Aznar-Rajoy: historia de un desencuentro desde 2004

Por su presencia. Por sus ausencias. Por lo que dice. Por lo que calla. Por los dardos que lanza contra el hombre que él mismo eligió para sucederle y que hoy es presidente del Gobierno. Desde que cedió el testigo a Mariano Rajoy al frente del Partido Popular en octubre de 2004, cualquier movimiento de José María Aznar ha tenido una amplia repercusión. No sólo mediática. También puertas adentro de la formación de la que tomó las riendas en 1990.

En sus primeros años como ex, Aznar siguió reivindicando su gestión al frente del partido y del Gobierno. En esta tarea le ayudaron todos aquellos fieles aznaristas que continuaron en órganos de partido y en cargos institucionales. Rajoy, todavía sin control del partido, llevaba de la mejor forma que podía que su mentor le marcase el camino a seguir. En su entorno, como ocurre ahora, no gustaba mucho que el expresidente saliese a tirarle de las orejas en los momentos más delicados. Pero el ahora presidente del Gobierno se movía con pies de plomo

A partir del XVI Congreso Nacional, celebrado en Valencia en junio de 2008, Rajoy empezó a marcar claras distancias con el aznarismo. Miembros destacados de la denominada línea dura del PP, en la que se incluye el propio Aznar, convirtieron en un calvario su etapa precongresual. Acababa de perder las generales y hubo varios intentos de que perdiera también la presidencia del partido. Pero nadie se atrevió a plantarle cara y fue reelegido. 

A partir de este momento, Aznar ha seguido reivindicándose. Pero Rajoy, que construyó un partido más a su medida a partir del verano de 2008, ha contado con una reducida oposición interna y ha conseguido liquidar a gran parte de las familias del PP, aznaristas incluidos. 

Esta historia de altibajos, de encuentros y desencuentros se prepara para vivir nuevos capítulos estos meses previos a las municipales y autonómicas de mayo y a las generales.

A finales de la semana que viene, los conservadores celebran en Madrid su Convención Nacional, una cita que sustituye a los congresos los años que estos no se celebran. A diferencia de lo que ocurrió el año pasado casi por estas mismas fechas en Valladolid, José María Aznar ya ha confirmado su presencia. Tampoco estuvo presente en ningún acto de campaña de las elecciones europeas.

¿Significa esto que se acabaron las tensiones? Para responder a esta pregunta, las fuentes consultadas dejan el asunto en cuarentena a la espera de su intervención. No obstante, consideran que en estos momentos tan delicados en las encuestas, la presencia del expresidente puede considerarse un "ejercicio de responsabilidad". De hecho, en el PP cuentan con que volverá a estar presente también en actos de campaña.

A la espera de saber si la convención del PP se convierte en un nuevo escenario de los enfrentamientos entre Rajoy y Aznar, a continuación se repasan los principales focos de tensión entre ambos. Los dos últimos años han sido especialmente complicados.

Junto a los hechos puntuales que se citan a continuación, en el partido mantienen que los roces comenzaron justo en el momento en el que el exjefe del Ejecutivo cedió el testigo del PP. De hecho, en la campaña de las generales de 2004 ya hubo algunas tensiones porque Aznar consideraba que el candidato le estaba desplazando en los actos de campaña.

XVI CONGRESO NACIONAL DEL PP

Rajoy llegaba débil y Aznar acabó de rematarle. El presidente del Gobierno era el único candidato a presidir el PP en junio de 2008. Los meses previos a este cónclave habían sido un calvario para él. No había día de la semana que no tuviese un incendio interno, bien en forma de cartas en periódicos de gran tirada minando su liderazgo, de amagos de disputarle la presidencia de partido o de dimisiones. En este camino quedó María San Gil, la expresidenta del PP de Euskadi, uno de los referentes morales del PP, se apartó del partido por discrepancias en la redacción de una de las ponencias del XVI Congreso Nacional del PP. Los colectivos de víctimas del terrorismo se volvieron también en contra de Rajoy, tarea en la que fueron ayudados por la derecha mediática, especialmente por el locutor Federico Jiménez Losantos.

Los aguirristas también remaron en contra del ahora presidente del Gobierno. Muy fiel a su estilo, Esperanza Aguirre jugó casi hasta el último minuto con la posibilidad de ser candidata. Pero ni a ella ni al diputado Juan Costa les salieron las cuentas –Rajoy tenía más avales– y todo se quedó en un amago.

En este contexto, Aznar, en calidad de presidente de honor del partido, llegó a Valencia y sacudió con saña a su sucesor en el PP. Reinvindicó a San Gil como referente "moral" del partido. Defendió a sus antiguos escuderos, Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, ya en puestos de salida, y cargó contra el giro moderado que Rajoy pretendía dar al partido. Así, dijo que el PP no tenía que ir al centro político porque ya estaba allí desde 1989.

Frases como "nuestro objetivo no es heredar a la izquierda, sino ganarle en las urnas y sustituirla" o "tenemos que ser una alternativa creíble frente al socialismo, no una alternativa a nosotros mismos", hicieron mucho daño en el entorno de Rajoy.

ENTREVISTA CON GLORIA LOMANA

21 de mayo de 2013.

 Ha sido la intervención que más ha dolido en el entorno de Mariano Rajoy. A un año de las elecciones europeas, cuando la crisis económica golpeaba fuerte y cuando el Gobierno estaba practicando los recortes más duros, Aznar levantó ampollas en su partido en una entrevista televisada en horario de máxima audiencia en la que se despachó a gusto contra el Ejecutivo. Hasta el punto de amagar con su regreso a la actividad política.

Dos veces le preguntó la periodista Gloria Lomana en Antena 3 sobre una posible vuelta a la política y las dos veces contestó lo mismo. "Nunca he rehuido mi responsabilidad. Cumpliré con mi responsabilidad, con mi conciencia y con mi partido". Podría haber cerrado el asunto con un "no" rotundo. Pero optó por dejar la puerta abierta y, de paso, alterar, aún más, la ya alterada vida interna de la formación a la que pertenece y por la que fue presidente del Gobierno. 

Su confesión puso fin a horas de especulaciones entre dirigentes del PP relacionadas con la profundidad del mensaje que tenía preparado para transmitir en horario de máxima audiencia. De hecho, fuentes de la dirección nacional del partido enmarcaban su aparición televisiva en el contexto de los papeles de Bárcenas

Su amago fue interpretado después como una advertencia a aquellos que desde el PP pudiesen estar filtrando documentación que le relacionase con la trama Gürtel. Quienes se abonaban a esta tesis por aquellas fechas, que recalcaban que estaba molesto porque el partido no le defendía con contundencia, consideraban que Aznar lo dejó muy claro en la entrevista al sostener que el origen de la información sobre que Correa pagó la iluminación de la boda de su hija con Alejandro Agag está "localizado".

CAMPUS FAES 2013

7 de julio. Desde el 21 de mayo, cuando Aznar concedió una entrevista en televisión en la que cargó duramente contra Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno le debía una respuesta en público. Se la dio en la clausura de los cursos de FAES: "No se puede hacer un balance al principio. Eso no conduce a nada", dijo como cierre de un discurso íntegramente económico.

Rajoy pidió tiempo para que su legislatura fuera evaluada cuando corresponde. Es decir, al final. Y se dedicó a enumerar su programa reformista, precisar sus tareas pendientes y responder que "no es justo" que se le juzgue tan pronto.

Sólo un mes antes, Aznar había ofrecido una conferencia en el Club Siglo XXI en la que, con un tono más conciliador que en la entrevista de Antena 3, también leyó la cartilla a su sucesor al frente del PP. Según dijo, la formación tenía “un mandato para retomar un programa de reformas tan profundo como lo requiere el contexto nacional e internacional y como lo espera y necesita la inmensa mayoría de los españoles, para dar continuidad al proyecto nacional que formuló el Partido Popular ante los españoles y en el que los votantes se reconocieron”.

PLANTÓN EN LA PRESENTACIÓN de su LIBRO

7 de noviembre de 2013. Ni Mariano Rajoy ni la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ni ninguno de los 12 ministros, ni la secretaria general del PP, ni los tres vicesecretarios del partido. Los 18 cargos más relevantes del Gobierno y del PP no asistieron a la presentación del último libro de José María Aznar. El cargo más alto del Ejecutivo que acudió al acto fue el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón. Y en nombre de la dirección nacional del partido sólo acudió Jaime Mayor Oreja, exministro de Aznar, por entonces miembro del Comité de Dirección del PP y uno de los más claros exponentes del ala dura del partido.

En el entorno del presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) el plantón fue recibido con enfado.

Quienes sí se volcaron en este acto en el que presentó 'El compromiso del poder' (Planeta) fueron algunos exministros de los gobiernos de Aznar entre 1996 y 2004, como Eduardo Zaplana, Esperanza Aguirre, José María Michavila, Josep Piqué, Ángel Acebes o Pilar del Castillo. El acto fue presentado por Piqué y por el exdirigente de Comisiones Obreras (CCOO) José María Fidalgo.

Un día después, el expresidente concedió una entrevista en la cadena Cope en la que respondió de la siguiente manera: "Si algunas de las interpretaciones tienen razón y lo que se ha mandado es un mensaje de escenificación de ruptura, se toma nota".

ausencia en la CONVENCIÓN NACIONAL de 2014

30 y 31 de enero de 2014. Con esta ausencia, Aznar empató con la dirección nacional del partido tras el plantón que recibió en la presentación de su libro. El exjefe del Ejecutivo no asistió a la convención nacional que el PP celebró en Valladolid al encontrarse fuera de España, según informaron fuentes de su entorno.

Su ausencia se enmarcó en una semana complicada para el presidente del Gobierno y del PP, después de que días antes se hiciera público el rechazo de Jaime Mayor Oreja a encabezar la candidatura del PP a las europeas tras un evidente distanciamiento con la dirección nacional del partido. 

La dirección del PP mantuvo que la oferta había sido lanzada a su presidente de honor y que, al no haber tenido respuesta inmediata, en un primer momento pensaron que sí iba a acudir.

La confirmación de su negativa llegaba justo después del portazo de Mayor Oreja, exponente, como Aznar, de ala dura del PP, pero también de la marcha del partido del eurodiputado Alejo Vidal-Quadras, vicepresidente del Parlamento Europeo, a VoxVox, una nueva formación a la que se sumaron otros ex del PP como Santiago Abascal o el exfuncionario de Prisiones y víctima de ETA José Antonio Ortega Lara

CAMPAÑA ELECCIONES EUROPEAS 2014

Un error de planificación, según explicaron por entonces fuentes de la dirección nacional del PP, llevó a que el equipo de campaña de las europeas del pasado mayo no contactase con el tiempo suficiente con José María Aznar para ofrecerle actos de apoyo a la candidatura de Miguel Arias Cañete.

En esta ocasión fue el propio Aznar el que no tuvo ningún reparo en mostrar su enfado por este gesto de la dirección nacional. Y el 28 de abril, antes de escuchar una conferencia de su mujer en el Foro ABC, señaló a los periodistas que habría estado "encantado" de participar en algún acto de campaña, pero que a esas "alturas" no había tenido todavía "noticia" del Partido Popular. Y, por lo tanto, no estaba a tiempo de mover su agenda.

Dos días después, el PP y el expresidente del Gobierno sellaron una paz temporal y se acordó que fuera también en un foro ABC en el Casino de Madrid donde acudiese a presentar una conferencia de Miguel Arias Cañete. No era un acto de campaña en sentido estricto, pero los conservadores ya tenían una foto que mostrar al ala más dura de su electorado.

Pese a dejar claro que su candidato es "Miguel Arias", como él le llamó, sí quiso soltar una advertencia a su sucesor en el partido. A su juicio, las Europeas anticipan tendencias y se han ganado o perdido elecciones generales tras perder Europeas.

El tratamiento a su mujer 

Otro de los focos de enfrentamiento entre el presidente y el expresidente del PP tiene que ver con la situación de la mujer del segundo, Ana Botella –alcaldesa de Madrid– en el partido. En los últimos meses, el entorno del líder del FAES ha exhibido su malestar por el escaso apoyo que ha encontrado la regidora municipal en la dirección nacional del partido. Una situación que desembocó en el anuncio por parte de Botella de que no repetiría más en la lista electoral al Ayuntamiento de Madrid. Esto ocurría el pasado 9 de septiembre. 

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Escuchar a Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral del Partido Popular, decir un día antes que "el PP tiene muchos candidatos para Madrid, empezando por su alcaldesa", fue la gota que colmó el vaso, según fuentes conocedoras del proceso que culminó con el anuncio de que tiraba la toalla. La alcaldesa ya tenía previsto comunicar su decisión, y así se lo había trasladado a Mariano Rajoy en el verano. Lo que no tenía claro era cuándo. 

Junto al asunto de las candidaturas, cuentan quienes la conocen que la regidora se sintió poco apoyada en polémicas como la de las muertes del Madrid Arena –se marchó de viaje priviado a Portugal en plena crisis–, la huelga de basura o los accidentes mortales por el desprendimiento de ramas de los árboles.

El próximo fin de semana, bajo la presión de un año de incertidumbre política y de citas electorales, Aznar volverá al escenario en el PP. 

Por su presencia. Por sus ausencias. Por lo que dice. Por lo que calla. Por los dardos que lanza contra el hombre que él mismo eligió para sucederle y que hoy es presidente del Gobierno. Desde que cedió el testigo a Mariano Rajoy al frente del Partido Popular en octubre de 2004, cualquier movimiento de José María Aznar ha tenido una amplia repercusión. No sólo mediática. También puertas adentro de la formación de la que tomó las riendas en 1990.

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