La banca española hizo este viernes, quizá por primera vez en su historia, una clara y contundente declaración política: la independencia de Cataluña generaría tanta inseguridad jurídica y tales riesgos para la estabilidad financiera que obligaría a las entidades a “reconsiderar su estrategia de implantación”. A abandonar Cataluña. El comunicado lo firman tanto la AEB, la patronal bancaria, como CECA, que agrupa a las antiguas cajas. Es decir, entidades catalanas como CaixabankCaixabanky Banco Sabadell, junto con los gigantes nacionales Santander, BBVA, Banco Popular o Bankia.
Las patronales advierten de que su salida de Cataluña reduciría la oferta bancaria en esa comunidad, con lo que, además, se recortaría y encarecería el crédito. De ahí que aboguen por “preservar el orden constitucional y la pertenencia a la zona euro del conjunto de España”. A continuación, los bancos piden a los líderes políticos “diálogo” y “reformas”.
El pronunciamiento de los bancos se produce después de que también las patronales catalana y nacional mostraran públicamente su rechazo a la independencia. Y repite las advertencias que hace justo un año lanzaron Royal Bank of Scotland, Lloyds, Barclays, Standard Life y otras entidades antes del referéndum en Escocia. Amenazaban entonces con abandonar Edimburgo, el segundo mayor centro financiero de Reino Unido, y fijar sus sedes sociales en Londres. También el Gobierno británico anunció que Escocia perdería la BBC si se independizaba. Y la petrolera Shell exhibió sus millones de inversiones en el Mar del Norte para rechazar la secesión escocesa.
A juicio de Julio Rodríguez, expresidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y miembro de Economistas frente a la Crisis, hay “cierta emulación” del caso escocés en la sucesión de advertencias públicas contra la independencia catalana. Aunque también intuye la presión del Gobierno detrás del pronunciamiento de las patronales bancarias. “Sobre todo las antiguas cajas de ahorros, que han recibido ayudas millonarias públicas, son más proclives a apoyar la política del Gobierno”, explica Julio Rodríguez. Los sondeos de opinión, que dan mayoría absoluta a los independentistas, han forzado una “bajada al ruedo” de los bancos y Caixabank, “que hasta ahora había permanecido neutral”, apunta.
El economista Alejandro Inurrieta desdeña por “retórica” la amenaza de los bancos, teniendo en cuenta la implantación de entidades como Caixabank y Banco Sabadell en su territorio natural. Se trata, dice, de un intento por condicionar el voto el próximo día 27. También Julio Rodríguez considera que el abandono de Cataluña para estas entidades sería un movimiento “muy complicado”.
Sin líneas de liquidez del BCE
Todo lo contrario que Javier Santacruz, economista e investigador de la Universidad de Essex, quien no lo descarta en absoluto. “La banca catalana tiene más que perder que ganar con la independencia”, subraya. Porque, advierte, “está técnicamente quebrada”. Según sus cálculos, su ratio de créditos sobre depósitos es del 300%, y eso es “insostenible”ratio. Santacruz lo explica asegurando que tanto Caixabank como Banco Sabadell, al expandir su negocio fuera de Cataluña, también han sacado de allí sus depósitos. La entidad de Isidro Fainé adquirió Banca Cívica en 2012 y Barclays dos años después. Otro tanto puede decirse del BBVA, por ejemplo. El banco que preside Francisco González compró en 2012 Unimm, producto de la fusión entre Caixa Sabadell, Caixa Terrasa y Caixa Manlleu. Y Catalunya Banc en 2014. Dos entidades con una gran cartera de cliente minorista. Ahora esos depósitos figuran en los balances de un banco con sede social en Bilbao y sede operativa en Madrid.
Julio Rodríguez advierte del “miedo al vacío” que produce a los bancos la “confusa situación” que resultaría de la independencia. Caixabank o Banco de Sabadell dejarían de tener su sede en un país de la UE –la Comisión ya ha avisado de que una Cataluña independiente quedaría “automáticamente” fuera de la Unión–. Por tanto, perderían el “derecho a la liquidez tan generosa que ha exhibido el Banco Central Europeo”.
Javier Santacruz lo corrobora. Pese a su “sólida estructura de clientes”, las entidades financieras en los próximos años no van a vivir de las hipotecas, por ejemplo, sino de dar crédito al Estado, de la deuda pública, y van a depender del BCE”, pronostica. Es más, Santacruz destaca la “enorme dependencia” de Caixabank y Sabadell, en concreto, de los créditos fiscales que reconoce Hacienda. “Los perderían si su domicilio social permaneciera en Cataluña”, resume. También tendrían problemas con los bonos de la Sareb –el banco malo al que han transferido activos tóxicos– o con los Esquemas de Protección de Activos (EPA), para cubrir la morosidad, que se les conceden por ser entidades españolas.
Huida hacia Europa y Asia
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Es decir, todas esas pérdidas “asustan tanto a los bancos” que Caixabank o Banco de Sabadell ya han dado pasos para “diversificarse” sin importarles el coste, asegura el economista. Se refiere a la compra de TSB, un “carísimo” banco británico “en un mercado muy maduro y competitivo”. Santacruz sólo encuentra sentido a la operación en esa huida hacia Europa, “implícitamente por miedo a la independencia”. Lo mismo le sugiere el intento frustrado de compra por Caixabank del portugués BPI y su creciente participación en el chino Bank of East Asiaportugués BPI, el quinto mayor grupo financiero de Hong Kong.
En cualquier caso, Cataluña es un mercado muy potente para cualquier banco. De hecho, BBVA hizo una clara apuesta por la comunidad autónoma con mayor peso en el PIB al adquirir Unnim y Catalunya Banc, lo que le proporcionó allí una red de 843 oficinas. De acuerdo con los datos de la Asociación Española de Banca (AEB), los bancos españoles han aumentado un 8% el número de sus sucursales en Cataluña en los últimos cuatro años – suman 2.365–, mientras las han recortado en Madrid, Galicia y Comunidad Valenciana.
Otro ejemplo. En noviembre de 2014 Banco Santander no dudó en lanzar, sólo para Cataluña, una cuenta a la vista remunerada al 1,76%. El objetivo era aumentar su cuota en el mercado catalán, de apenas un 10%. El BBVA tiene un 23%. Caixabank es la entidad líder, con un 33%. De sus 5.345 oficinas, 1.851 se encuentran en Cataluña. Banco Sabadell suma en toda España 2.235 sucursales.
La banca española hizo este viernes, quizá por primera vez en su historia, una clara y contundente declaración política: la independencia de Cataluña generaría tanta inseguridad jurídica y tales riesgos para la estabilidad financiera que obligaría a las entidades a “reconsiderar su estrategia de implantación”. A abandonar Cataluña. El comunicado lo firman tanto la AEB, la patronal bancaria, como CECA, que agrupa a las antiguas cajas. Es decir, entidades catalanas como CaixabankCaixabanky Banco Sabadell, junto con los gigantes nacionales Santander, BBVA, Banco Popular o Bankia.