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Botella se despide con un mensaje a Aguirre: “En mi vida política he procurado siempre unir personas”

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La puntualidad no es una de las señas de identidad de Ana Botella. Pero este viernes le estaba casi todo perdonado. Como cada 15 de mayo, la ciudad de Madrid celebra la festividad de su patrón, San Isidro, y el de este 2015 tiene para la alcaldesa de la capital un sabor agridulce. Dulce, porque se va después de un año en el que no se lo han puesto nada fácil en el Partido Popular. Y amargo por lo que de por sí conllevan las despedidas. Botella no sólo cierra la puerta del Ayuntamiento de Madrid, sino también la de la política. Cuarenta años, según contó en su discurso.

No faltó casi nadie para despedir a la mujer a la que cedió el testigo Alberto Ruiz-Gallardón cuando este se embarcó en la aventura nacional. Estuvo hasta su marido, el expresidente del Gobierno José María Aznar, que los años anteriores había optado por no acompañarla. De parte del Ejecutivo, como ya había ocurrido el día de la Comunidad de Madrid, acudió la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. La gran ausente fue Esperanza Aguirre. Se da la circunstancia de que la presidenta del PP de Madrid es la candidata del PP al Ayuntamiento, la institución a la que este viernes decidió dar la espalda. Sí estaban los candidatos de PSOE, Antonio Miguel Carmona; Ahora Madrid, Manuela Carmena, y Ciudadanos, Begoña Villacís.

Tras la entrega de las medallas de oro de la ciudad de Madrid, fue el turno de Ana Botella. Su discurso de despedida. Un texto plagado de agradecimientos y con algún que otro mensaje para los que en los últimos años han sido sus adversarios políticos: Aguirre y los suyos, los aguirristas.

"Toda nuestra dedicación ha sido para nuestra ciudad y nada más que para nuestra ciudad. De principio a fin hemos trabajado en Madrid, por Madrid y para Madrid", sostuvo después de señalar que en su vida

política nunca ha aspirado a marcar "un antes y un después". "Al contrario, en mi vida política he procurado siempre tender puentes, unir personas y compartir proyectos", recalcó.

"Ayuntamiento abierto a los ciudadanos"

Sectores del PP están convencidos de que tras la aspiración de Aguirre de llegar a la Alcaldía de Madrid está la intención de jugar un papel clave en el futuro del partido. No es un secreto que la "lideresa", como se definió así misma en 2008, peleó con insistencia para que Rajoy la designara la designara.

Otro recado a Aguirre estuvo cuando defendió que la sede del Ayuntamiento de Madrid sea el Palacio de Cibeles. La candidata del PP ya ha dicho que si es alcaldesa no piensa "pisar" estas instalaciones porque quiere que la Alcaldía vuelva a la plaza de la Villa.

"Queríamos un Ayuntamiento abierto a los ciudadanos, transparente y accesible, aprovechando esta sede única, moderna y representativa adecuada a lo que Madrid es hoy, a lo que conviene a la proyección de la ciudad y a lo que los madrileños buscan en sus instituciones", señaló.

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Las relaciones entre Aguirre y Botella estos años han sido tirantes. La máxima tensión se vivió hace pocas semanas, durante la elaboración de las listas al 24-M. La alcaldesa, que veía cómo Aguirre excluía de la candidatura a algunos de sus más fieles colaboradores, llegó a pedir la mediación de Rajoy. El malestar quedó plasmado el pasado fin de semana en una entrevista publicada en El País, en la que Botella confesaba que el gesto le había dolido "muchísimo".

En el PP de Madrid recurren a este último choque como motivo principal por el que Aguirre ha optado por ir a la pradera de San Isidro en lugar de acudir a despedir a su compañera de partido.

El domingo compartirá escenario con Aznar en un mitin de campaña.

La puntualidad no es una de las señas de identidad de Ana Botella. Pero este viernes le estaba casi todo perdonado. Como cada 15 de mayo, la ciudad de Madrid celebra la festividad de su patrón, San Isidro, y el de este 2015 tiene para la alcaldesa de la capital un sabor agridulce. Dulce, porque se va después de un año en el que no se lo han puesto nada fácil en el Partido Popular. Y amargo por lo que de por sí conllevan las despedidas. Botella no sólo cierra la puerta del Ayuntamiento de Madrid, sino también la de la política. Cuarenta años, según contó en su discurso.

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