar el mantenimiento y las reparaciones oportunas a los productos suministrados. Estos contratos fueron adjudicados por el Mando de apoyo logístico del Ejército del Aire.

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Einsa también recibió pagos de Defensa a cambio de una docena de vehículos militares conocidos como "mulas". Según la información de la propia empresa, estos todo terreno pueden emplearse como puestos de tiro móvil, anticarros, equipos de reconocimiento táctico o para servir como lanzaderas de misiles aire-tierra.

No fueron las únicas tareas encomendadas a la compañía: Einsa se encargó de la modificación y revisión de los lanzadores de un avión de combate C-15 y de proporcionar equipos de tierra y utilaje para una aeronave tipo P3 Orión, destinada al patrullaje marítimo.

Además, contó con la confianza del Ejército del Aire para colaborar en la gestión de la ingeniería y el mantenimiento de su armamento, así como para equipar con material a este mismo Ejército para su despliegue en Pristina (Kosovo), en el año 2003.

"Einsa es una empresa de capital español que se dedica a prestar servicios de apoyo en tierra a la industria de aviación, tanto civil como militar". La definición es de José María Aznar, que realizó gestiones para dicha empresa a partir de 2006, dos años después de abandonar la Moncloa. Sus palabras proceden del breve comunicado enviado a los medios por el expresidente para asegurar que no había llegado a "concluir ningún contrato" con Einsa. En ese texto, llama la atención que Aznar quisiera dejar claro que la empresa también se dedicaba a la industria civil, y no sólo a la militar.

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