El balance de Rajoy: la economía va bien, la oposición que no le apoya es "sectaria", la corrupción no se menciona y condena a Venezuela

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optó este viernes por obviar los puntos más oscuros del curso político en la tradicional rueda de prensa de balance antes de las vacaciones de verano. La corrupción en su partido, que ha sumado en los últimos meses la operación Lezo, e incluso su reciente comparecencia ante la Audiencia Nacional en calidad de testigo para rendir cuentas sobre el caso Gürtel, brillaron por su ausencia en la media hora de intervención previa a las preguntas de los informadores.

Así, no hubo una sola mención por parte del líder de los conservadores al caso que mantiene en prisión a Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid, y que provocó la dimisión de Esperanza Aguirre cuando la lideresa era líder de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid. Tampoco hubo una sola mención al caso Moix, que se llevó por delante al ex fiscal jefe Anticorrupción después de que infoLibre desvelara que era propietario de del 25% una sociedad radicada en Panamá que, a su vez, era dueña de un chalet ubicado en la sierra madrileña.

Sólo se refirió a los escándalos de corrupción en el turno de preguntas de los periodistas, cuando se le demandó un "balance" del año en esta materia. Respondió Rajoy que desde 2009 –el caso Gürtel arrancó en marzo de ese año– se ha presentado a "tres elecciones" y ha intervenido en "decenas" de ocasiones en el Parlamento" al respecto, algunas de ellas "monográficas". "Como dije en el debate sobre la moción de censura, todo lo exagerado acaba por ser irrelevante", espetó como una especie de vacuna ante posibles nuevas comparecencias. Eso sí, en ningún momento salió de su boca la palabra "corrupción".

El discurso de la recuperación económica

Prefirió Rajoy moverse en otro tipo de discursos en los que se siente más cómodo. A saber: el de la recuperación económica, el de la defensa de la unidad de España y la defensa de la Constitución ante el 1-O, el de la importancia de llegar a acuerdos en el Congreso por la debilidad de su grupo parlamentario y el que pone el foco en la situación en Venezuela.

El jefe del Ejecutivo arrancó con un mensaje dirigido hacia Cataluña tras el accidente de Rodalies en Barcelona. Avanzó que había hablado con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para trasladarle el apoyo y la colaboración del Estado y recordó que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se había trasladado a Barcelona para estar al tanto de los detalles del siniestro. Acto seguido, el presidente del Gobierno confirmó lo que se había trasladado el día anterior: que el Consejo de Ministros, oído el Consejo de Estado, había recurrido ante el Tribunal Constitucional la reforma del Reglamento del Parlament de Cataluña que permite aprobar leyes por procedimiento de urgencia y lectura única. 

"El Gobierno cumple con su obligación de velar por la legalidad", destacó Rajoy. "No habrá referéndum porque es inconstitucional. Va en contra de la propia arquitectura constitucional", subrayó. "Lo más importante que tiene que ocurrir el de 1 octubre es la recuperación de la normalidad", dijo. Porque, a su juicio, "después del 1 de octubre" no se puede iniciar "otro periodo de tiempo de cuatro o cinco años discutiendo si hacemos un referéndum o si no lo hacemos, si liquidamos una ley, si vamos al Tribunal Constitucional...", advirtió.

Pese a que en el Ejecutivo creen que el diálogo con el Govern es, a día de hoy, prácticamente imposible, el presidente insistió en que "siempre" ha estado dispuesto a dialogar. "Siempre he mostrado esa disposición y la mantengo hoy", destacó.

En materia económica, Rajoy hiló un discurso plagado de cifras conducente a dibujar un país con unos niveles de crecimiento superiores a los de la zona euro. Y a fijar como reto "seguir mejorando las expectativas". De hecho, este, "Mejorando expectativas", era el lema del documento que el presidente mostró a los periodistas con los gráficos de los datos económicos a los que se iba refiriendo.

En este punto, agradeció a sus socios parlamentarios el que pueda haber sacado adelante los Presupuestos. Y se felicitó de haber superado "con absoluta tranquilidad" una moción de censura, algo que pone de manifiesto que "no hay una mayoría alternativa".

Contra los "prejuicios sectarios"

Según Rajoy, el PP, Ciudadanos, PNV, Foro Asturias, UPN y PAR están demostrando que la política es más últil "por encima de tacticismos rancios y de vuelo corto".

Sin citar a Podemos y PSOE sostuvo que "pretender encastillarse en el bloqueo permanente" no demuestra más que "prejuicios sectarios" o "políticas de escaparate que sólo conducen a la exclusión".

El jefe del Ejecutivo terminó su rueda de prensa mostrando la "profunda preocupación" del Gobierno con la situación en Venezuela. "Ha alcanzado un punto crítico", valoró. 

En este sentido, pidió al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que "reconsidere" la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente prevista para este domingo, y recordó que España seguirá los acontecimientos junto a sus socios europeos "sin descartar la adopción de medidas adicionales si pueden ser efectivas".

"Ser irrelevante"

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En el turno de preguntas, el presidente del Gobierno fue preguntado por la posibilidad de tener que regresar próximamente al Parlamento para explicar por qué no asume responsabilidades políticas en el marco del caso Gürtel. En este momento, aprovechó para advertir contra el Pleno extraordinario que piden PSOE y Podemos: "Lo exagerado acaba por ser irrelevante". "La ansiedad no conduce a casi nada en ninguna faceta de la vida", sentenció.

En el Partido Popular y en el Gobierno no ha sentado nada bien que el PSOE se sumara a esta iniciativa que, en primera instancia, partió de la formación liderada por Pablo Iglesias. En el PP ven a un PSOE radicalizado que intenta competir con el partido morado, un partido que intenta desgastar al Gobierno con este tipo de acciones porque no pudo ganarle en las urnas.

Sobre su futuro, dijo tener "ganas e ilusión". No aclaró nada sobre si está dispuesto a intentarlo una nueva legislatura, pero tampoco dijo lo contrario. Es decir, que no cierra la puerta.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optó este viernes por obviar los puntos más oscuros del curso político en la tradicional rueda de prensa de balance antes de las vacaciones de verano. La corrupción en su partido, que ha sumado en los últimos meses la operación Lezo, e incluso su reciente comparecencia ante la Audiencia Nacional en calidad de testigo para rendir cuentas sobre el caso Gürtel, brillaron por su ausencia en la media hora de intervención previa a las preguntas de los informadores.

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