La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un programa piloto para permitir que las familias que residen en viviendas de alquiler social y no pueden hacer frente a sus cuotas permanezcan en sus hogares a cambio de trabajos vecinales, como arreglos en los patios de los edificios, tareas de pintado de las escaleras y renovación de instalaciones eléctricas.
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La medida, diseñada por la Consejería de Fomento y Vivienda que dirige Elena Cortés (IU), ha sido presentada este miércoles en Granada, donde residen las cinco primeras familias beneficiadas. Según el delegado de Fomento y Vivienda, Manuel Morales, se trata de personas que "no pueden materialmente" abonar cuotas que oscilan entre los 100 y los 200 euros mensuales.
"La Consejería no desahucia a nadie por no poder pagar", ha añadido Morales, que ha insistido en que "una minoría, aunque lo pretente, no puede materialmente pagar". En los casos presentados en esta primera fase, los afectados atraviesan una situación de desempleo sobrevenido y serán supervisados en sus labores por trabajadores sociales.
La Consejería prevé ampliar paulatinamente esta experiencia a otras familias, toda vez que inspectores comprueben que existen razones justificadas para el impago del alquiler. Actualmente, 350.000 personas viven en Andalucía en inmuebles que pertencen a la Junta, a precios inferiores a los del mercado libre.
La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un programa piloto para permitir que las familias que residen en viviendas de alquiler social y no pueden hacer frente a sus cuotas permanezcan en sus hogares a cambio de trabajos vecinales, como arreglos en los patios de los edificios, tareas de pintado de las escaleras y renovación de instalaciones eléctricas.