Si la semana pasada el Pleno de la Asamblea de Madrid fue una cita clave para conocer cómo actuaría el Ejecutivo regional tras la orden dictada por el Ministerio de Sanidad para restringir la movilidad en las grandes urbes madrileñas, la sesión de este jueves en la Cámara regional se esperaba tranquila. Y así arrancó. Sin muchos aspavientos, con intervenciones algo más pausadas. Sin embargo, como ha ocurrido frecuentemente en los últimos días, todo ha terminado saltando por los aires cuando ni siquiera habían concluido las preguntas al Gobierno. Poco antes del mediodía, la justicia madrileña tiraba por tierra las limitaciones acordadas en el Consejo de Sanidad Interterritorial con el voto en contra de la Comunidad de Madrid, entre otras. Y el Pleno, en el que lo más sugerente era la reprobación al consejero de Sanidad, pasó a un segundo plano. Portavoces parlamentarios por aquí, periodistas por allá. Y dudas, sobre todo dudas, con el puente del 12 de octubre a la vuelta de la esquina.
La resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que hace un par de semanas avaló sin ningún problema las restricciones que el Gobierno madrileño había impuesto por zonas básicas de salud, era clara. La limitación de movimientos incluida en la orden que el Ejecutivo de Ayuso había publicado hace una semana en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, transponiendo el texto que horas antes había puesto sobre la mesa el Ministerio de Sanidad, supone "una injerencia en los derechos fundamentales sin la habilitación legal que la ampare". El problema estaba en que la orden dictada por el departamento encabezado por Salvador Illa reposaba sobre el artículo 65 de la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, un precepto que "no contiene una habilitación legal para el establecimiento de medidas limitativas de derechos fundamentales".
La noticia cayó como un jarro de agua fría. Sobre el Gobierno regional y sobre el Ejecutivo central. El ministro de Sanidad señaló que su departamento adoptaría "las decisiones jurídicas que mejor protejan la salud" y que había reclamado una reunión del Grupo Covid-19 para la tarde. Mientras tanto, en la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid se analizaba con detenimiento el auto judicial y se estudiaba qué margen de maniobra se tenía para resolver el vacío dejado por el pronunciamiento. No había, por tanto, un plan B bien definido por si se llegaba a este punto. Era evidente que la justicia revisaría las limitaciones. Y previsible que diera a conocer su decisión antes de la llegada del puente del 12 de octubre. Sin embargo, parece que se daba por hecho que habría un aval judicial.
Mano tendida con reproches
Del Pleno se esfumaron tanto el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, como la presidenta madrileña. A la hora de comer, desde la Puerta del Sol lanzaron un aviso. Comparecencia de Ayuso a las 14.45 horas. De nuevo, la sesión en la Cámara regional perdía importancia, si es que en algún momento la recuperó tras el auto del TSJM. La líder del Ejecutivo madrileño apareció puntual ante las cámaras. Visiblemente nerviosa, la corta declaración institucional fue un llamamiento al entendimiento. "Vamos a pedir que el Gobierno vuelva a sentarse con Madrid en pocas horas, entre esta noche y mañana, para ya tener mañana una orden clara y anunciar unas medidas sensatas, justas y ponderadas", dijo la presidenta regional, quien anunció que en aras de la vuelta al diálogo retiraban las cautelares solicitadas a la Audiencia Nacional, unas medidas que realmente, después de la resolución de la justicia madrileña, ya no tenían apenas valor.
Pero como se ha convertido en costumbre, el mensaje de Ayuso daba al Gobierno central una de cal y otra de arena. Al fin y al cabo, las restricciones en Madrid llevan semanas siendo una batalla política de primer nivel. La presidenta regional tendía la mano a Moncloa, sí. Pero también aprovechaba la resolución judicial para reforzar su mensaje de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez había errado con su decisión. "[El TSJM] no ha ratificado las medidas [...] que la Comunidad de Madrid entendía precipitadas. [...] Así lo han entendido también los tribunales", fue el arranque de su intervención, en la que criticó el "caos normativo" provocado. Un mensaje que en la Cámara regional se encargaba también de reforzar su portavoz, Alfonso Serrano, a primera hora de la tarde: "La Comunidad de Madrid tenía razón cuando decía que esta no era la manera de hacerlo".
Con el vacío normativo, y con la proximidad de los festivos a la vuelta de la esquina, la presidenta regional también se ha visto obligada a pedir a los madrileños que no aprovechen la situación para abandonar la región en masa este fin de semana. Lo ha hecho felicitándose por los datos que lleva días registrando la comunidad pero haciendo un llamamiento a la prudencia. "Ayer fallecieron 37 personas, no podemos confiarnos y no podemos acostumbrarnos a estas cifras. El virus sigue entre nosotros y puede propagarse masivamente de nuevo", apuntó la presidenta madrileña al tiempo que pedía a los ciudadanos "no salir de Madrid y seguir todas las recomendaciones sanitarias, sobre todo, en los próximos días que hay un puente". Palabras que contrastan con la defensa a capa y espada que en las últimas semanas ha hecho sobre la necesidad de mantener abiertas las grandes urbes.
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Tres zonas básicas de salud
A medida que avanzaba la jornada, la reunión del Grupo Covid-19 que se esperaba para esta misma tarde se fue desvaneciendo. En la Consejería de Sanidad se trabajaba a contrarreloj para "ultimar" cuanto antes "la elaboración de una orden trabajada, completa pero sencilla". Una prioridad ineludible antes de convocar un cónclave entre el Ejecutivo madrileño y el Gobierno central. A última hora de la tarde, ya se descartaba abiertamente que se fuera a celebrar el encuentro este jueves. Mientras tanto, la preocupación en las comunidades colindantes con la cercanía del puente del fin de semana y el festivo del 12 de octubre es evidente. "Nos puede afectar", ha dicho la portavoz del Ejecutivo de Castilla-La Mancha. También el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, ha señalado que es una "posibilidad no descartable" que madrileños decidan desplazarse a su comunidad en las próximas horas.
Hasta que las administraciones no confeccionen un texto para resolver el entuerto, el vacío es importante. En primer lugar, dejan de estar en funcionamiento las restricciones sobre la movilidad en Madrid y otras nueve grandes ciudades. Eso sí, se mantiene el confinamiento perimetral en las últimas tres zonas básicas de salud cerradas –Villa del Prado, Reyes Católicos (San Sebastián de los Reyes) y Humanes–. Al fin y al cabo, la resolución del TSJM no tumba la orden específica emitida por la Comunidad de Madrid para cerrar estas últimas áreas. La decisión de la justicia, además, sólo afecta a las restricciones a la movilidad. Por tanto, siguen vigentes en estos grandes municipios las limitaciones de aforos y horarios que se habían establecido con el texto de Sanidad, así como la prohibición de reuniones de más de seis personas.