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9J | ELECCIONES EUROPEAS

Del fantasma del pucherazo a las patrañas sobre la covid: así extiende Alvise en redes su 'trumpismo a la española'

Un cartel de la campaña de Luis Pérez (conocido como Alvise) para concurrir a las europeas.

Más de 800.000 españoles creen que no viven en una democracia occidental consolidada. Sospechan que en cada cita electoral hay pucherazo. Que los políticos, los jueces y los medios conforman un "sistema criminal" que solo sirve para perpetuar la corrupción robando recursos a los ciudadanos que tienen que pedir "créditos al consumo" para lograr sobrevivir cada mes. Votantes que creen que Pedro Sánchez debería estar ya en prisión, aunque no exista ningún tipo de condena ni causa penal abierta contra él. Y que debe ir a una cárcel para 40.000 corruptos "sin piscina y sin gimnasio". Gente que teme que Marruecos, "el principal enemigo geoestratégico de España", va a invadir Canarias antes de 2030. O que el apoyo del Gobierno a Ucrania acabará con la muerte de miles de soldados españoles solo por los intereses de "potencias extranjeras".

La sorpresa de las elecciones del 9-J, Se Acabó la Fiesta (SALF, tres escaños), se ha negado a hacer público su programa electoral. Su líder, Luis Alvise Pérez (34 años), considera que no merece la pena. Que solo serviría para que los medios tradicionales, una de las patas de ese sistema corrupto que denuncia -del que también forman parte los partidos tradicionales, los jueces y las empresas del Ibex- lo retuerzan y le den la vuelta interpretándolo en su contra. "Si quieren que explique mi programa que me llamen o se pasen por mis mítines", dice. "Soy el candidato más censurado de España". Sin embargo, sus canales de Instagram (910.000 seguidores), Telegram (513.000) y sus apariciones y entrevistas en canales conspiracionistas de Youtube, dan idea de su ideario y demuestran que el trumpismo, tantas veces riduculizado como un fenómeno típico estadounidense, también existe en España.

Denunciar ese conglomerado delincuencial es el principal objetivo de este exasesor de Ciudadanos que, previamente, pasó por el desaparecido UPyD. Pero lo quiere denunciar a su modo, con palabras gruesas, insultos y datos no contrastados y a menudo falsos. Por eso, uno de sus objetivos declarados para concurrir a las europeas era obtener su aforamiento ante el Tribunal Supremo. "La prensa vasca llamándome 'ultraderecha' y pidiendo al juez que tome medidas contra mí por publicar cómo el 99% de los detenidos por violencia o agresión sexual en las fiestas de Bilbao eran inmigrantes ilegales", decía en su canal de Telegram el 12 de marzo. "Si consigo el aforamiento europeo podré filtrar toda documentación similar sin capacidad de esta mafia de incoar diligencias contra mí". Esa protección, que conseguirá en cuanto tome posesión, no es pues, según dice, en beneficio propio. Aunque Alvise tenga varias causas abiertas contra él.

Pese a los extraordinarios resultados obtenidos –que por ahora no ha cuestionado– Alvise ha jugado desde el primer momento la carta del fraude electoral, como hizo Donald Trump en las elecciones de 2020. Asegura que, antes de los comicios, imprimió 2,5 millones de papeletas de su candidatura para repartirlas entre sus simpatizantes ante el riesgo de que alguien las quitara de los colegios. SALF ha pedido a sus electores que no recurran al voto por correo porque "ya se sabe quién gestiona Correos". También ha lanzado sospechas sobre Indra insinuando que podría falsear el recuento. La empresa tecnológica, en realidad, no cuenta votos, sino que solo aporta el soporte tecnológico para transmitir los datos.

Durante la jornada de reflexión, mediante un recurso a la Junta Electoral, llegó a difundir que la obligatoriedad de dar los datos del recuento no antes de las 11 (hora de cierre de los últimos colegios electorales en otros países de la UE) suponía un "apagón electoral" que ofrecía "tres horas de ventaja a Pedro Sánchez" y lo denunció ante la Junta Electoral. El Gobierno respondió que esa queja suponía "desconocer cómo funciona el sistema electoral español" y que contribuía "a generar una desconfianza en el sistema muy peligrosa". Alvise también hizo un llamamiento para que los votantes fotografiaran las actas de cada colegio electoral y lo mandaran a un chat de Telegram puesto en marcha por él para hacer un recuento paralelo.

Una cárcel para Pedro Sánchez

Alvise Pérez cree Pedro Sánchez debería ya estar en la cárcel y ese es uno de sus principales objetivos, que ingrese prisión. Asegura, sin dar muchos detalles, que "expertos juristas" le han dicho que ya hay suficiente materia para ello. En varias entrevistas ha afirmado que ya tiene el ojo echado a "unos terrenitos" al este de Madrid donde construirá una cárcel para 40.000 personas "sin piscina ni gimnasio". "Bukele se queda corto", dice en referencia al presidente de El Salvador, que ha abierto centros penitenciarios para sicarios en un estricto régimen que vulnera sus derechos. "La ONU y los organismos de derechos humanos vendrán a quejarse, pero si lo hacen los meto en un barco y se los mando", ha dicho en una de sus entrevistas. También se ha mostrado a favor de una reforma constitucional que permita introducir los trabajos forzosos como pena.

Los candidatos de extrema derecha al Parlamento Europeo están divididos sobre el apoyo inquebrantable que la UE ha prestado a Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia. En Bruselas también preocupan los ataques informáticos de Moscú y sus andanadas de guerra híbrida, como el envío masivo de inmigrantes a las fronteras de la UE. Alvise se encuentra entre los que creen que ese apoyo debería acabar. Vaticina además en sus entrevistas que, si sigue adelante, miles de soldados españoles morirán en una guerra que no es suya y que solo sirve a los intereses de potencias extranjeras. Nadie en el Gobierno ha hablado hasta el momento de enviar tropas a territorio ucraniano.

Para el eurodiputado electo, el verdadero enemigo de España es Marruecos. En los meses previos a las elecciones ha llegado a asegurar que Rabat invadirá Canarias antes de 2030. También ha afirmado que el vecino africano no solo ha espiado a "la clase política" española mediante el software israelí Pegasus, sino también a miles de ciudadanos. El régimen de Mohamed VI, además está robando "nuestra riqueza" en el fondo marino de ese archipiélago e intimida al Gobierno "con ejercicios militares e invasiones de cientos de miles de inmigrantes ilegales". Y Pedro Sánchez está metido en una suerte de conspiración con él. "Israel y Marruecos te tienen chantajeado", escribió en un post en Telegram dedicado al presidente el pasado 27 de abril. Todo ese discurso con clásicos ultras antiinmigración, la petición de la "deportación masiva e inmediata" de todos los irregulares y la "militarización de nuestra frontera sur".

Teorías conspirativas

Su campaña también ha coqueteado con teorías conspirativas como los de los antivacunas, advirtiendo en sus redes sobre las consecuencias negativas para la salud de la prevención contra la covid-19 y de supuestas resoluciones judiciales que, según su discurso, así lo demuestran. Sobre los atentados del 11-M sostiene que "la versión oficial es mentira y que todo el mundo lo sabe". Sugiere que los Gobiernos de Francia y Marruecos estuvieron involucrados y que España lo ocultó para no enfrentarse a esos países.

La sexta fuerza más votada en las elecciones europeas celebró el enorme éxito obtenido en dos discotecas madrileñas. Exultante, animado, Alvise se dejó grabar en varios vídeos con sus amigos. Entre ellos se encontraba Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás. Los dos tenían mucho que festejar. El Pequeño Nicolás, su reciente absolución en el Supremo por la rocambolesca historia que protagonizó tras hacerse pasar por emisario y enlace con el Gobierno del rey Felipe VI en 2014. Alvise, su aforamiento que, según su narrativa, le permitirá acabar con la omnipresente corrupción que él y sus fieles ven a su alrededor con total inmunidad y encabezar el último experimento de la alt right americana, pero a la española.

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