El acto era más una conferencia del expresidente colombiano Andrés Pastaba sobre la situación en su país pero José María Aznar, ejerciendo como presidente de FAES, no dejó pasar la oportunidad de opinar sobre política nacional. Y lo hizo para cuestionar radicalmente el modelo de gestión de las vacunas que está llevando a cabo España y que deja en manos de las Comunidades Autónomas —titulares de la práctica totalidad de las infraestructuras sanitarias— la responsabilidad de vacunar a la población siguiendo los criterios pactados con el Gobierno.
“¿Es tan difícil”, clamó, “en lugar de tener el taifismo disparatado que se ha instalado en España con motivo del ‘no gobierno’, articular un plan nacional de vacunación? ¿Es difícil hacer eso? ¿No sería una responsabilidad elemental de un gobierno?”, preguntó retóricamente a los asistentes al acto organizado por el Instituto Atlántico de Gobierno que él mismo preside.
Aznar dejó claras cuáles son sus principales preocupaciones en estos momentos. Y entre ellas destaca precisamente la convicción de que España sufre las consecuencias de algo peor que tener un mal gobierno: tener un “no gobierno”. “La cogobernanza es una filfa que significa el ‘no gobierno”, subrayó ridiculizando la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de compartir con las comunidades autónomas la gestión de la pandemia.
“¿Qué es lo que yo haría en la España de hoy?” aprovechó para decir quien fuera presidente entre 1996 y 2004.“Cuatro puntos fundamentales”: “rehacer la nación, rehacer el Estado, reconstruir la economía y la base social de España y colocar otra vez a España entre los países influyentes del mundo”. Con esas “cuatro cosas tú puedes trazar un plan de acción política que frene muchas de las cosas que estamos viendo era este momento”, aseguró.
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Entre ellas, la influencia que según él tiene en el Gobierno EH Bildu y que, en su opinión, incapacita al Ejecutivo para opinar de lo que sucede en otros países. “Aquí en la mayoría de gobierno hay un partido que se llama Bildu que llama a formar parte de su partido a los terroristas encarcelados por asesinato. ¿Eso es el ejemplo? ¿Qué criticamos de otros sitios?”
Aznar aprovechó su tiempo para dejar claro lo que piensa sobre otros dos asuntos: el aplazamiento de las elecciones catalanas y la expulsión del presidente Donald Trump de las redes sociales. Sobre el primero confesó su preocupación: “Cuidado con esta costumbre que se va arraigando de aplazar las elecciones” advirtió. “¿Qué hubiésemos dicho aquí si Trump hubiese decidido aplazar las elecciones en EEUU” por culpa del virus?
En relación con el segundo, cuestionó el derecho de las redes sociales de silenciar al todavía presidente de Estados Unidos. No porque defienda su figura —le acusó de haber instigado el intento de golpe de Estado del 6 de julio y pidió para su procesamiento— sino porque considera muy peligroso que las grandes plataformas tecnológicas puedan decidir qué se difunde y qué no.