Se nota en los periódicos, las radios y las televisiones: en las últimas semanas, los principales dirigentes de Podemos han disminuido sus apariciones mediáticas y han dado paso a nombres secundarios de la formación. Incluso el propio partido reconoce que ha habido un cambio de estrategia, y lo achacan a la necesidad de "dar cabida a otras voces" que se expresen en nombre de Podemos.
Pero, ¿es lo más adecuado realizar un cambio de táctica en estos momentos? El paso atrás de los Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero o Íñigo Errejón ha coincidido con la aparición de unas supuestas irregularidades en las que este último habría incurrido en su contrato como investigador en la Universidad de Málaga (UMA). Pese a que desde Podemos se insiste en que su nueva estrategia no responde a esta cuestión, los expertos consultados por infoLibre sí que la mencionan como una de las posibles causas. Los especialistas también apuntan que la sobreexposición de los líderes puede jugar en su contra y muestran sus dudas sobre la manifestación con la que Podemos pretende dar un golpe sobre la mesa el próximo 31 de enero.
La sobreexposición mediática
"Entendíamos que [el secretario general de Podemos] Pablo Iglesias estaba sobreexpuesto, y además se había generado una idea demasiado personalista del partido cuando tenemos decenas de magnificos portavoces". Es el argumento que ofrecen fuentes del partido para justificar su cambio de estrategia. Y los expertos le dan la razón: los líderes, a su juicio, aparecían demasiado en los medios. Así lo entiende Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político, que califica de "insostenible" el nivel de apariciones mediáticas que tenían los principales dirigentes de Podemos.
"Tú no puedes estar tan sobreexpuesto sin generar cansancio, sin cometer errores, sin producir saturación", explica Gutiérrez-Rubí, que señala que el "repliegue" del núcleo duro de Podemos puede estar asociado a los problemas de Errejón, "pero ya había empezado antes [de que se hicieran públicas las irregularidades de su contrato], también con el ánimo de dar más juego, de introducir otros liderazgos". Su opinión la comparte José Fernández-Albertos, investigador en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, que aventura que la cúpula del partido puede estar intentando que no la "encasillen".
"No me parecería descabellado que tuvieran preparado un cambio en su planificación, aunque tampoco me lo parece el que hayan aprovechado lo de Errejón para introducir este cambio", abunda el politólogo, que apunta que en las últimas semanas los dirigentes de Podemos "se han visto atacados en más frentes de los que estaban acostumbrados". Fernández-Albertos menciona a este respecto, además de los problemas con el contrato del número dos de Podemos, la entrevista que realizó Ana Pastor a Pablo Iglesias hace unas semanas, algo que para Daniel Ureña, director de la empresa de asesoría estratégica MAS Consulting, también ha resultado clave a la hora de adoptar este cambio.
"Lo que está claro es que esta estrategia está estrechamente relacionada con el hecho de que en las últimas semanas han sido muy numerosas las noticias negativas relacionadas con esta formación, junto con alguna entrevista en medios tampoco muy buena o alguna declaración poco afortunada", explica el experto, que coincide en que "es muy difícil mantener un nivel de exposición mediática tan elevado de manera constante, especialmente para una organización tan joven, en la que todavía hay muchas preguntas que responder sobre aspectos concretos de sus políticas".
En lo que sí coinciden los especialistas consultados es en que aún es pronto para evaluar los efectos que esta nueva estrategia comunicativa va a generar. No obstante, para Belén Barreiro, exdirectora del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y directora de la empresa MyWord, los dirigentes de Podemos deberían rearmarse durante esta etapa de menor exposición e "intentar construir un discurso en asuntos como las políticas públicas". "El núcleo fundador del partido tiene a gente muy buena en teoría política o en estrategia, pero no son expertos en investigación aplicada o empírica", recuerda Barreiro, que sostiene que "esa falta de discurso sobre políticas públicas quedó en evidencia en la entrevista de Pablo Iglesias con Ana Pastor".
La gestión del 'caso Errejón'
"Toda crisis es una oportunidad y en este caso creo que no se están gestionando de la manera más adecuada los intereses de la organización", afirma Ureña a tenor de cómo ha respondido Podemos a las informaciones que han aparecido durante estas semanas sobre las irregularidades del contrato de Errejón, que han llevado a la UMA a suspenderle cautelarmente de empleo y sueldo pese a que, según el propio político, el centro sólo le reprocha haber cometido un "error administrativo". "En el país de Rato, Bankia y Bárcenas, resulta que faltaba un papel donde se comunicara que iba a prestar otros servicios", se ha defendido.
“El tema del contrato de Errejón le puede hacer daño a Podemos", alerta Barreiro, que argumenta que "hay gente que pensaba que Podemos no iba a pasar ni una y con Errejón no está ocurriendo así, su comportamiento se encuadra dentro de esa cultura permisiva que hay en España”. "Si alguien promete limpieza en la vida pública, no puede luego ser flexible con la legalidad", asegura la socióloga y politóloga, que no obstante considera "ofensivo" el hecho de "hablar de corrupción y poner al mismo nivel las tarjetas black de Caja Madrid y el contrato de Errejón". “Pero hasta ahora tenían todo muy bien medido, y ahora llevan unas semanas en las que están metiendo más la pata”, remacha.
Por su parte, Gutiérrez-Rubí considera que existe una "ofensiva muy amplia para fiscalizar severamente a Podemos y a sus dirigentes, escudriñar hasta el límite sus posibles contradicciones", que en parte habría sido provocada precisamente porque el partido "ha hecho de la ejemplaridad un tema central de su estrategia". "Forma parte del juego político que quien presume de ejemplaridad esté obligado a ejercerla", afirma el experto, que no obstante opina que lo mejor que puede hacer Podemos con respecto al tema de Errejón "es esperar a ver cómo se resuelve, porque ahora están en el ojo del huracán de esta fiscalización extrema que traspasa en muchos casos las fronteras de lo razonable".
"No sé si hay una forma mejor de gestionar esto", declara en esta línea Fernández-Albertos, que hace hincapié en que las irregularidades del contrato son un tema que "lo presentes como lo presentes, se lo ponía fácil a los rivales de Podemos". Ureña, no obstante, se muestra contrario a esta percepción: "Teniendo en cuenta que gran parte del éxito ha sido denunciar la poca transparencia o la corrupción de los partidos tradicionales, Podemos tenía aquí una oportunidad muy buena para actuar de manera diferente a ellos, algo que no ha sucedido".
No obstante, ¿puede afectar esta discutida gestión de la crisis a las expectativas electorales de Podemos? “A corto plazo, creo que asuntos como el de Errejón no van a afectar a la intención de voto porque ésta sigue teniendo un componente muy emocional", señala Barreiro, que no obstante, matiza que "cuando llegue la hora de votar, junto al componente emocional, también entra el racional". Y ahí vienen los problemas para el partido: "Ahí podían incluirse hasta ahora temas como el miedo a que los mercados castigasen a España o la idea de que no iban a poder con democracias limitadas como las nuestras. Y ahora puede añadirse que Podemos ya no puede reclamar el sentimiento de pureza en la vida pública”, señala la exdirectora del CIS.
La manifestación de enero
El secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, anunció el pasado lunes que el partido estaba preparando una "gran movilización" en Madrid para el 31 de enero para escenificar el apoyo de "la gente" al partido. "Es el momento de ver qué gente quiere apostar por el proyecto de Podemos”, argumentó el dirigente, que dejó claro que el partido no iba a contactar con otras organizaciones políticas para organizar la manifestación. Pero todos los expertos coinciden: este acto conlleva riesgos para Podemos.
"Esto es un doble o nada". Así de claro es Gutiérrez-Rubí, que ve coherente la convocatoria dentro de la estrategia habitual del partido. "Ellos han hecho de la audacia su principal ADN politco", señala el experto, que explica que la movilización les servirá como forma de tomar la temperatura de la calle. No obstante, el asesor de comunicación alerta de que la cúpula del partido "tiene que ir graduando los esfuerzos, si no 2015 se les va a hacer eterno".
El peligro de que esta movilización se convierta en un arma de doble filo es alto, según Fernández-Albertos, que recuerda que "siempre es muy controvertido" el criterio para considerar que una marcha ha sido un éxito o un fracaso. "Muy pocas veces la opinión pública se forma una idea contundente; las interpretaciones de cada uno son muy sesgadas y dependen de si está a favor o en contra", explica en este sentido el investigador. Por ello, el experto prefiere interpretar la movilización en clave interna.
"Veo más claro que la intención sea cohesionar las demandas expresivas de las bases", señala en este sentido. Y es que, según afirma, esta marcha puede calmar a la militancia que no está de acuerdo con que Pablo Iglesias y su equipo se hayan hecho con todo el poder interno de la organización. Para Podemos "es importante tener bases movilizadas y fieles, aunque estén en desacuerdo con algunos puntos, sin tener que cederles poder organizativo", remacha el experto.
La interpretación de Barreiro también gira en torno al partido más que en torno a sus objetivos. “La convocatoria de la manifestación es algo extraña", asegura, "porque Podemos se presenta como el vehículo del cambio, pero han convocado una manifestación para apoyar al instrumento de ese cambio, al propio partido". "El objetivo de una manifestación es limpiar el sistema, terminar con la desigualdad", señala Barreiro, que considera un error realizar la marcha tal y como se ha convocado. "Podemos no debería ser una causa: difunde una causa", remacha.
Se nota en los periódicos, las radios y las televisiones: en las últimas semanas, los principales dirigentes de Podemos han disminuido sus apariciones mediáticas y han dado paso a nombres secundarios de la formación. Incluso el propio partido reconoce que ha habido un cambio de estrategia, y lo achacan a la necesidad de "dar cabida a otras voces" que se expresen en nombre de Podemos.