El vicepresidente de la Comisión Europea Joaquín Almunia ha afirmado este viernes que le gustaría que el próximo Ejecutivo comunitario lo presida el 'popular' Jean-Claude Juncker, porque su los ciudadanos han votado en función de los candidatos que han propuesto los partidos y "nadie tiene poder ni capacidad democrática" para ir en contra de esa decisión.
En declaraciones a la cadena Ser recogidas por Europa Press, Almunia ha calificado de "aldabonazo tremendo" los resultados de las elecciones en España, y los ha atribuido a las consecuencias de la crisis, que aún deben ser "corregidas", pero también a otros factores exclusivos de la política española, como "el desprestigio" de la política española por los casos de corrupción y una forma de hacer política que no gusta a los ciudadanos.
No obstante, el también exsecretario general del PSOE no ha querido pronunciarse sobre qué debe hacer su partido o su actual líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, argumentando que no está en la política interna del PSOE en este momento.
Para Almunia, los resultados en el conjunto de la UE reflejan una "Europa con gran desazón, con inquietudes y sin ver un futuro claro", sin confianza en las instituciones europeas y, en muchos casos, tampoco en sus instituciones nacionales.
Seguir igual "sería suicida"
Por eso, cree que para cualquier fuerza o cualquier responsable político "sería suicida" seguir actuando "como si nada hubiera ocurrido". El Parlamento Europeo estará mucho más fragmentado, ha dicho, pero su funcionamiento a la hora de aprobar medidas seguirá siendo "similar", con muchos grandes acuerdos entre el PP y el PSOE, porque en la Eurocámara no hacen falta mayorías cualificadas y porque los temas que se tratan hacen que socialdemócratas y 'populares' voten juntos en muchas ocasiones.
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Así, ha dejado claro que, más que el funcionamiento de la Eurocámara, lo que le preocupa de estos resultados es "hasta qué puntos los argumentos euroescépticos y xenófobos van a contaminar la orientación de los gobiernos" nacionales.
Almunia considera que la "distancia" y la "incompresión profunda" entre los ciudadanos y las instituciones europeas no es consecuencia sólo de la crisis, recordando que ya el Tratado de Maastrcicht (1996) tuvo problemas para salir adelante y que en 2006 Francia y Países Bajos tumbaron la Constitución europea.
El vicepresidente de la Comisión asume que las instituciones europeas tienen responsabilidad en ese distanciamiento, porque "hay cierta tendencia a vivir encerrados" en su "juguete", sin ver cómo se reciben sus medidas por los ciudadanos, pero cree que también los Gobiernos nacionales han pecado de una "visión alicorta y a veces egoísta" pensando que "sólo defendiendo los intereses nacionales pueden salir adelante".
El vicepresidente de la Comisión Europea Joaquín Almunia ha afirmado este viernes que le gustaría que el próximo Ejecutivo comunitario lo presida el 'popular' Jean-Claude Juncker, porque su los ciudadanos han votado en función de los candidatos que han propuesto los partidos y "nadie tiene poder ni capacidad democrática" para ir en contra de esa decisión.