Izquierda Unida no sabe cómo escapar de su laberinto. Unas expectativas electorales desgastadas, el fantasma de Podemos atenazando su horizonte, una dirección federal en estado de shock, una división palpable respecto a la política de convergencia y una fenomenal guerra en Madrid están empantanando su acción política desde hace meses. Sin que se perciba una salida clara cuando quedan apenas 55 días para las elecciones municipales y autonómicas, en las que se juega el todo por el todo, su propia supervivencia. Un escenario preñado de incertidumbres al que este domingo se sumó un nuevo elemento. Insólito, imprevisto: la Presidencia Federal aprobó la propuesta de no dar su "respaldo" a la candidata al Ayuntamiento de la capital, Raquel López. Lo hizo por una mayoría muy ajustada (21 votos a favor, 17 en contra y 4 abstenciones) que hizo aflorar una cúpula partida en dos. En el bando del sí, el secretario de Organización, Adolfo Barrena; el líder del PCE, José Luis Centella, y el candidato a la Moncloa, Alberto Garzón, y sus federaciones afines. En el bando del no, los cercanos al coordinador, el aparato madrileño e Izquierda Abierta. Y en medio, Cayo Lara. No votó. Se quedó en tierra de nadie.
Lara no actuó así de forma gratuita. Lo hizo para situarse "por encima del conflicto", para no comprometerse con ninguna de las partes, según explicaban fuentes de la dirección. Pero su alternativa no por ello dejaba de ser llamativa por contraste con lo que hicieron pesos pesados de IU y del PCE: Barrena, Centella, Garzón y Antonio Maíllo, el líder de la federación más potente, la andaluza. Su no voto le colocaba en el punto de mira.
El cuestionamiento del coordinador y del resto de su equipo tiene ya un largo recorrido, especialmente cuando se recrudecía la contienda en Madrid y las semanas pasaban y pasaban sin que, a juicio de los críticos, se resolviese nada y se diese un puñetazo sobre la mesa. Le pedían que interviniera la federación madrileña, que pusiera orden, pero Lara siempre se mostró reacio, convencido de que tomar el control de un territorio desde Olimpo, la sede federal, no solucionaría el conflicto. Le afeaban que no actuara con contundencia contra la clase dirigente de IU-CM, a la que una resolución aprobada en diciembre por la Presidencia Federal le reprochaba haber incurrido en "actuaciones políticas no acordes con el código ético y la práctica política de IU" por su papel en Caja Madrid y Bankia. Los señalados eran los portavoces en el Ayuntamiento y la Asamblea, Ángel Pérez y Gregorio Gordo, que fueron expulsados, aunque no apartados de las instituciones. Aunque no estaba en juego sólo eso, sino también la política de convergencia.
Los dirigentes más próximos a Lara, y las federaciones más apegadas a él, al igual que Izquierda Abierta –el partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz–, han venido sosteniendo que subyacen más razones para explicar el acaloramiento y la crispación internas: una "lucha por el poder", protagonizada por Garzón y "parte del PCE", con el propósito de "dinamitar" IU y de entregarse a Podemos.
Las interpretaciones de lo que está ocurriendo en IU divergen, como son divergentes los análisis de lo que está ocurriendo en España y de qué significa el "cambio". Pero más allá de las lecturas de unos sectores y otros, lo cierto es que la federación atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia, atravesada por varios conflictos y con un líder, Cayo Lara, que pasó de los tiempos plácidos en los que logró apaciguar IU y hacerla remontar desde sus resultados más bajos –los de 2008– a una época en la que su posición central flaquea.
Rápida respuesta de los afectados
Es pronto para saber las consecuencias del último giro. El operado este domingo. Tras un largo y enconado debate, Barrena propuso un texto en el que se subraya que la candidatura al Ayuntamiento de Madrid, elegida por el Consejo Político Regional el pasado viernes, no goza del "respaldo" de la Presidencia Federal y urge a la creación de una mesa de diálogo que dirima las diferencias y sea capaz de tejer una solución. La raíz del problema está en que quien ganó las primarias al Ayuntamiento en noviembre, y que hizo tándem con Tania Sánchez, fue Mauricio Valiente.
La primera se marchó de la organización, frustrada, dijo, porque no le habían dejado desplegar su proyecto. Su reemplazo fue el poeta Luis García Montero. La cuestión de la lista local ha traído más cola. IU federal exigió un referéndum para que las bases se pronunciaran sobre la entrada en Ahora Madrid, el partido instrumental entre Ganemos y Podemos. Tras días de tira y afloja, no hubo acuerdo a tres bandas, entre la dirección de Lara, la cúpula regional y el sector de Valiente. IU-CM acabó organizando su consulta sin el amparo del federal. Salió no. Valiente insistió en su apuesta y, como el reglamento de las primarias de Ahora Madrid exigía a los candidatos dejar el carné de militante en caso de que su formación compitiese en las urnas, tuvo que darse de baja. López fue su sustituta.
El coordinador andaluz de IU, Antonio Maíllo, con la secretaria federal de Programa, Marga Ferré, durante la Presidencia de este 29 de marzo | EFE
El planteamiento de Barrena concitó los apoyos de Centella, Garzón y Maíllo (Andalucía). Pero también de dirigentes ligados al PCE (Fernando Sánchez, Lola Sánchez), al candidato a la Moncloa (Lara Hernández, Clara Alonso, Fran Pérez, Marga Ferré, Alberto Arregui, Isabelo Herrero) y las federaciones alineadas con él –Galicia (Yolanda Díaz), La Rioja (Henar Moreno), Cataluña (Ramón Luque, Diosdado Toledano), Murcia (José Antonio Pujante) o Canarias (Ramón Trujillo)–. Votaron en contra los representantes de Madrid, Castilla-La Mancha (la federación de Lara), Castilla y León, Extremadura (próximas a Llamazares), Asturias e Izquierda Abierta. Se abstuvieron Navarra, Melilla y Manuel Fuentes, secretario de Política Municipal de la ejecutiva federal, muy cercano al coordinador. Y no votaron Cayo Lara y el exeurodiputado Willy Meyer y, según algunas fuentes asistentes a la reunión, la coordinadora valenciana, Marga Sanz.
La resolución, como se esperaba, provocó una reacción inmediata de los afectados, IU-CM. La coordinación colegiada que dirige la federación aseguró que el texto carecía de "legitimidad democrática" y que no había razón "política o estatutaria" alguna para apartar a Raquel López, pues Madrid había cumplido con "todos los requisitos y recomendaciones formulados por IU federal". Y advirtió de que no pararía sus planes: esta semana empezaría a hacer campaña "en todos los ayuntamientos".
La mayoría de IU-CM acudirá a los tribunales
Más duros fueron los comunicados de las partes. Compromiso Colectivo –la plataforma que apoyó a Raquel López y José Antonio Moreno en las primarias al Ayuntamiento y a la Comunidad, y que agrupa a la vieja guardia, nucleada en torno a Ángel Pérez, y al sector afín al exsecretario de Organización federal Miguel Reneses– lanzó una dura nota en la que anunció que acudiría a los tribunales para "defender" la lista de IU al Consistorio de la capital. Y señaló a Adolfo Barrena: con esta decisión, dijo, "se pone del lado de quienes abandonaron el barco frente a quienes siguen defendiendo, por tierra, mar y aire, a IU", decisión que "vulnera" los estatutos. Con esta "cacicada", se pone "en peligro la existencia misma de IU no sólo en Madrid sino en el conjunto del Estado". Por si quedaban dudas, afirmó que IU-CM "presentará sus candidaturas aprobadas por el Consejo Político Regional" del viernes pasado. Esto es, la lista municipal de Raquel López y la autonómica de Luis García Montero. Compromiso Colectivo cuenta con la mayoría en los órganos de dirección regionales.
También respalda ambas planchas Espacio Plural, el grupo vinculado al dirigente madrileño Julián Sánchez-Vizcaíno. En su comunicado, denunció que "se vulnera la voluntad democrática de las bases de IU, legítimamente expresada, y se pretende dejar sin referencia institucional en la capital del Estado a IU, lo que no puede sino favorecer a otros proyectos políticos". Añadió que las consecuencias "no pueden ser otras que la de perjudicar seriamente las perspectivas electorales de IU-CM en el momento más difícil de su historia y, por tanto de toda IU", y serán "responsabilidad de quienes temerariamente han adoptado esa decisión".
Pero quizá Izquierda Abierta fue la facción más dura. Habló de "asalto e intento de golpe de Estado a las decisiones de los órganos y de la militancia de IU-CM". "La ejecutiva federal de Izquierda Abierta cree que Izquierda Unida asiste a un incendio provocado y a una voladura controlada por una parte de la dirección del Partido Comunista de España (PCE), que se siente incapaz de competir ni en lo político y externo, con Podemos". En su objetivo, Centella y Garzón, a quien atribuyen el "fracaso" de la política de convergencia. IzAb ha venido apoyando en los últimos meses a IU-CM. García Montero pertenece a este espacio, y su colíder, Montse Muñoz, le acompañará de número dos en lista autonómica.
En lo que a priori no hay disposición es al diálogo. Dirigentes de IU-CM consultados por este periódico consideraban ayer "muy difícil" sentarse a la mesa, y menos con Barrena, que con su "actuación partidaria", habría perdido "por completo cualquier capacidad de interlocución".
"Frenar la deriva a la derecha"
Los próximos a Garzón no comparten de ningún modo esa lectura. Niegan la mayor, que quieran "entregar" IU a Podemos. Creen que la mejor forma de defender su supervivencia es apostar por la "unidad popular", lo que no significa diluirse en la formación de Iglesias. "Lo que hizo la Presidencia Federal fue frenar la deriva a la derecha de esta organización y parar a aquellos que pretenden cuestionar la política aprobada en la X Asamblea, la que celebramos en diciembre de 2012 –sostiene una dirigente miembro de la ejecutiva–. Intenta reactivar IU y situarnos en la perspectiva de querer cambiar el país", el santo y seña del candidato a la Moncloa, responsable de la cartera de Proceso Constituyente y Convergencia desde el pasado verano.
Cayo Lara, durante la reunión de la Presidencia Federal de este 29 de marzo | EFE
En los pasillos de Olimpo se oía un lamento similar por parte de algunos dirigentes territoriales. "No me siento reconocida por esta dirección. Es que no se enteran de lo que está pasando en este país, y que no podemos quedarnos al margen", apuntaba una de ellas. Otro miembro de la Presidencia que se conoce muy bien la casa apunta al debate "latente" que existe desde las europeas, el que confronta dos modelos de organización y dos modelos de convergencia, que encarnan, de un lado, los más próximos a Garzón –que a su vez cuenta con potentes aliados, como Centella y Maíllo y los jefes de los territorios de mayor peso–, y de otro, el núcleo más próximo al coordinador y las federaciones que le son más leales. A ello se han sumado las "críticas" al conjunto de la dirección federal por cómo se ha conducido el conflicto en Madrid, "dejándolo pudrir", sin atajarlo. Se responsabiliza a la cúpula –hasta enero Reneses era el secretario de Organización, "juez y parte" para sus detractores–, aunque también se duda directamente de Lara.
"Cayo se ha cuestionado a él solito. No podemos tener líderes sin posición. Lo positivo es que tenemos a Alberto Garzón que es, de facto, el nuevo líder. Cayo sabe que está tocado, y no puede no apoyar a su secretario de Organización, como hizo hoy [por este domingo]. Además, no ha entendido lo que ha supuesto Podemos", indica una dirigente ahora muy crítica con Lara pero que le reconoce su trabajo hecho desde que accedió a la cima de IU, en 2008.
¿Asamblea federal?
En el debate de la Presidencia se coló la pertinencia o no de convocar una asamblea federal para proceder a un relevo en la cúpula. Es decir, un adelanto sobre el calendario previsto (diciembre de 2016). Willy Meyer señaló que cuando se producen diferencias tan profundas, conviene dar la voz a la militancia, aunque ahora no sea el momento por la sucesión de citas electorales. La gallega Yolanda Díaz también apuntó a la conveniencia de un nuevo cónclave. Y no está sola. Algunos dirigentes de la órbita de Garzón consideran que será necesario convocarla si el 24-M depara un desastre. "En esas condiciones, no podríamos ir así a generales", expresa un miembro de la ejecutiva. Para otros, el debate sobre el liderazgo de Lara no está tan abierto, y consideran que su opción de mantenerse al margen de la votación de este domingo fue "acertada".
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Un colaborador muy cercano del colaborador no le ve "tocado", aunque sí "preocupado" por el conflicto. "Él es un responsable nato. Que dimita, no lo veo", afirma este responsable, para quien la Presidencia, no obstante, no dio la razón a los críticos de IU-CM: "No se avala ni a Raquel ni a Mauricio Valiente".
Los movimientos de los próximos días serán decisivos, y quizá haga falta reunir de nuevo a los órganos federales. El calendario, no obstante, seguirá corriendo. Mañana martes el BOE publicará el decreto de convocatoria de los comicios del 24-M. Y lo que está claro es que hay una fecha tope marcada en rojo: lunes20 de abril. Ese día todas las candidaturas deberán estar presentadas ante la Junta Electoral.
Izquierda Unida no sabe cómo escapar de su laberinto. Unas expectativas electorales desgastadas, el fantasma de Podemos atenazando su horizonte, una dirección federal en estado de shock, una división palpable respecto a la política de convergencia y una fenomenal guerra en Madrid están empantanando su acción política desde hace meses. Sin que se perciba una salida clara cuando quedan apenas 55 días para las elecciones municipales y autonómicas, en las que se juega el todo por el todo, su propia supervivencia. Un escenario preñado de incertidumbres al que este domingo se sumó un nuevo elemento. Insólito, imprevisto: la Presidencia Federal aprobó la propuesta de no dar su "respaldo" a la candidata al Ayuntamiento de la capital, Raquel López. Lo hizo por una mayoría muy ajustada (21 votos a favor, 17 en contra y 4 abstenciones) que hizo aflorar una cúpula partida en dos. En el bando del sí, el secretario de Organización, Adolfo Barrena; el líder del PCE, José Luis Centella, y el candidato a la Moncloa, Alberto Garzón, y sus federaciones afines. En el bando del no, los cercanos al coordinador, el aparato madrileño e Izquierda Abierta. Y en medio, Cayo Lara. No votó. Se quedó en tierra de nadie.