Ábalos blinda al Gobierno y descarga sobre Koldo toda la responsabilidad: "No hubo ninguna comisión"
El exministro de Fomento José Luis Ábalos se defiende en el Supremo. En una extensa declaración ante el instructor del caso Koldo en el Alto Tribunal, a la que no han podido acceder las acusaciones populares, el exdirigente socialista ha negado rotundamente todas las acusaciones. “No hubo comisiones”, ha asegurado a su salida del tribunal, al tiempo que ha asegurado que entregará al juez toda la documentación necesaria para acreditar su testimonio, papeles con los que ha acudido a la declaración pero que no ha podido entregar oficialmente por una cuestión formal. En total, algo más de tres horas en las que no ha apuntado hacia el Gobierno y ha descargado sobre su exasesor, Koldo García, toda responsabilidad.
Quien fuera peso pesado durante el primer Gobierno de Pedro Sánchez y secretario de Organización del PSOE se ha sentado en el Tribunal Supremo de forma voluntaria, después de un intento infructuoso por atrasar su comparecencia. Y lo ha hecho con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil señalándole directamente. Los investigadores atribuyen al exministro n un “papel relevante y de responsabilidad” en la trama. Y le sitúan como una pieza clave en la adjudicación a Soluciones de Gestión de los contratos millonarios para la compraventa de material sanitario que se encuentran bajo la lupa.
Un informe de la UCO en el que, además, se recogían las supuestas “contraprestaciones” que Ábalos habría recibido por sus gestiones. Así, los investigadores señalaban, en primer lugar, hacia la casa que el comisionista Víctor de Aldama, el considerado “nexo corruptor” de la trama, habría adquirido para uso y disfrute del exministro en La Línea de la Concepción. Una vivienda que, continuaban los investigadores, "había sido seleccionada en primer lugar" por el exdirigente socialista y comprada por el comisionista "a través de terceros".
Un supuesto pago en especie al que se añadía el abono que Aldama hizo durante meses del alquiler de un inmueble en pleno centro de Madrid en el que residía la que entonces era pareja sentimental del exministro. En total, fueron más de 82.200 euros los que habría pagado el empresario valiéndose de "personas y sociedades bajo su control", en este caso de su "presunto testaferro".
"Agradezco a su señoría que me haya permitido esta declaración voluntaria, llevo muchos meses intentando declarar ante la autoridad judicial", ha apuntado el exministro tras finalizar la comparecencia. Una declaración "larga" en la que, ha afirmado Ábalos, "se han tocado todos los extremos ya conocidos y publicados". "Nada ha quedado en el tintero", ha apuntado en declaraciones a los medios el extitular de Fomento, al tiempo que ha asegurado que ha dado las "aclaraciones suficientes" y que va a entregar "de manera oficial" la "documentación" que "acredita" todo lo declarado ante el juez.
Apunta a Koldo
A lo largo de su comparecencia, el exministro ha negado todas las acusaciones que pesan sobre él. Y lo ha hecho descargando responsabilidad sobre el que fuera su asesor. Así, ha asegurado que él no tuvo nada que ver con la compra de las mascarillas que está bajo investigación, precisando que de esos contratos adjudicados a Soluciones de Gestión se encargó Koldo García, que era quien se relacionaba con Aldama y que está citado para declarar en el Tribunal Supremo la próxima semana.
Ábalos también ha negado haber cobrado mordidas a cambio de la adjudicación de contratos. "No hubo ninguna comisión, como ya he dicho muchas veces", ha insistido a su salida del Supremo. En su explosiva declaración ante el instructor del caso Koldo en la Audiencia Nacional, una testifical que terminó provocando su puesta en libertad, Aldama aseguró que el exministro pidió en un principio dos millones, pero que finalmente se le entregaron unos 650.000 euros en comisiones, incluyendo aquellas relativas a los contratos de mascarillas. Una afirmación que no apuntaló con prueba alguna.
Las pesquisas, por el momento, no han entrado a fondo a analizar la economía del exministro. Debido a su aforamiento, aún no se ha realizado investigación patrimonial sobre Ábalos, por lo que aún no se ha podido comprobar si tenía un ritmo de vida que se alejase de sus ingresos. Algo que sí se ha hecho, por ejemplo, con su exasesor, del que la UCO ha destacado un "notable" incremento patrimonial entre 2020 y 2022. Si el magistrado instructor, tras escucharle, considera que debe seguir adelante con la investigación, deberá cursar un suplicatorio ante el Congreso de los Diputados.
Niega contraprestaciones
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La declaración del exministro, de hecho, también ha servido para rebatir las acusaciones vertidas por el considerado "nexo corruptor" de la trama, que la pasada semana remitió al Supremo un escrito en el que hablaba de supuestas mordidas por la adjudicación de contratos a determinadas constructoras y de una "operación" por la cual Ábalos adquiría "sin contraprestación" un inmueble en el Paseo de la Castellana propiedad de Aldama "como garantía" a su favor "del cumplimiento del compromiso por parte de determinadas constructoras de abonar comisiones" si resultaban "adjudicatarias" de contratos "pre-adjudicados".
Sobre esta última casa, sobre la que el empresario aportó un contrato de arrendamiento con opción a compra, el exministro aseguró, según apuntan fuentes jurídicas, que fue engañado porque no le dijeron que dicha vivienda estaba ocupada por otra persona. En cuanto al inmueble de la Línea de la Concepción, ha rechazado que fuera una contraprestación. Simplemente, ha dicho, era una propiedad que alquiló algunos meses. Del mismo modo, se ha desvinculado tanto del pago del alquiler a la que fuera su pareja como de la contratación de la misma por parte de empresas públicas.
El PP ha sido la única acusación popular que ha podido seguir la comparecencia del exministro. El instructor del caso en el Supremo, el magistrado Leopoldo Puente, no ha permitido el acceso al resto –Vox, Adade, Manos Limpias, Liberum, Hazte Oír o Iustitia Europa– después de que este miércoles haya decidido unificar todas las acusaciones bajo la dirección de los conservadores, que fueron los primeros en personarse en la causa. Una decisión que ha molestado al resto de colectivos, que se habían presentado a primera hora ante el tribunal sin saber si podrían seguir o no la declaración y que ya han anunciado su intención de recurrir.