“Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también”.
Este hombre se llama Pedro Sánchez y esa mujer es Begoña Gómez. La carta del presidente ha provocado un auténtico terremoto político en un país pendiente de la decisión que adopte el líder socialista el próximo lunes sobre su futuro. La agenda pública está cancelada, el jefe del Ejecutivo necesita reflexionar. Responder a la pregunta de si merece la pena.
Sánchez no aguanta más, cree que se han cruzado todas las líneas rojas respecto a su esposa. La gota que colmó el vaso: la admisión a trámite de una querella contra Gómez (Bilbao, 1975) presentada por el grupo ultra de Manos Limpias, que se basa únicamente en ocho enunciados de supuestas noticias (algunas de ellas se ha comprobado que son mentira). Un paso más en esa campaña de “acoso y derribo”, como define el socialista, que sostienen parte de la derecha política y mediática contra su esposa.
Y el presidente escribió su carta más personal. “Honesta”, como recalcan cargos socialistas. Proclamando su absoluto amor por su esposa, la figura que le ha acompañado en las últimas décadas. Su auténtico sostén. Y que ha estado muy presente en su carrera política en primera línea política. Todos en el partido recuerdan aquel acto que acabó con una foto de la pareja con el fondo de una gran bandera de España en 2015. Han funcionado como un equipo.
“Yo conocí a Begoña con 31 años. Me enamoré perdidamente”, confesó en una entrevista en TVE el presidente poco antes de las elecciones de diciembre de aquel año. Y la primera vez que se vieron fue en la fiesta de un cumpleaños de un amigo en común. “Le di una tabarra…”, suele confesar entre risas sobre el inicio de la relación. Desde ese momento fueron tándem. Un matrimonio, dos hijas, vida madrileña y veranos en Mojácar (Almería).
El caso archivado por la Oficina de Conflicto de Intereses
Begoña Gómez, licenciada en Marketing y MBA por ESIC, está ahora en el centro del huracán y su nombre se ha convertido en la gran pieza para la derecha política y mediática. El juzgado de instrucción número 41 de Madrid ha abierto diligencias contra la mujer del presidente por una supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios por sus trabajos en el Instituto de Empresa y en la Universidad Complutense de Madrid.
Se investiga la posible influencia de la esposa del presidente a través de una supuesta relación con los dueños de Globalia, propietaria de Air Europa, por la organización de un evento del órgano del IE que dirigía ella. Los denunciantes siembran la sospecha de que esto pudo tener luego relación con la aprobación por parte del Consejo de Ministros del rescate de la aerolínea en plena pandemia con un préstamo de 475 millones de euros.
El Instituto de Empresa creó en 2018 el IE Africa Center con la idea de impulsar la “innovación, el liderazgo ejecutivo, el emprendimiento y el desarrollo de proyectos de acción social en el continente africano”, según anunció el centro. Depende de la Fundación IE, su objetivo es dar proyección a la innovación en ese continente y su presidencia en el momento de la fundación recayó en Felicia Appenteng, directora general del IE Fund en Nueva York y del International Advisory Board de IE.
En el comunicado de agosto de 2018 se anunciaba que la dirección del centro recaía en Begoña Gómez y se ponía en valor que tenía más de 20 años de experiencia en consultoría y docencia: “Es una profesional especializada en diseño e implementación de proyectos estratégicos con enfoque de fundraising y sostenibilidad para el tercer sector”. Estuvo ligada al centro hasta junio de 2022.
El propio Instituto de Empresa negó en un comunicado que Globalia, la matriz de la compañía de Air Europa, y Wakalua, su filial, hayan dado dinero al centro y al IE Africa Center, que dirigió Gómez. Este desmentido llegó después de que varios medios publicaran la información de un contrato de Wakalua con el IE Africa Center cuando lo dirigía la mujer del presidente. Desde el IE se detalló que hubo un acuerdo de colaboración con Wakalua en enero de 2020 para celebrar diversos actos relacionados con la innovación turística, celebrándose el primero en Londres. La aportación consistió sólo en cuatro billetes de avión para los ponentes, pero la colaboración se suspendió debido a la pandemia y nunca se ejecutó por la circunstancias del momento.
Su trabajo en la Complutense
El PP denunció este caso ante la Oficina de Conflicto de Intereses, que archivó el tema y señaló que “no se da el supuesto previsto en la norma que permita considerar que el presidente haya podido incurrir en una causa de abstención que obligue a iniciar un procedimiento de investigación en orden a depurar responsabilidades por las decisiones del Consejo de Ministros del 3 de noviembre de 2020 y 16 de marzo de 2021”. Basaba su decisión en el informe de Presidencia que recogía que Gómez no tuvo en ningún momento relación de “dirección, asesoramiento o administración” con Air Europa. El Tribunal General de la Unión Europea (TJUE) también se pronunció en mayo de 2021 sentenciando que el rescate español de esta compañía, como sucedió con muchas en Europa durante la pandemia, fue legal y no discriminatorio.
Tras conocerse la admisión de la querella, fuentes del Gobierno señalaron que se habían enterado por la prensa y que no se había recibido una notificación. “Podemos afirmar con rotundidad que la actividad profesional de la mujer del presidente del Gobierno es intachable”, explicaron desde La Moncloa, donde se puso sobre la mesa que se trata “de una denuncia de la organización ultraderechista basada en bulos y noticias falsas, por lo que carece de toda base legal y responde a una estrategia de la derecha y de la extrema derecha y sus terminales”.
En el caso de la Complutense, se investiga la relación con un empresario (Carlos Barrabés) que participó en la cátedra que dirigió y que luego se presentó a un concurso público donde mostró 32 cartas de recomendación, una de ellas era de Gómez. Él logró dos ayudas públicas (por 4,8 millones de euros y por 3.6 millones de euros para realizar cursos para jóvenes y desempleados) de la empresa Red.es (que entonces dependía del Ministerio de Economía). La adjudicación de estas ayudas nunca pasó por el Consejo de Ministros y se realizó a través del consejo de administración de Red.es, que dio el visto bueno al veredicto de la mesa de contratación de la entidad. El apartado de las cartas, como reveló El País, sólo supuso el 8% de la puntuación. Begoña Gómez es directora de la Cátedra extraordinaria para la Transformación Social Competitiva. Una resolución de la Universidad indicaba como criterios para su designación: su formación “en el impacto social y la transformación social competitiva” y su “acreditada experiencia profesional y en coordinación de formación de másters propios”.
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La propia Complutense recogía en un escrito que Gómez inició su colaboración con la universidad como codirectora de Estudios de Formación continua de Técnico de Fundraising durante los cursos 2012/2013 y 2013/2014. Explicaba que posteriormente había sido codirectora del Máster propio en Fundraising Público y Privado en ONG desde su primera edición: “La señora Gómez Fernández además ha participado como profesora en las distintas ediciones del curso, habiendo sido valorada por sus estudiantes con la máxima nota (5/5) en las evaluaciones de calidad que realiza la escuela año tras año”. Señalaba también que era codirectora del máster de Transformación social competitiva (ODS) y no recibía remuneración por el ejercicio de directora de cátedra.
Los bulos y acusaciones del PP
Desde que llegó Sánchez a La Moncloa en 2018, muchas miradas se pusieron sobre Gómez. Y se convirtió en un objeto de acoso en redes por parte de sectores vinculados a la extrema derecha. Uno de los más extendidos bulos ha sido que es transexual e incluso se ha convertido en trending topic, difundiéndose en televisiones de la órbita ultra, como también supuestos vínculos con el narcotráfico marroquí. Una práctica que también se ha visto en otros países donde se ha puesto en la diana a Michelle Obama y a Brigitte Macron. Pero no solo en los sectores ultra, sino también el PP ha difundido la idea de que el presidente ha sido chantajeado por Marruecos por información personal de él y su mujer en el teléfono móvil. Las críticas de los populares han llegado hasta el propio padre de Gómez por parte de Ester Muñoz, vicesecretaria del PP y persona de confianza de Alberto Núñez Feijoo. Los populares han explotado la figura de la mujer del presidente durante horas en el Congreso de los Diputados en casi todas sus intervenciones.
Sánchez y Gómez pasan las horas en el ala familiar de La Moncloa desde el pasado miércoles. El mutismo es total, ni sus colaboradores más estrechos saben cuál será decisión final que adoptará el presidente del Gobierno. Están en esos proceso de soledad que han marcado la carrera política del líder socialista, como los días en los que decidió volver a coger el Peugeot o la madrugada tras las municipales en la que vio claro que iba a adelantar las elecciones. El dolor ahora es profundo. El lunes lo escuchará toda España.
“Muchas veces se nos olvida que tras los políticos hay personas. Y yo, no me causa rubor decirlo, soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también”.