El apoyo a Feijóo dentro del PP cae a mínimos desde que sustituyó a Casado

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El nuevo curso político no está sentando bien al nuevo líder del PP. A medida que los electores le van conociendo, se difunden sus propuestas y toma decisiones controvertidas —como seguir bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)—, el apoyo a Alberto Núñez Feijóo se va diluyendo, incluso dentro de su propio partido.

La tendencia es visible en todos los parámetros medidos en las encuestas: su respaldo interno, la atracción de votantes de otros partidos o la distancia con Pedro Sánchez en las preferencias de los votantes.

Durante la primera etapa de Pablo Casado apenas hubo trasvase de voto entre bloques. Izquierda y derecha permanecieron prácticamente inamovibles y las únicas variaciones tenían lugar dentro de cada espacio político: entre PP y Vox y entre Unidas Podemos y PSOE. 

Las cosas cambiaron a partir de la contundente victoria de Isabel Díaz Ayuso en las autonómicas de Madrid de 2021. Se pasó entonces de una transferencia PSOE-PP del 2,1% en abril de 2021, antes de la votación, al 4.1% en junio de 2021.

Las cifras, sin embargo, demuestran que se trataba de una reacción puntual. En julio de 2021 las transferencias volvieron a normalizarse y pasaron otra vez al 2,7% (1,5% en septiembre de 2021). Siguiendo esa pauta, la transferencia de PSOE a PP volvió a crecer en marzo tras las elecciones de Castilla y León, donde el PP fue la fuerza más votada, aunque con menos holgura de lo esperado. La transferencia pasó entonces del 2,3% en febrero al 3,6% en marzo. 

Desde entonces hasta después del verano, ese porcentaje no había dejado de crecer lenta, pero progresivamente. En abril subió al 4,4%, tras la marcha de Casado y la llegada de Feijóo. En mayo, ya con el cambio de líder cerrado, pasa al 5,6%. En junio se mantuvo (5,8%) y en julio, tras el éxito de los populares en Andalucía —de nuevo el factor electoral como catalizador—, esa transferencia de voto del PSOE al PP pasó al 8,3%, el dato más alto de los últimos años.

Fue entonces cuando se produjo la reacción de la Moncloa y del PSOE. Primero con el anuncio de medidas en el debate del estado de la nación y después con una ofensiva contra Feijóo que movilizó a los socialistas por toda España y enfrentó, con éxito, a Sánchez con el líder del PP en el Senado.

El resultado es que el porcentaje de votantes del PSOE que ahora dicen querer elegir la papeleta del PP cae mes a mes. En septiembre, a la vuelta del verano, ya era del 7,6. En octubre bajó al 6,5 y en noviembre, según el último barómetro publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), ya era del 4,8, prácticamente la mitad que en el mes de julio, lo que certifica que el efecto Feijóo se ha desvanecido y que el PP ha vuelto a la casilla de salida.

Si nos fijamos en el porcentaje de votantes del PSOE a los que les gustaría que Feijóo fuese el presidente en estos momentos, una cifra que rozó el 6% en junio, no para de bajar. Hay una caída acusada de octubre a noviembre que ha dejado la cifra actual en un 3,7%, la más baja desde que el PP cambió de líder. 

No es el único indicador en el que Feijóo empeora. Cuando el CIS pregunta a los encuestados a quién prefieren como presidente en estos momentos, si a Pedro Sánchez o a Alberto Núñez Feijóo, siempre gana el líder del PSOE, pero en el barómetro de julio su ventaja se redujo a 1,3 puntos porcentuales. Eso significa que entonces, en pleno despegue del expresidente de la Xunta, estaban en empate técnico.

Esa distancia, sin embargo, se está ensanchando cada vez más. Aumentó a 4,3 puntos en septiembre y a 5,5 en octubre. El último barómetro publicado, el correspondiente al mes de noviembre, dice que ya es de siete puntos. Sánchez está en máximos desde abril (el 22,9% de los encuestados le prefieren como presidente) y Feijóo en mínimos (15,9%).

Entre los que dijeron al CIS que votaron al PP en 2019 también se ha frenado el entusiasmo de los primeros meses. Feijóo llegó a batir récords en comparación con Casado en el mes de julio, impulsado por el extraordinario resultado que obtuvo Juanma Moreno en las elecciones andaluzas. Entonces hasta un 71% de los electores del PP afirmaban que les gustaría que Feijóo fuese el presidente en ese momento. Pero esa cifra también se ha reducido notablemente: en noviembre el porcentaje se quedó en un 59%. La cifra es modesta, pero todavía está por encima de la que obtenía Casado en los últimos meses de su mandato.

Feijóo atrae a menos votantes del PSOE que cuando llegó a la calle Génova y no lo compensa cautivando a un número mayor de seguidores de Vox. Los datos del CIS reflejan que en estos momentos apenas un 18% de quienes apoyaron al partido ultra en 2019 dicen ahora que respaldarán al PP. Es una cifra inferior a la de septiembre (20,8%) y sobre todo muy por debajo de la de julio (28,5%).

La pérdida de peso del PP entre los ciudadanos que se autoubican en el 5 en la escala ideológica que va del 1 (izquierda) al 10 (derecha) también es evidente. Nada más llegar Feijóo a la dirección del PP, el CIS reflejó que por primera vez en años el PP se había hecho con la mayoría de este grupo de electores, el más numeroso del espectro ideológico con casi nueve millones de ciudadanos con derecho a voto.

El PP no ha perdido el primer puesto en este codiciado grupo de electores, pero las cifras indican que sí ha perdido fuelle. Del 26,3% del mes de julio los de Feijóo pasaron a un 23,7% en septiembre y a un 24,2% en octubre. En noviembre, el último dato conocido, ese porcentaje era del 22,2%, 4,1 puntos menos que hace cuatro meses. 

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El PSOE sigue por detrás, pero a diferencia de los de Feijóo no retrocede, lo que le ha permitido reducir la ventaja del PP. En julio apenas el 18,1% de los electores autoubicados en el centro decían que votarían al PSOE. Ese porcentaje bajó aún más en septiembre (16,2%), pero se ha recuperado un poco en octubre (18,6%) y en noviembre (18,2%).

La radiografía del deterioro que sufre el liderazgo de Feijóo la completa el indicador de confianza; la cifra de los electores que confían poco o nada en el líder del PP ha crecido notablemente a medida que el el expresidente gallego se ha ido dando a conocer.

El porcentaje de los ciudadanos que tienen poca o ninguna confianza en él ha aumentado 15,4 puntos desde que llegó a Génova, lo que supone un crecimiento del 31,7%. Ya son un 70,8%. En justa correspondencia, la cifra de los que confian mucho o bastante en el presidente del PP se ha reducido en 12,3 puntos porcentuales (una bajada del 27,7%) y apenas alcanza el 26,4%.

El nuevo curso político no está sentando bien al nuevo líder del PP. A medida que los electores le van conociendo, se difunden sus propuestas y toma decisiones controvertidas —como seguir bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)—, el apoyo a Alberto Núñez Feijóo se va diluyendo, incluso dentro de su propio partido.

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