LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Andalucía impone su ley y da oxígeno a Rubalcaba

2

Andalucía de principio a fin. Andalucía y, más concretamente Susana Díaz, impuso sus normas en la Conferencia Política del PSOE. Desoyó las presiones que se habían multiplicado en los últimos días, procedentes de distintas esquinas del partido, y siguió hasta el final con su trayectoria prefijada y estudiada: de la convención socialista no iba a salir fecha de las primarias abiertas para elegir candidato presidencial, y no salió. Quiso abordar, siquiera someramente, el modelo territorial, y salió. Veía con reticencias que se aprobaran la elección directa del secretario general por las bases sin pasar antes por un congreso, y su tesis, que compartían otros territorios, prosperó. Andalucía, con ese itinerario, se alineó con Ferraz y facilitó de nuevo una bombona de oxígeno a Alfredo Pérez Rubalcaba. Decidió así mantener el statu quo, el juego de equilibrios que ha ido funcionando y engrasando la maquinaria del partido desde el congreso de Sevilla de 2012. Aunque también dejó meridianamente claro que lo que demanda de Rubalcaba no es inmovilismo, sino "impulsar los cambios". Y sin demoras. 

El secretario general, a su vez, logró mantenerse a flote tras la Conferencia Política y salir airoso de un envite que no se presentaba del todo fácil para él, dada la cadencia de malas noticias de las últimas semanas. Respira. Ayer sábado, 9 de noviembre, la ayuda de Andalucía, a favor de la estabilidad, se probó vital, porque no hay que olvidar que su fuerza, traducida en números, representa el 25% del partido. Rubalcaba dobló así el brazo al sector crítico, a federaciones de peso como Madrid o Castilla-La Mancha (y también Extremadura) que habían intentado explorar la posibilidad que de esta convención emergiera un calendario orientativo. Territorios que, a su vez, no se sentían perdedores, en la medida en que sentían que habían conseguido su objetivo "principal": "Que se hablara de las primarias, cosa que no estaba clara al principio, y que el próximo Comité Federal sea el encargado de fijar el calendario", según expresaban, en un análisis muy compartido, los socialistas madrileños y manchegos. 

El poderío de Díaz, su consagración como un auténtico peso pesado de todo el PSOE, se evidenció en los gestos, en su discurso inaugural, en su papel de factótum entre bambalinas, y hasta en las fotos y fotos que se hizo con participantes e invitados a la Conferencia, que la requerían insistentemente y la recibían como una lideresa (más que baronesa, que lo será ya en breve, en su congreso regional del 23 y 24 de noviembre). Ella, vestida ayer de vaporoso blanco y negro, no hizo el paseíllo de otros secretarios generales y posibles candidatos, no se vio acorralada por las cámaras y los micrófonos en busca de una declaración a la entrada del Palacio Municipal de Congresos, sede de la convención. Ella, como presidenta de la Junta de Andalucía, y Javier Fernández, como jefe del Ejecutivo asturiano, desayunaron con Rubalcaba y con el primer secretario del PSC, Pere Navarro. Luego, los cuatro se dirigieron juntos, al plenario. De ese café matinal, solicitado por el secretario general y hecho a la vista de todos, salió el compromiso de defender la "unidad" del partido, según uno de los participantes. Y esa palabra, "unidad", nutría los discursos de apertura de Díaz, Fernández y de Elena Valenciano, la vicesecretaria general. El secretario general, tras la inauguración, adoptó un perfil bajo, discretísimo –apenas se dejó ver–, lo que situó todos los focos en la nueva baronesa

"A Susana no le interesan ahora las primarias"

"Todo, absolutamente todo, estaba en su discurso". Hacía esta reflexión en los pasillos un altísimo cargo de la federación andaluza. Y "todo" lo que estaba en la intervención de la presidenta era, de un lado, el subrayado a sus compañeros de que para "ganar" al PP no son "sólo las primarias" lo que hace falta, sino "muchas más cosas", y que a la Conferencia se venía a pensar en los "intereses de los ciudadanos", y no los objetivos "individuales". De otro, el apoyo al PSC –"¡Os necesitamos!"–, con lo que se cierra la posibilidad de la ruptura, aunque enfatizó, como viene haciendo, que el PSOE debe defender la "unidad de España" sin fisuras, y enarbolar la bandera de la "igualdad y la no discriminación entre territorios". "Todo esto lo digo desde el cariño", le vino a decir Díaz a Navarro en el café de la mañana. El primer secretario correspondió: "La mano tendida es mutua". Díaz cosechó lisonjas de todos los sectores. Hasta el patriarca del partido, Felipe González, asumió que su discurso había conseguido "ilusionar" a la parroquia socialista.

Díaz fue la más ovacionada, aunque no le anduvo a la zaga Fernández, cuya intervención fue celebrada por la "profundidad ideológica" y por su discurso contra los nacionalismos, "todos los nacionalismos", el españolista y el separatista, como recalcaba un dirigente catalán. El presidente asturiano subrayó que la seña de identidad de los socialistas no son las "banderas" o los "símbolos", sino la España "más integradora, fraterna y solidaria". Valenciano apuntaló ambos discursos y nucleó su arenga en torno a la idea del "proyecto". La dirección federal, de hecho, se congratuló de la "química" y afinidad de los tres parlamentos y de la sintonía de estos "con el auditorio". 

El "proyecto". Eso es lo que al final de la jornada sobresalió. Tal y como quería la dirección federal y tal y como garantizó Andalucía. Fuentes de la dirección regional reconocían que eran conscientes de los cruces de contactos y de encuentros entre barones de las últimas semanas, de los últimos días, capitaneados por Tomás Gómez en Madrid, Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha y Guillermo Fernández Vara en Extremadura. Los tres, de hecho, fueron los que se mostraron más críticos y ansiosos a la entrada, por la mañana. Otros secretarios regionales demandaban, ante todo, "certidumbre", que pronto se ponga fin a la agonía del eterno debate sobre la fecha. "Pero nosotros siempre hemos mantenido lo mismo, que esta era la Conferencia de las ideas, no de los calendarios", ratificaba un responsable de la estricta confianza de Díaz. En la posición de Andalucía influye, sin duda, el hecho de que Díaz aún necesita consolidarse como presidenta y asumir las riendas de la federación y digerir esa tranquilidad tras la guerra de guerrillas del periodo de Griñán. "A ella no le interesan ahora para nada las primarias. Necesita asentarse y lo que menos bien le viene a Susana es el lío, que encima pondría el riesgo la unidad de Andalucía", manifestaba un colaborador suyo.

La contribución fue "precipitar" los tiempos

Pero Andalucía no da un cheque en blanco. La presidenta mostró en su discurso apoyo a Rubalcaba y a la ejecutiva federal para "impulsar los cambios que el PSOE necesita". Como explicaban en su entorno, lo que quiere la federación más poderosa es que el secretario general imite a José Antonio Griñán, que promueva él mismo la renovación, y que sea él el que "proponga una hoja de ruta completa", que ponga fecha a todos los procesos de primarias (a generales, a autonómicas y a municipales) y a que lo haga ya, en el Comité Federal que se reunirá en diciembre o enero. "De ese Comité Federal no se escapa", sentenció este alto cargo andaluz, advirtiendo de que Andalucía no le sacará más las castañas del fuego a Rubalcaba. La ponencia asumió ese principio: la dirección, nada más arrancados los trabajos de la Comisión de Modelo de Partido, propuso una enmienda transaccional por la que concretaba que el reglamento completo de las primarias y el calendario se aprobará en el primer Comité Federal que suceda a esta convención. 

La derrota de aquellos que querían primarias ya se visualizó en la votación de esas pocas enmiendas que pedían el adelanto, básicamente de Madrid, Palencia y del diputado Odón Elorza, de Foro Ético. Descolgados, Castilla-La Mancha y Extremadura. Se tumbaron de forma "aplastante", según relataron desde la cima del PSOE. Ni siquiera los posibles aspirantes (Patxi López, Carme Chacón y Eduardo Madina) hicieron guerra por la fecha a su entrada: optaron por el perfil bajo y las palabras cautas. De ellos, Chacón fue la que más se dejó querer (y fotografiar) por las cámaras. 

El debate de la fecha, pues, salió de la Conferencia. No obstante, varios dirigentes consultados, de distintas federaciones, señalaban que existía un compromiso "implícito" entre varios barones para defender una fecha orientativa de consenso. Así, las primarias podrían celebrarse "en el primer semestre de 2014" o poco después. Ello significa que no triunfaría la tesis de Gómez y García-Page de convocarlas para antes de las europeas, pero también que los tiempos no se demorarían en exceso. Una fecha posible podría ser junio-julio de 2014, aunque los inconvenientes son claros: la cercanía del verano y de las elecciones europeas de mayo. El calendario más plausible, con todo, sigue siendo otoño de 2014. Andalucía, sin embargo, quiso subrayar que no formaba parte ni avalaba esas conversaciones, como se había difundido anoche en una televisión. "Que nadie utilice el nombre de Andalucía y de la presidenta de la Junta. Lo que queremos es que el proceso no se dilate y que lo lidere la ejecutiva federal", sentenciaron desde la cúpula regional. 

Madrid y Castilla-La Mancha, mientras, se apuntaron el tanto. "Nada de esto se hubiera movido si no llega a ser por la presión, sobre todo, de Emiliano y de Tomás. Es un triunfo que se decida en el siguiente Comité Federal, porque Ferraz era reticente", aseguraban con palabras casi calcadas en ambos territorios. "Si no hubiéramos hecho estos movimientos, nos iríamos a unas primarias en 2015". Un parlamentario manchego señalaba que el principal éxito de esa operación fue "precipitar las cosas". 

La cúpula federal, ciertamente molesta, insistió ayer en todo momento que "siempre" estuvo en su mente, y así lo explicitó, que el próximo Comité Federal, el de diciembre-enero, pariría la hoja de ruta, y por tanto no actuó bajo "presión" de nadie. Y recordaban que el secretario de Organización, Óscar López, reunió a sus homólogos el viernes por la noche para reiterarlo y para frenar la rebelión de los barones. En los rostros del núcleo duro de Rubalcaba se podía ver, ciertamente, el gesto de declarada satisfacción en las últimas horas del día. 

¿Fin de la etapa Rubalcaba?

Susana Díaz pide que no se hable sólo de primarias y defiende la alianza con el PSC

Ver más

Del universo primarias, sí se llegó a un consenso en otro asunto: a propuesta de Ferraz, se rebaja el número de avales necesario para competir del 10% al 5%, lo que en la práctica se traducirá en que los candidatos precisarán lograr unas 11.000-12.000 firmas para presentarse. Asimismo, cualquier mayor de 16 años podrá elegir al cabeza de lista (y si es militante de Juventudes Socialistas, desde los 14). Está por ver si el procedimiento se hace a una o dos vueltas. Se deja, de nuevo, para el Comité Federal.

Segunda victoria andaluza: la elección del líder por las bases, el principio de "un militante, un voto". El aparato andaluz también echó el freno desde el principio a esa propuesta, con el argumento de que sólo podía aprobarse una modificación tan sustancial en un congreso, pues otro congreso, el de Sevilla, en 2012, la rechazó. La dirección federal, que fue quien oficializó la apertura de ese debate, también compartía ese criterio, consciente de que un secretario general designado por la militancia adquiriría un poder enorme que hacía obligatorio pensar en fórmulas de contrapeso. Otras federaciones querían ir más rápido. Finalmente se impuso la tesis de que sea el próximo cónclave orgánico del partido el que lo discuta y apruebe en su caso

La Conferencia Política, de cualquier modo, supone un antes y un después en la historia del partido. Para unos, los críticos, se cierra la "etapa Rubalcaba", puesto que su liderazgo, interpretaban, tiene los días contados. "En realidad, al no fijar la fecha hoy [por ayer sábado], se está buscando una salida honrosa a Alfredo", como si fuera un funeral "digno". Otros, en cambio, no le daban por muerto. "Ya verás –comentaba jocoso un barón–, Alfredo llegará a ser presidente del Gobierno en 2015. Si no, al tiempo". Rubalcaba clausura este domingo la Conferencia. Pero un anuncio de calado, en clave interna, no está entre las previsiones. 

Andalucía de principio a fin. Andalucía y, más concretamente Susana Díaz, impuso sus normas en la Conferencia Política del PSOE. Desoyó las presiones que se habían multiplicado en los últimos días, procedentes de distintas esquinas del partido, y siguió hasta el final con su trayectoria prefijada y estudiada: de la convención socialista no iba a salir fecha de las primarias abiertas para elegir candidato presidencial, y no salió. Quiso abordar, siquiera someramente, el modelo territorial, y salió. Veía con reticencias que se aprobaran la elección directa del secretario general por las bases sin pasar antes por un congreso, y su tesis, que compartían otros territorios, prosperó. Andalucía, con ese itinerario, se alineó con Ferraz y facilitó de nuevo una bombona de oxígeno a Alfredo Pérez Rubalcaba. Decidió así mantener el statu quo, el juego de equilibrios que ha ido funcionando y engrasando la maquinaria del partido desde el congreso de Sevilla de 2012. Aunque también dejó meridianamente claro que lo que demanda de Rubalcaba no es inmovilismo, sino "impulsar los cambios". Y sin demoras. 

Más sobre este tema
>