La presidenta en funciones de Madrid lo ha vuelto a hacer. Isabel Díaz Ayuso eclipsó este domingo a su jefe de filas, Pablo Casado, en los prolegómenos de la protesta de la derecha contra los indultos en la Plaza de Colón de Madrid y compitió de tú a tú por el protagonismo político durante la protesta en la calle con el líder de Vox, Santiago Abascal.
A pocos días de la sesión de investidura que la convertirá en presidenta por segunda vez en dos años, Ayuso sigue cultivando su peso en la escena política nacional.escena Y arrinconando de paso al líder de la oposición, obligado en Colón a asumir un perfil bajo para sortear los abucheos de los manifestantes más radicales que le reprochan no haber respaldado la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez.
Además de esa actitud, y de verse obligado a seguir un recorrido controlado desde la puerta de la sede del partido, en la calle Génova, hasta las inmediaciones de la plaza de Colón, a escasos 300 metros, el equipo de Casado optó por que el presidente del partido limitase sus mensajes del día a subrayar las contradicciones del presidente del Gobierno dando difusión a un vídeo grabado hace años en el que Sánchez se opone a la concesión de indultos por motivos políticos y a hacerlo en contra del criterio de los tribunales. No pudo evitar, sin embargo, que allí mismo un grupo de seguidores de Vox —rápidamente reprimidos por partidarios del PP— le increpase, provocando un incidente que los equipos técnicos del partido han suprimido de la intervención de Casado que se puede ver en YouTube.
Así que no es de extrañar que Ayuso, mucho más cómoda en la marea de la derecha extrema, eclipsase el mensaje de su propio líder planteando dos ideas controvertidas. En primer lugar, cuestionando “el papel del rey. ¿Qué va a hacer el rey a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos?”, preguntó dando a entender que tiene la posibilidad de hacerlo, cuando la Constitución obliga al monarca a dar trámite a todo lo que apruebe el Consejo de Ministros. “¿Le van a hacer cómplice de esto?”, insistió.
En segundo lugar, haciendo ver que su presencia en la protesta contra los indultos no obedecía a su militancia política sino a su responsabilidad institucional, lo que compromete a la Comunidad de Madrid contra el Gobierno de España.“Desde la Comunidad de Madrid vamos a estar siempre del lado de la ley, de la Constitución, del Rey y de la soberanía nacional. Por eso la presencia institucional de la Comunidad” en la manifestación, precisó.
Ayuso era este domingo uno de los pocos representantes del PP con libertad para pasearse por la plaza de Colón sin temor a ser abucheada. Casado no pudo hacerlo sin arriesgarse a escuchar gritos como los siguientes: ”Pablo Casado, nos has abandonado” o “Casado, cabrón, apoya la moción”. Eso la convierte, junto a Santiago Abascal, el líder de Vox, en una de las pocas personalidades políticas que este domingo podían presumir del apoyo de la totalidad de los presentes en la plaza de Colón.
Isabel Díaz Ayuso se dirige hacia la plaza de Colón desde la sede del PP en la calle Génova. Detrás de ella, el presidente del partido, Pablo Casado.
Allí decenas de miles de personas secundaron una protesta contra los indultos apoyada por toda la derecha política y mediática. Según la Delegación del Gobierno, fueron 25.000 personas, una cifra elevada pero sensiblemente inferior a los 45.000 que, según la misma fuente, acudieron en 2019 al escenario de la plaza de Colón para pedir también la dimisión del Gobierno y denunciar sus supuestos pactos con los independentistas para romper España. Aunque la policía municipal eleva esa cifra a 126.000 personas, fuentes de la organización reconocieron que aunque la asistencia fue considerable, se quedó por debajo de las expectativas de los promotores.
La concentración había sido convocada con la declarada intención de "dejar todo el protagonismo político a la sociedad civil", pero al final acabaron brillando los dos políticos favoritos de la derecha extrema: el líder de Vox, Santiago Abascal, y la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
“¡Presidente! ¡Presidente!”
El primero, arropado por los principales dirigentes de Vox y por miles de seguidores, concentrados en los lugares más cercanos al escenario, dejó clara su comunión con la protesta situándose en un lugar de privilegio entre gritos de “¡Presidente! ¡Presidente!” y consignas contra Sánchez.
Casado caminó hasta la plaza escoltado por dirigentes y partidarios del PP pero no llegó a acercarse siquiera a los concentrados más próximos al escenario, la zona dominada por los manifestantes más próximos a la derecha extrema. Y se marchó rápidamente nada más terminar el acto, sin esperar a saludar a los concentrados.
Inés Arrimadas, la presidenta de Ciudadanos, también optó por atender a la prensa, igual que Casado, fuera de la plaza. E igual que él acabó escuchando gritos en su contra por parte de concentrados que le reprocharon su mano tendida al Gobierno durante la pandemia. “Traidora”, “fuera” y “te quedan dos telediarios”. Tanto Arrimadas como sus acompañantes, la secretaria general de Ciudadanos, Marina Bravo; los vicesecretarios generales, Edmundo Bal y Daniel Pérez; el líder de Cs en el Parlament de Cataluña, Carlos Carrizosa; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y la eurodiputada Maite Pagazaurtundua, acabaron presenciando la concentración desde fuera de la plaza.
La prevención de Casado y Arrimadas hizo imposible una nueva foto de Colón como la tomada en 2019 a Casado, Abascal y Albert Rivera, el entonces presidente de Ciudadanos. Pese a la coincidencia de criterio de los tres partidos contra los indultos.
Algo que fue aprovechado por Abascal para subrayar las reticencias de Casado y Arrimadas y pedir unidad “por encima de siglas políticas”. “Sánchez es capaz de hacer mucho daño, es importante que todos los españoles, por encima de siglas políticas, estemos juntos en esta Plaza de Colón a la que volvemos una vez más sin miedo y sin vergüenza a ningún tipo de foto”, proclamó a los pies de la estatua de Blas de Lezo.
La foto de la vergüenza, subrayó reprochando a los líderes de PP y Cs sus reticencias a aparecer en la misma imagen con él, “es la del Gobierno sostenido en el poder gracias a todos los enemigos de España y de las libertades”. “El comunismo, el separatismo golpista y los terroristas, esa es la foto que más pronto que tarde expulsará al presidente del Gobierno del poder”.
Cayetana Álvarez de Toledo, exportavoz parlamentaria del PP, sí acudió a la cabecera de la protesta, muy lejos de Casado y muy cerca de Vox. Allí se dejó querer y se fotografió con todos los que se lo pidieron.
“Megapinchazo”
Fuentes del Gobierno consultadas por infoLibre consideraron el resultado de la protesta un “megapinchazo” en comparación con la de 2019 y concluyeron que sólo “han ganado Ayuso y Vox”, porque Casado y Arrimadas han recibido “abucheos”.
En el PSOE se aferran a la misma idea. Un alto cargo del partido, a preguntas de este diario, calificó de “vergonzante” la participación del presidente del PP, algo que atribuye al temor no sólo a la foto con Abascal sino al miedo a las “reacciones críticas de los ultras”. Y destacó la “apelación irresponsable de Ayuso al rey” como un síntoma de que todo en la derecha española “sigue igual”. "Tenían miedo [los convocantes y participantes] de que les saliera mal, y no les ha salido bien", resumía otro miembro de la dirección socialista.
En nombre del Gobierno, la ministra portavoz, María Jesús Montero, confirmó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez va a seguir “intentando la armonía entre los españoles” frente a una protesta que, en su opinión, evidencia la “impotencia de la derecha” para resolver los problemas del país.
La protesta en sí transcurrió por lo demás como estaba previsto, más allá de sufrir un retraso considerable como consecuencia de un fallo en el sistema eléctrico que debía alimentar los altavoces y que prolongó más de lo previsto la exposición de los concentrados a un sol implacable. Sin otros incidentes que los abucheos, insultos y provocaciones que ya se han vuelto habituales contra los periodistas y técnicos de los medios de comunicación que cubren este tipo de convocatorias. En este caso, los más exaltados se cebaron contra los profesionales TVE, La Sexta y el grupo AtresMedia.
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Desde la tribuna tomaron la palabra sólo representantes de la sociedad civil elegidos por la plataforma organizadora, Unión 78. El escritor Andrés Trapiello, Yeray Mellado, presidente de S’Hacabat!, y la expresidenta de UPyD Rosa Díez, la más aplaudida de los tres. Díez anunció que la de este domingo será la primera de otras protestas contra el Gobierno porque, según ella, los españoles “de bien” y “decentes” no pueden “consentir” que Pedro Sánchez pueda “dormir dos años más en La Moncloa”.
Trapiello se esforzó en subrayar que entre los concentrados había personas de “derecha” pero también de “centro y de izquierda” que están de acuerdo en “unas cuantas cosas", entre las cuales "la más importante” es la defensa del orden constitucional.
Tras asegurar que habían acudido a la plaza madrileña a decir “basta ya” (comparando la protesta con la rganizada en el País Vasco contra el terrorismo de ETA), recalcó que esta manifestación sí que es de “utilidad pública” y no “los indultos a los golpistas catalanes”. “Nadie es facha por decir hoy lo mismo que decía el presidente del Gobierno hace unos meses”, recmarcó entre aplausos.
La presidenta en funciones de Madrid lo ha vuelto a hacer. Isabel Díaz Ayuso eclipsó este domingo a su jefe de filas, Pablo Casado, en los prolegómenos de la protesta de la derecha contra los indultos en la Plaza de Colón de Madrid y compitió de tú a tú por el protagonismo político durante la protesta en la calle con el líder de Vox, Santiago Abascal.